La caída del pelo preocupa a los jóvenes

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@OLIVOSCITY

19/06/2006

Aunque la ciencia avanza, por ahora sólo ofrece detener el proceso La caída del pelo preocupa a los jóvenes Según los dermatólogos, si los padres son calvos, los muchachos se acercan a consultar ya a los 22 o 23 En “Sopa de ganso”, el desopilante clásico de los años 30, Groucho Marx exclama: “Bailaría con usted hasta que las ranas críen pelo. Mejor pensado, prefiero bailar con una rana hasta que usted críe pelo”. La broma hundía su estilete en un tópico que, entonces y ahora, perturba a casi el ciento por ciento de los hombres: la alopecia androgenética. La calvicie, bah... Si hasta para el mismísimo Julio César, que tuvo bajo su puño a casi todo el mundo conocido en la antigüedad, fue un talón de Aquiles: dicen los testimonios de la época que para cubrirla peinaba sus “escasos bucles” hacia adelante. Y será verdad que “el pelo lo es todo”, como afirmaba Al Pacino en “Perfume de mujer”, porque las consultas a dermatólogos por esta causa son muchísimas y, al parecer, cada vez más tempranas. “Los muchachos se preocupan cada vez más precozmente –dice la doctora Marta Fackeldey, de Chouela Dermatología–. Tenemos pacientes de 22 o 23 años que ya se acercan a consultar. Si ven al padre pelado, vienen en cuanto notan que se les cae un poquito más el pelo.” Sucede que, tal como se descubrió en las últimas décadas, el pelo es un órgano con una estructura altamente desarrollada y que obedece a ciclos de descanso y autorrenovación constantes. Pero si normalmente en el cuero cabelludo de un joven que está en su tercera década de vida alrededor del 90% de los folículos se encuentra en la fase activa y el
%, en la de descanso, después de los cincuenta esa relación se invierte. Los folículos comienzan a minimizarse y el cabello, a afinarse paulatinamente hasta convertirse en vellos muy pequeños y sin color. “La calvicie tiene múltiples causas –explica Fackeldey–. Puede ser congénita o adquirida, pero la alopecia androgenética, la más común en los hombres, se debe al exceso de androsterona. En el caso de las mujeres, que también pueden padecerla, puede presentarse después de la menopausia, cuando bajan los estrógenos.” En todo el cuerpo, una persona tiene, en promedio, unos cinco millones de pelos. Entre
0.000 y 150.000 están en el cuero cabelludo. Cada uno de esos folículos pilosos puede generar hasta
metros de pelo a lo largo de la vida. Y como cada cabello crece de 0,3 a 0,5 milímetros por día, en total producimos alrededor de 1,3 kilómetros de pelo por mes, o 16 kilómetros por año. Este escenario es resultado de una maquinaria biológica altamente efectiva, que en las últimas dos décadas está empezando a comprenderse. Pero si bien la ciencia avanzó mucho en el conocimiento de sus engranajes, por ahora sólo puede ofrecer detener ese proceso que uno de cada dos hombres jóvenes tiene en su futuro. “Una de las preocupaciones de los muchachos son las «entradas» –dice Fackeldey–, pero deben saber que son normales. Se originan por el mismo proceso que hace que se les engruese la voz. De todos modos, cuando son muy jóvenes los controlamos.” Si la alopecia empieza a hacerse evidente, existen actualmente recursos farmacológicos para enfrentarla. “Por lo general empezamos con un tratamiento local, el minoxidil –detalla la especialista–, que aumenta la síntesis del factor de crecimiento endotelial vascular o, dicho en otras palabras, estimula la circulación. Esto hace que se incremente la síntesis de ADN en el folículo piloso.” Según la especialista, este fármaco frena la caída y puede “reanimar” algunos folículos que están minimizados. “Los pacientes vienen a verme y me dicen «me creció pelo nuevo», pero en realidad no es nuevo, sino que se fortaleció”, dice Fackeldey. En forma oral se emplea el finasteride, un inhibidor de una enzima 5 alfa reductasa, que es la que convierte la hormona masculina testosterona en dihidrotestosterona, su forma activa. Actúa bloqueando la acción de los andrógenos sobre ciertos folículos. “El del finasteride fue un hallazgo casual, como tantos –explica la doctora Lilian Fossati, docente autorizada de dermatología y directora de medios y publicaciones de la Sociedad Argentina de Dermatología–. Se utilizaba para tratar tumores de próstata. Sorprendentemente, los pacientes concurrían a la consulta con más pelo. Hay un inconveniente: el laboratorio advierte que en un porcentaje limitado, algo más del 1%, puede haber disminución de la eyaculación o de la libido. Ambos hechos se revierten –en caso de darse– si se interrumpe el tratamiento. Creo, sin embargo, que el hombre latino no tolera esta posibilidad. Personalmente lo indico y veo buenos resultados.” Fackeldey, por su parte, aclara que para la alopecia se utiliza generalmente en formulaciones de 1mg y que el efecto descriipto sólo se presenta en dosis más altas. En una investigación para L’Oréal, Antonella Tosti, de la Universidad de Bolonia, observó la aparición de máculas marrones alrededor de los folículos que podrían ser indicadores de alopecia incluso en la presencia de alta densidad folicular. Precisamente, quienes se decidan a combatirla, deberán disponerse a encarar un tratamiento prolongado y contar con un diagnóstico temprano. “Los tratamientos que se implementan apuntan a revertir el proceso de miniaturización –explica Fossati–. Cuando éste deviene en atrofia del bulbo piloso, ya cualquier tratamiento clínico será inoperante y habrá que dar paso a tratamientos quirúrgicos, que cada vez están más perfeccionados.” Por Nora Bär  
@OJOSVERDES

19/06/2006

yo no me tiño... creo que me quedaria mal...  
@OLIVOSCITY

20/06/2006

yo tampoco