Cómo gano una discusión con quien No admitirá q.esta equivoc

1. Sé un águila
El águila nunca lucha contra la serpiente en el suelo. Después de arrebatarlo, lo levanta hacia el cielo y cambia el campo de batalla, y luego lo suelta del cielo para que caiga con fuerza al suelo.


En el aire, la serpiente no tiene resistencia, es inútil, débil y vulnerable, y no tiene poder ni equilibrio, a diferencia del suelo, donde es poderosa, sabia, sutil y mortal.

La poderosa visión ocular, la velocidad bruta y la agilidad del águila son sus mayores ventajas. La velocidad de ataque es aún más importante. No importa cuán rápida o venenosa sea la serpiente.

Apuntándolo desde varios kilómetros de altura en el cielo, el águila no comete errores. Un error podría significar la muerte instantánea para el águila.

Tomando a la serpiente por sorpresa, usando sus garras afiladas como cuchillas y sus poderosas patas, el águila golpea a la serpiente muy rápido, en su parte más vulnerable, principalmente alrededor del cuello y el cuerpo. Es una emboscada. La serpiente trata de retorcerse y luchar, pero sus esfuerzos son inútiles.

Mientras el águila vuela alto en el cielo, continúa desgarrando el cuerpo de la serpiente varias veces usando su pico afilado hasta que la serpiente queda completamente paralizada. En este punto, la serpiente está indefensa porque ni siquiera puede darse la vuelta.

El águila continúa su vuelo ascendente hacia el cielo, hasta que en algún momento, se siente segura de soltar repentinamente a la serpiente para que caiga con fuerza al suelo desde el cielo. Y antes de que la serpiente sepa lo que pasó, el águila la arrebata de nuevo y la eleva a un lugar muy alto. La serpiente todavía está inconsciente mientras se la comen. Ni siquiera sabe qué se lo comió...

Toma una lección del águila. No luches contra el oponente en su territorio. Cambia el campo de batalla como el águila y pelea la batalla en lo alto del cielo como un águila. Estarás seguro de una victoria limpia.

Un águila nunca lucha contra el oponente en su territorio, donde el oponente tiene la mayor ventaja. Así es como es capaz de capturar, mutilar, matar y comer algunas de las serpientes más mortíferas del mundo, incluidas cobras, mambas negras y peces.

2. Sé como el agua

Sé como el agua. Cuando se vierte agua en un vaso, jarra o cualquier recipiente, toma la forma de ese recipiente.

Lleva la guerra a tu territorio, donde el oponente no sabe nada. Si luchas contra el oponente en su territorio, definitivamente perderás la batalla.

Minimiza cualquier sugerencia del oponente para llevarte a su territorio. Si el oponente quiere discutir, no discutas. En cambio, no digas nada y quédate así hasta que el oponente se sienta frustrado. Los traficantes de argumentos odian el silencio.

Solo di algo cuando estés absolutamente seguro de lo que quieres decir. El oponente puede tratar de provocarte. No se limite a discutir por el bien de la discusión. De lo contrario, simplemente cállate y quédate siempre en tu territorio.

Sea paciente, otra arma que el oponente odia. Repite el proceso unas cuantas veces más hasta que el oponente pierda la discusión.

3. Golpea al Oponente Debajo del Cinturón.

Esta es una táctica psicológica, que consiste en hacer que el oponente piense que está ganando la batalla. El resultado es que el oponente bajará la guardia. No pierdas el tiempo. Golpea al oponente tan fuerte debajo del cinturón haciéndole una pregunta inesperada que no pueda responder.

Sabrás que el oponente está frustrado cuando comienza a torpemente con la pregunta hasta que no tiene más remedio que enojarse.

No tengas piedad en este punto. Golpea al oponente debajo del cinturón, una y otra vez.

Sabrás que el oponente es tu presa cuando cambie de cara, no tenga nada más que decir y se enoje evidentemente. En este momento, tu oponente no tiene más remedio que emprender el vuelo.

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