CAUSAS DEL RECHAZO-ATRACCIÓN POR LOS DEMÁS

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Escrito por
@NAMYHOJA

26/10/2012#N42140

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La pregunta:

¿Por qué hay gente que nos cae pésimo y no nos interesa en absoluto relacionarnos de ningún modo con ellas?

Así como hay personas con las que desarrollamos instantánea empatía o identificación, en el otro polo están los que lejos de prejuzgarlos, nos producen rechazo y aversión. A qué responde esta sensación ?

Mi respuesta:

Es muy interesante tu pregunta y hay varias lecturas posibles para hacer, alunas desde lo social, otras desde los componentes químicos del cuerpo y otras desde una lectura más psicológica o personal del sujeto.
En los primeros años infantiles se va formando la personalidad y las primeras identificaciones se delinean con las figuras parentales y familiares. Toda identificación es a rasgos y no total. esto quiere decir que tomamos por ejemplo la mirada de la madre, la cabellera de la tía , la sonrisa de la abuela, etc.
Con estos esquemas se forman modelos de personas en las elecciones adultas y de ahí que hay gente que para formar una pareja toma esos rasgos en la búsqueda.

Estos rasgos no son solamente físicos sino que también juega el estilo de forma de ser, el carácter, si es serio, si es extrovertido o inhibido, si habla suave o grita, etc.
De ahí que muchas veces decimos "a esta persona es como que la conociera de toda la vida" o "a esta persona no la soporto, me es desagradable de entrada".
Estos condicionamientos muchas veces inconscientes hacen que algunas personas sean de entrada desagradables o mal evaluadas por nosotros y viceversa.
También hay un mecanismo denominado "proyección" donde lo que nos desagrada del otro no son más que las cosas que no aceptamos en nosotros mismos y por ende rechazamos.
Hay algo llamado "piel y química" que sucede o no con los encuentros entre las personas y que en general es recíproco, en ese sentido si la persona me cae mal es probable que también tenga esa impresión de nosotros y viceversa.
También hay otro elemento que se pone en juego que es la intuición, esa primera percepción del otro donde el corazón nos marca agrado o desagrado y a la que hay que darle lugar porque allí algo de la verdad se pone en juego.
No hay elecciones casuales sin causales.

Moni.