Competencia madres e hijas


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Publicado por
@JONES

07/03/2009#N25587

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Un fenómeno bastante común, lo constituye la competencia entre madres e hijas, y puede dañar seriamente las relaciones entre ellas.

En general se da cuando las madres están entrando en la menopausia y las hijas en la revolución hormonal. El problema surge por parte de las madres que se niegan a aceptar la pérdida de la juventud, y emplean como método para su lucha, el tratar de imitar a sus hijas, tomando su look, concurriendo a los mismos lugares, compartiendo amistades, etc.

Competencia madres e hijasLa opinión de los expertos:

Los psicólogos y psiquiatras, recalcan el papel de la madre como generadora del conflicto. Argumentan que este problema es típico en mujeres que sobrevaloran el aspecto físico y la juventud, son mujeres que se oponen al paso del tiempo, y su recurso consiste en copiar el look de sus hijas.

Las motivaciones estarían en el deseo de verse jóvenes y de sentirse deseadas por algún hombre. Y los especialistas consideran que esta competencia se da en hogares donde no existe una figura masculina que interfiera.

La competencia se da según los expertos siempre de madres a hijas, jamás a la inversa, ya que las hijas no tienen nada que envidiar. Lo que suele ocurrir con las hijas en esta etapa es que acostumbran denigrar o descalificar a las madres, con frases ridiculizantes e hirientes.

Parte del problema radica en la sociedad posmoderna, donde el adolescente ya no deja el cuerpo de la niñez para entrar en uno transitorio hacia la adultez, sino que entra en un estado que ha sido declarado ideal. Pasa a tener el cuerpo que sus padres y abuelos desean mantener como si fuese un tesoro.

¿Cómo solucionarlo?:

Hay algunas medidas que una madre puede adoptar para poner fin a esta competencia:
• Reconocer que existe una competencia con la hija.
• No transferir sus propios problemas a la hija.
• Conformarse con su cuerpo y sus logros laborales y/o intelectuales.
• Relacionarse con gente de su edad.
• Considerar en qué aspectos puede mejorar.
• Revalorarse a sí misma.

Si bien las relaciones madre-hija siempre han sido complicadas, en la actualidad se dan en un marco confuso, ya que las fronteras entre adolescencia y edad adulta se han vuelto difusas. Frecuentan los mismos sitios, hablan y se visten de la misma forma, inclusive pueden compartir algunos amigos.

Pero disfrazarse como las hijas no es la solución, hace daño tanto a las madres como a las hijas. Es necesario que ambas ocupen lugares diferentes.

 

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