Casi sin querer queriendo

He resurgido a la vida, de a poco, lentamente, casi sin querer, llevada de la mano por alguien que busca en mí su propia resurrección.

La sonrisa franca, la carcajada abierta, las ganas de hacer y decir, las ansias por vivir.

La caricia siempre en la punta de los dedos, la picardía en un gesto, una palabra oportuna que evoca deliciosos momentos vividos, compartidos.

El dejar fluir sensaciones y vivencias, la naturalidad en los gestos, ponen chispas en los ojos, suavizan las miradas.

La sensación de conocerse aún con la certeza de que queda tanto por saber, la conjunción de dos seres que funden soledades en presencias, el amar a la distancia aguzando los sentidos, el sentirse tan feliz con instantes aún no vividos.

Casi sin querer te he conocido; casi sin querer te encontré. Casi sin querer siempre he sabido que a tu lado renaceré.

Y en este casi sin querer queriendo en que estoy sumergida, donde todo vale: compartir, dar, recibir, es que palpo mi renacer porque así, casi sin querer queriendo, en ti, desde mi esperanza, he reencontrado aquellas partes de mí que no sabía que perdí.

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