Sólo la voluntad puede enfrentarse exitosamente a la suerte.
ANTERIORES
A fuerza de evitar el sufrimiento, terminamos por volvernos estoicos.
El odio es un miedo disfrazado.
Es el temor a equivocarnos lo que más nos hace equivocar.
Como nunca somos definitivamente, siempre estamos en función de acercarnos a ser.
Con frecuencia cuando decimos que nos estamos dando por entero, apenas estamos dando la parte de posesión que los otros tienen sobre nosotros.
Elegir no elegir es también elegir.
El talento puede disimularse, la estupidez, no.
El orgullo posee intrínseca una fuerza tal que termina por debilitarnos.
El error consiste en no fijarnos un poco más en nosotros mismos.
Cada día, en cada momento y acto, estamos haciendo de nosotros mismos un retrato.