¿Pueden los padres ser los mejores amigos de sus hijos?

Comentarios

@MARINA

31/05/2006

El cambio que ha sufrido la jerarquía social ha traído algunas dificultades en la vida familiar, pero también una gran ventaja: una mayor cercanía entre padres e hijos, lo cual se traduce en una relación más unida, afectuosa y auténtica. De tal manera que, para fortuna de los niños, los padres han dejado de ser esa figura omnipotente a la que todos temían para convertirse en un ser más humano y alcanzable. Ahora, la mayoría son mucho más afables y cariñosos, se involucran más en la vida de los niños y hacen lo posible por desarrollar una buena amistad con sus hijos. Pero a menudo ese cambio en los términos de la relación padres-hijos ha llevado a muchos a procurar ser ante todo amigos de sus hijos y esto ha dado lugar a nuevos problemas. Aun cuando es muy sincero el interés de los padres por cerrar la brecha entre ellos y sus hijos, con el fin de evitar la distancia con la figura paterna que ellos experimentaron de niños, a menudo algunos caen en extremos. Al carecer de un modelo que les sirva de pauta, porque la mayoría tuvieron una relación muy distante con su propio padre, tratan de ser los "mejores amigos" de sus hijos convirtiéndose en sus compinches desde que están pequeños. Lo grave es que este esfuerzo por cambiar los términos de la relación lesiona la seguridad de los niños, trae dificultades para su educación y afecta en forma negativa la imagen paterna. Una relación que invite a los niños a sentirse a la par con sus papás les genera inseguridad y ansiedad. Debido a que los seres humanos tardamos varios años en desarrollar las capacidades que nos permiten sobrevivir por nuestros propios medios, es fundamental para los hijos menores ver a sus padres como personas superiores a ellos, capaces de cuidarlos y protegerlos hasta que sean adultos y puedan hacerlo por sí mismos. Así, tener papas con quien se siente de igual a igual no le transmite al niño la confianza en que él tenga esa capacidad. Lo anterior no significa que los padres no puedan jugar con los niños o compartir intereses y actividades con camaradería. Es decir, no es necesario mantener una relación distante con los hijos. Que los niños se acerquen a los padres y tengan confianza en ellos depende de la calidad y cantidad de tiempo que compartan y no de la informalidad con que se traten. Participar diligentemente en la vida de los hijos y en sus actividades (por aburridas que sean o por cansados que estén), tratarlos con afecto y respeto, estar disponibles cuando los necesitan, no cuando les quede fácil, y escuchar con interés lo que tienen para contarles sin juzgarlos ni menospreciarlos, es lo que determina que los niños se sientan muy cerca de sus papás y quieran compartir con ellos sus inquietudes y problemas. (Lic Angela Muralanga, autora, sociologa, educadora familiar)  
@MARINA

31/05/2006

Acuerdo con el artículo, los padres podemos ser muy buenos amigos de nuestros hijos, pero nunca debemos perder la visión de que somos los adultos y no podemos ponernos en un plano de igualdad con ellos.  
@RENEDIVA

31/05/2006

Si Marina. Acuerdo totalmente. Uno puede mantener un vínculo cordial y participativo de las actividades con nuestros hijos, pero recordando siempre que somos los padres. Por ellos y por nosotros. Es necesario para ellos que el adulto referente le establezca los límites. Que encuentre un marco contenedor y un referente. Los amigos son pares, no padres. Y eso debe estar siempre presente.  
@MABE

31/05/2006

Acuerdo, también. A uno como adulto le cabe la responsabilidad de poner límites, de hacernos cargo de los SI y los NO,aunque muchas veces nos pese, y la obligación de protegerlos mientras crecen Me inclino por tener mis intereses adultos separados de los de ellos, y les respeto sus espacios íntimos. Hablamos con toda confianza, desde chicos y hasta de temas "peleagudos", pero no he querido nunca exponerlos a los vaivenes de mi vida afectiva, así cómo respeto la reserva que impongan sobre la de ellos. No siempre sale todo bien... pero no es porque no lo haya intentado. No quiero ser su mejor amiga, quiero ser su mamá.  
@ANALIAPADILLA12

31/05/2006

Tema que siempre se replantea, y sigue vigente. Nunca fuí amiga de mis hijos, aún ahora que son adultos, ellos tienen sus códigos, yo los míos, no mezclamos los tantos. Si bien es cierto que no hay manual para padres ni para hijos, hay algo que se llama sentido común. Amo a mis hijos. Amo a mis amigos. Ninguno de los de ellos lo son míos, ni los míos serán de ellos. Respondiendo al foro en cuestión: NO, LOS PADRES, EN TODO CASO, INTENTARAN SER LOS MEJORES PADRES DE SUS HIJOS.