Si no se puede ser tan grande como el mejor, lo mejor es seguir siendo el mismo.
ANTERIORES
Estamos más cerca de la autenticidad cuando nos paramos menos bolas a nosotros mismos.
La segunda fase en el propósito fallido por dominar al otro es necesariamente su destrucción.
La fuerza interior puede crecer con el dolor y la adversidad, pero es mucho lo que nos agota.
El hombre abrió los ojos de la razón y sólo atinó a decir :¡ Qué despiste, Dios mío !
Casi siempre, lo que se nos parece, nos ofende.
Pudiste haber sido perro y fuiste hombre: ¡ puedes darte por bien servido !
La condición mutable del hombre es más lo que acelera que lo que deprime su desarrollo.
Desgraciadamente los otros nos obligan a ser otro de lo que nosotros queremos ser.
Casi siempre cargamos con la imagen que nos proyectan los otros.
Si la libertad te estorba, no es que seas un imbécil resignado sino un esclavo complacido.