7 cosas que tenemos en casa


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@ANGELDELCORAZON

12/01/2024#N84281

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7 cosas que tenemos en casa y que no sabemos que contaminan tanto

Cuando ponemos el pie fuera de la cama -en nuestro propio hogar- comenzamos a contaminar: presta atención a estas rutinas

 

Nélida Fernández

·Colaborador

noviembre de 2023

 

Es posible que desde que abandonamos la cama cada mañana empecemos a contaminar el ambiente, todo depende de la pasta con la que nos cepillamos los dientes, del tipo de café o té que consumimos y del desodorante que usamos, entre otras costumbres.

Hay productos que usamos a diario que son importantes contaminantes y no lo sabemos. El conocimiento acerca de lo que contienen los productos que consumimos es un arma que cada persona puede levantar para defender el medio ambiente, preservar la naturaleza y nuestra propia salud.

Café en cápsulas

 

Son miles de millones las personas que no pueden vivir sin tomar café a diario. Una, dos, tres o más tazas. Se trata de una necesidad que para muchos implica el verdadero despertador para iniciar el día.

Y en la carrera por ofrecer a estos amantes del café las mejores y más variadas opciones, las más llamativas o las más cómodas, los fabricantes de diferentes marcas han creado presentaciones que son tan modernas como contaminantes.

Las cápsulas de café, que para muchos siguen siendo un producto novedoso, existen desde hace más de 30 años y además de ser contaminantes tras su uso, contienen una mayor concentración de furano que es un compuesto cancerígeno cuando se consume en altas dosis.

La razón por la que estas cápsulas son contaminantes tiene que ver con la dificultad para reciclarlas. Estas unidades que comprimen el café en máquinas diseñadas especialmente para ello, están hechas con una mezcla de plástico y aluminio que además se combinan con el resto orgánico del propio café.

Entre las críticas que han surgido en contra de estos pequeños empaques está la pregunta retórica acerca de qué tan ético es usar una cápsula de 3 gramos para consumir 6 gramos de este popular estimulante.

Se trata de un exceso de residuos difíciles de reciclar, sobre todo si se toma en cuenta que un buen porcentaje de tomadores de café no se toma solo una taza al día.

Té en bolsitas

 

En cuanto al milenario té, lo más conveniente es chequear qué tipo de bolsita contiene a las hojitas o simplemente comprar té suelto, sin ningún tipo de contenedor.

El problema es que se ha determinado que las bolsitas tienen polímeros de plástico que son los que evitan que se rompan al introducirlas en el agua caliente y aunque las que tienen forma piramidal son las más “plásticas”, todas tienen al menos una cubierta de polipropileno.

Ese plástico de las bolsas de té no solo terminan en un bote no apto para el reciclaje, sino que parte de esas partículas plásticas suelen pasar al organismo del consumidor.

 

Lo más irónico es que mientras más plásticas y contaminantes son estas bolsitas, más costoso es el producto. En este caso, lo caro sale caro para el medio ambiente y para la salud.

Pasta de dientes con microplásticos

En 2015, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama firmó un decreto para prohibir la venta y distribución de productos que contienen micropartículas de plástico para evitar contaminar las vías fluviales del país.

Estos microplásticos se usan como abrasivos en algunos productos cosméticos y de higiene como exfoliantes y pastas de dientes que se ven más atractivos al ojo del comprador y al tacto dan la sensación de tener más potencia a la hora de limpiar.

Los microplásticos son muy pequeños, miden 5 mm o menos y esto les permite pasar inadvertidos por los sistemas de filtración de las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Al pasar sin frenos a los ríos y océanos, estos microplásticos terminan siendo ingeridos por especies marinas y aves.

Toallitas húmedas

Las toallitas húmedas son muy prácticas. Son las que van en las pañaleras a la hora de salir con el bebé y ayudan a limpiarlo fuera de casa. Son las que nos sirven en un viaje o cuando sabemos que vamos a pasar mucho tiempo fuera y sin posibilidad de encontrar un baño cerca.

También hay versiones de toallitas húmedas que sirven para limpiar el piso de madera y otras que están diseñadas para asear los baños.

Lo malo de este producto que se ha hecho cada vez más presente en la vida moderna, es que muchas personas tiran las toallitas al inodoro con terribles consecuencias para el medio ambiente.

Debido a su diseño especial para que mantengan en la humedad, estas toallitas no se descomponen en las aguas residuales y los sistemas de cañería se obstruyen en buena medida gracias a estos resistentes papeles.

Desodorantes de aerosol

Algunos desodorantes aerosoles suelen tener un químico conocido como benceno sobre el que se han levantado alertas por causar cáncer. También tienen entre sus ingredientes otras sustancias contaminantes del ambiente como dióxido de carbono, azufre y nitrógeno que se liberan libremente con cada uso del spray.

La FDA advierte que el benceno no debe usarse en la fabricación de productos farmacéuticos por ser un disolvente con una toxicidad inaceptable.

Goma de mascar

 

El chicle es una de las golosinas más divertidas de la infancia y de la juventud, pero también es una necesidad para muchos adultos que usan esta goma masticable para cubrir el aliento a cigarro, a café o a bebidas alcohólicas.

Siendo mayores de edad el chicle también se usa para matar la ansiedad o simplemente por diversión.

El lado feo del aparentemente inofensivo chicle es que es contaminante. Uno de los ingredientes es el acetato de polivinilo, un polímero termoplástico que se usa para fabricar la base de la goma de mascar. Es, en resumen, una mezcla de plástico con azúcar que en millones de casos es tirado al piso y tarda mucho tiempo en biodegradarse.

Sumado a esto, existe el riesgo de que los animales puedan cruzarse con este chicle usado y comerlo, con las consecuencias que esto puede tener para la salud de esta mascota o animal silvestre.

Papel de aluminio

 

Desde mediados del siglo XX se popularizó el uso del papel de aluminio en las cocinas de los hogares. Pollos, pavos, paellas y lasañas fueron llevados al horno con esta cubierta metálica, así como comidas que se querían preservar calientes por más tiempo o que se guardaron en la nevera para comerlas más tarde, una costumbre que aún se observa en muchas casas y restaurantes,

Hoy en día el papel de aluminio se usa cada vez menos porque ya se ha difundido la información acerca de que este es un material que contamina el ambiente y también puede producir daños a la salud.

Para obtener el aluminio hay que dejar un impacto ambiental porque se saca de la bauxita, un mineral que se extrae de minas en un proceso tóxico que contamina tierras y aguas.

Entonces, tener un pedazo de papel de aluminio a la mano para “arropar” los canelones mientras están en el horno y después echarlo a la basura, luce como un gesto poco ético al conocer el proceso dañino que se llevó a cabo para poder contar con nuestro rollo metálico.

Además, en cuanto a cómo puede afectar a la salud de las personas o animales, hay estudios que vinculan la ingesta de aluminio con alteraciones inmunológicas, metabólicas e inflamatorias.

Alfombras

 

Las alfombras son elementos decorativos, aislantes del frío y un suelo cómodo para andar sin zapatos. El problema es que muchas de ellas tienen químicos volátiles que contaminan el aire y producen malestares en las personas que frecuentan los espacios alfombrados, sea la casa, la oficina o la escuela.

Un estudio de 2021 alerta sobre los elementos tóxicos perifluorados y polifluorados o PFAS que contaminan el aire de espacios interiores porque se encuentran en las alfombras y en las pinturas, por ejemplo, y no se descomponen.

A los PFAS le llaman “sustancias químicas eternas” y son capaces de permanecer en el cuerpo por mucho tiempo causando daños a la salud tan serios como el cáncer, la infertilidad y problemas en el sistema inmunitario.

Los científicos alertan acerca de la necesidad de sustituir los productos que tengan PFAS aunque sea una tarea engorrosa porque también se encuentran en algunas prendas de vestir, productos de construcción y mobiliario.

 

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