Del otro lado del puente


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@GISELA505

09/11/2007#N18577

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Del otro lado del puente
Por Gisela Vanesa Mancuso


El puente no podrá ni querrá sostener lo que el transeúnte achatado no pudo encontrar dentro de sí.


-No quiero ser el viejo puente que se derrumba no bien pasa corriendo el último hombre que puede sostener.
-Ni sos tan débil ni pretendo que me sostengas. Sólo necesito que me acompañes.


El emprendimiento está del otro lado del puente, un medio que a primera vista y en la segunda sensación puede hacernos desconfiar de su posicionamiento más o menos firme sobre el abismo de la frustración, muy por encima del río que danza con aguas que no vuelven y se llevan todo lo que cae.
Sin embargo, no es necesario que estemos seguros ni de avanzar, ni de la implacabilidad del medio, porque por las pérdidas que traslada la corriente de la vida, el río pierde su fuerza y se calma para que aprendamos a bajar hasta la orilla y recoger el sueño que se nos cayó. Porque el agua serena sabrá darnos la convicción de que los proyectos y las ilusiones no se escapan si los mantenemos vivos en nuestra mente para no olvidarnos de ese motivo tan hermoso que nos trajo a este mundo.
Estarán los que se animen a nadar hasta el otro lado, arriesgándose a las incertidumbres de la naturaleza; estarán aquellos que, sostenidos por su anhelo, precisen ir más despacio, subir la montaña y tantear la primera línea del puente; aquellos que lo atraviesen con paracaídas; u otros que se preparen para la maratón de su destino, porque ya no soportan ver su sueño del otro lado como si fuera inalcanzable.
El puente no es tan débil como para derrumbarse ante el paso de un hombre fuerte, el medio sabe quién pasará para desgastarlo y quién lo hará, en cambio, para reforzar sus enganches. Sí es cierto que no podrá ni querrá sostener lo que el transeúnte achatado no pudo encontrar dentro de sí.
El emprendedor da el primer paso y no se detiene hasta recordar, del otro lado, el momento en que su sueño incumplido estaba decidiéndose junto a él.
El puente no se derrumba. No es débil, pero no te puede sostener.
Hoy soy puente para que me leas y atravieses conmigo la magia de la comunicación. También estoy caminando hacia mi sueño, sola, pero a tu lado.
Porque los emprendedores somos solos, pero estamos juntos…
Porque vos estás solo con tus objetivos, pero yo estoy con vos.

Los emprendedores somos proyecto, puente y sueño. Somos puertas que se abren, puertas que se cierran. Porque sabemos que nadie puede salir a buscar la vida por nosotros, que nadie va a tocar nuestro timbre para preguntarnos sobre nuestro talento; debemos cortar el lazo con la quietud, hacer girar la llave, y elegir el camino.
Te deseo un lindo viaje, tal vez nos encontremos en una plaza a la misma hora, en el mismo minuto. Del otro lado del puente.

Gisela Mancuso

 

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