La autocontemplación no tiene nada de abyecto. Lo abyecto es la contemplación sin contemplación que de nosotros hacen los otros.
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@UBY - Jueves 26/12/2024
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"....quisas muera odiandote y entendiendote a la ves,que de tanto que pud haber hecho por voz,le entrgues mi alma al mejor postor...."
Aquel que contemplara o contemplase abyectamente a los otros, se autocontemplaría o hubiérase o hubiésese contemplado abyectamente a sí mismo.
(O sea... Que les recontra)
Clarísimo: Ver la paja en el ojo ajeno, no es despreciable, lo despreciable sería no verla.
Y por si quedan dudas: Hacer el bien sin mirar a quien es repugnante.
Lo que no me cierra, es como quedaría el observar la cola de una señorita
. Lo abyecto es la contemplación sin contemplación que de nosotros hacen los otros.*** asi es !! lo más patetico es cuando degradan al otro sin contemplaciones con solo una mirada ....
Sil
Quince41Sergio_cel :
Si no te cierra pensà por ej.como quedarìa que le miren el Culo a Tu Mujer o alguna de Tus Hijas
Esto quizàs te ayude a cerrar..
Qué vergüenza Quince41Sergio_cel!!! Mirarle la cola a las chicas!!! Eso no se hace!! Yo jamás lo hice ni lo volveré a hacer!!! Todas pueden tener madre, hija, sobrina, nieta, padre, hijo, sobrino, nieto!!!
El otro día vi por la tele una muchacha que se mostraba en escueta tanga!!! Horrible!
De golpe pensé que seguramente esa muchacha tiene madre, hija, sobrina, nieta, padre, hijo, sobrino, nieto!!! Volví mi cara violentamente...detrás mío había un espejo, vi mi cola!! Pensé: yo seguro que tengo madre, hija, sobrina, nieta, padre, hijo, sobrino, nieto!!! Y como ambas posibilidades me resultaban espantosamente pecaminosas...decidí...seguir mirando la tanga...
Un saludo
Baireshoy
La petulancia es la frágil máscara de la tontería.
Es más lo que nos representamos nosotros a nosotros mismos que lo que realmente somos.
Lo difícil no es sobrevivir entre los demás, lo difícil es sobrevivirse a uno mismo.
Afortunadamente nunca podremos estar por fuera de nosotros mismos viéndonos.
La soledad nos hace más vulnerables frente a los hombres, pero más fuertes frente a nuestra propia naturaleza.
Cada grado de necesidad que se nos vaya exigiendo para alcanzar lo que a ultranza nos proponemos, tiende siempre a romper las barreras de nuestra moral, por sólida que ésta sea.
No nos engañemos: toda colectivización resta libertad y opaca la imaginación.
Es cierto que el individuo debe colectivizarse. Pero, señores...¡ a sabiendas !
El conocimiento esclaviza en cuanto nos hace propiedad de no importa cuál razón.
Siempre vamos detrás del todo aunque no sepamos de qué se trata ese todo.
