El ladrillo:(Parabola)

Un joven y exitoso ejecutivo se dirigía al trabajo conduciendo su nuevo y lujoso auto. Disfrutaba de su vehículo y sonreí al hacerlo.

De pronto sintió un fuerte ruido, algo lo había golpeado. Se detuvo de inmediato, le habían arrojado un ladrillo dañando la puerta y pintura del lado del acompañante. Subió y a toda prisa se dirigió dónde vió que había salido el ladrillo.

Bajó y tomó por los hombres a un niño que estaba parado al lado de la ruta. " Pero que te sucede, quién te crees que sos; porqué hiciste eso?. El auto es nuevo y fallaste la puerta y la pintura?" grito enfurecido." Perdón señor, no se qué hacer. Lo hice porque nadie se detenía. Venía con mí hermano que está en silla de ruedas pero resbalamos y se cayó de su silla. Intenté levantarlo pero no pude es muy pesado, no tengo suficiente fuerzas. Está tirado ahí lastimado y sin poder levantarse".

El ejecutivo lleno de vergüenza miró al costado y ahí lo vió. Corrió y levantó al joven. Lo acomodo en su silla, saco su pañuelo y limpió un poco sus heridas. Por suerte eran solo raspones.

Tras darle las gracias se alejaron hacia su humilde casa, el más pequeño empujaba esforzadamente la silla.

Bajemos la velocidad en nuestra vida, miremos más a nuestro alrededor.

No esperemos a que nos arrojen un ladrillo para dar una mano a quien la necesita.

No podemos cambiar el mundo, pero podemos ayudar a levantarse al que está a nuestro lado.

 

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