El abrazo del oso
Publicado por
@LUCCIANA03
En el corazón de Alberto, reinaba la alegrÃa y los sentimientos de amor que brotaban a raudales dentro de su ser.
Un buen dÃa le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veÃa hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
Asà fue que decidió ir a un bosque; querÃa oÃr el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza. Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila, el cual desde el primer instante lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
El águila también habÃa tenido la alegrÃa de recibir a sus polluelos y tenÃa como objetivo llegar hasta el rÃo más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos, era enfrentar los retos que la vida ofrece al cumplir con la misión encomendada; era su único objetivo.
El águila al notar la presencia de Alberto lo miro fijamente y le pregunto:
--¿A dónde te diriges buen hombre? , veo en tus ojos la alegrÃa.
Por lo que Alberto le contestó:
--Es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido.
El águila insistió:
--Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?
Alberto le contesto:
--Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frÃo. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y dÃa con dÃa yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difÃciles. No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquÃ, para que él nunca se esfuerce por nada.
Y para finalizar agregó:
--Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe.
El águila no salÃa de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que habÃa oÃdo. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miro fijamente y dijo:
--Escúchame bien buen hombre. Cuando recibà el mandato de la naturaleza para empollar a mis hijos, también recibà el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué?, porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún dÃa, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido. Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo e aspiración para conquistarlo, con todo y sus montañas, sus rÃos llenos de peces y praderas llenas de conejos.
--Si yo los abrazara como un oso, reprimirÃa sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruirÃa irremisiblemente su individualidad y harÃa de ellos individuos indolentes, sin animo de luchar, ni alegrÃa de vivir. Tarde que temprano llorarÃa mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridÃculos representantes de su especie me llenarÃa de remordimiento y gran vergüenza, pues tendrÃa que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi decencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas.
--Yo, amigo mÃo, dijo el águila, podrÃa jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mà en aras de este amor que les profeso.
El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguÃa confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte, Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.
Alberto, reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo solo serÃa por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera.
A partir de ese dÃa Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.
Un buen dÃa le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veÃa hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
Asà fue que decidió ir a un bosque; querÃa oÃr el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza. Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila, el cual desde el primer instante lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
El águila también habÃa tenido la alegrÃa de recibir a sus polluelos y tenÃa como objetivo llegar hasta el rÃo más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos, era enfrentar los retos que la vida ofrece al cumplir con la misión encomendada; era su único objetivo.
El águila al notar la presencia de Alberto lo miro fijamente y le pregunto:
--¿A dónde te diriges buen hombre? , veo en tus ojos la alegrÃa.
Por lo que Alberto le contestó:
--Es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido.
El águila insistió:
--Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?
Alberto le contesto:
--Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frÃo. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y dÃa con dÃa yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difÃciles. No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquÃ, para que él nunca se esfuerce por nada.
Y para finalizar agregó:
--Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe.
El águila no salÃa de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que habÃa oÃdo. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miro fijamente y dijo:
--Escúchame bien buen hombre. Cuando recibà el mandato de la naturaleza para empollar a mis hijos, también recibà el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué?, porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún dÃa, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido. Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo e aspiración para conquistarlo, con todo y sus montañas, sus rÃos llenos de peces y praderas llenas de conejos.
--Si yo los abrazara como un oso, reprimirÃa sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruirÃa irremisiblemente su individualidad y harÃa de ellos individuos indolentes, sin animo de luchar, ni alegrÃa de vivir. Tarde que temprano llorarÃa mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridÃculos representantes de su especie me llenarÃa de remordimiento y gran vergüenza, pues tendrÃa que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi decencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas.
--Yo, amigo mÃo, dijo el águila, podrÃa jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mà en aras de este amor que les profeso.
El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguÃa confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte, Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.
Alberto, reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo solo serÃa por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera.
A partir de ese dÃa Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.
Más notas de CuentosVer todas
Más notas de Cuentos
las cosas buenas y las cosas malas
@CLAUDIAMOON 16/04/2008
Olmedo (Instantánea de una soledad)
@ALFARERA43 16/04/2008
CUENTOS PARA SANAR/ "LA VERDAD"
@LAU33 25/03/2024
Sin Quemarse
@NORSIL 16/02/2023
El verdadero amante no es el que dice que debe estar a tu lado, porque son leales el uno al otro. El verdadero es el demuestra lealtad aún cuando la libertad está presente !
La mejor relación es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos propios...esto es saber convivir !
ARG
Abogado, no carancho. Tranqui. Vida sana, lo que no excluye placeres mundanos. ð
¿CONOCERLO?
Más Hombres
Salidas Grupales
Ver TodasMuseos y Exposiciones
Manzana de las luces Y Altos de Elorriaga. Un pase
@GABRIELMAX - Sábado 01/06/2024
1
47
Me interesa
Viajes
Vivamos la mejor diversión y conexión del Caribe
@SERGIO - Martes 19/11/2024
39
26
Me interesa