Carta a un amor (ahora) imposible

Hace un mes, dieciséis días y 20 horas que te fuiste. Llevo la cuenta como un condenado.
Fui yo el que dije que no era posible que fuéramos amigos. Nunca podría verte ni tratarte como a una amiga, y por eso también yo fui el que dijo que no nos comunicáramos, porque me haría mal y olvidarte, así, sería muchísimo más difícil.
Ayer tuve que hablarte. Por esas cosas que quedan pendientes y porque soy un hombre de palabra, ¿cómo no avisarte de esa propuesta de trabajo que me pidieron que te transmitiera?
Y escuché tu voz. Y me conmoví una vez más. Y volviste a mi presente, desde la profundidad de mi pecho del que nunca te fuiste.
Hoy no debería escribirte... pero no puedo dejar de hacerlo, aunque traicione mis palabras, aunque viole mi propio pedido.
Ya pasaron casi 24 horas desde que te hablé y no sé cómo sacarte de mi mente. No puedo olvidarte. Sigo amándote.
Deseo lo mejor para vos: que sigas creciendo, que sigas madurando, solucionando tus conflictos, que te independices, que seas feliz. Lo siento sinceramente así. Es mi deseo. Pero, paradójicamente, si todo eso sucede, pienso que se sellaría definitivamente mi suerte con vos, porque es casi seguro que en tal caso no va a ser a mí justamente a quien busques para acompañarte: a mí me necesitaste para otra etapa de tu vida.
Te imagino con otro hombre y me duele, me da bronca y me desespera. Sé que va a suceder (si es que ya no sucede), y esa posibilidad es una tortura. Yo he intentado salir con alguien, pero te amo e indefectiblemente termino haciendo comparaciones. Y nada es como con vos.
Intento salir, hacer amigos, encarar cosas. Por momentos lo logro y no me siento tan mal, pero no puedo olvidarte, ¡no puedo...!
Perdonáme. No sé cómo estás. No sé si esto te hará mal, o si simplemente te dará para que lo comentes con alguien y digas "¡pobre tipo!". No quiero penas para vos, ni quiero que te apenes por mí. A veces estas cosas se hacen, por desesperación, para generar pena o lástima; y yo no quiero eso. Quiero que sepas, nada más, que te amo y que no puedo olvidarte.
Besos,
Gustavo

 

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