Al tiempo debe tomársele como a un cheque en blanco: con alegría pero con cautela.
ANTERIORES
Curiosamente a toda hora nos la pasamos esperando la hora.
El tiempo pueda que mejore pero jamás perfecciona.
El mayor problema de Dios es su impaciencia, y sin embargo, mientras el hombre desespera, El espera.
La casualidad no es otra cosa que una trampa del destino.
El destino no es más que el suceso preciso de un hecho preciso en un lugar y en un momento precisos.
De cualquier manera, al infierno es preferible padecerlo solo.
Numerosas cosas no tienen horario, pero pocas tan puntuales como la curiosidad de una mujer.
Dependemos más del momento que del conjunto del tiempo.
Nunca se olvida a tiempo lo que se quiere olvidar.
No hay que tomar a la vejez como un castigo sino como a la triste y lenta época del arribo a la comprensión y aceptación de nuestra finitud.