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Publicado por
@MOROCCIA

15/11/2018#N67859

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La histeria femenina y la obsesión masculina son tipos clínicos de la época en que se podía sintomatizar la pareja; la histeria masculina y la obsesión femenina son los síntomas de quienes no quieren saber nada de hacer lazo con el otro.

 

Lo que une (a varones y mujeres)

El amor no une a varones y mujeres. Cuando es un sentimiento, el amor más bien es ciego: quien ama no sabe con quién está. Cuando es más fuerte es una excusa para unirse, pero no es lo que une.

Lo que une a varones y mujeres es algo que tienen que hacer, variable, relativo según la edad y el tiempo. Los varones se unen con mujeres para crecer, para que la madre no sea su único sostén narcisista; las mujeres se unen con los varones para cambiar, para ser diferentes a sí mismas, para tenerlo miedo a cosas más importantes que envejecer o engordar. Los varones crecen, las mujeres cambian. Y después de hacer lo que tienen que hacer, se separan.

Por eso las parejas nunca se separan cuando se terminó el amor (y pueden seguir sin amor mucho tiempo) y también pueden separarse a pesar de amarse mucho. El amor no decide nada en una relación de pareja.

La pareja actual

“No estamos en condiciones de irnos a vivir solos”, dijo una mujer, a propósito de la propuesta de su novio de convivir. “Pero no se irían a vivir solos, sino juntos”, le dije y ella se rió. Y yo pensé que en ese modo en que el “solos” reemplaza al “juntos”, sustitución que reenvía al “irse a vivir solo” como equivalente de dejar la casa de los padres, pero también a la manera de estar a solas con otro, etc., está la clave de muchas de las parejas jóvenes (y no tanto) de nuestro tiempo, que viven “juntos, pero solos”.

 

 

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