Dicen que la hora más oscura...

Dicen que la hora más oscura del día es la que precede al amanecer, mi hora más oscura ha pasado...
Amanece en la ciudad, el cielo se tiñe de un color oro-rubí espectacular, es difícil sustraerse de la maravillosa visión. El aire tibio y perfumado de esta mañana de primavera se cuela por mi ventana y por un instante me transporta al exterior dejando todo: mi escritorio, el teclado, el monitor que espera para reflejar mis sentimientos con letra fría (imposible, pero moriré en el intento). Por este breve instante puedo sentirte de nuevo, amor.
Hace un tiempo ya de lo nuestro. En verdad hace tanto, pero el corazón no sabe de relojes, así que el tiempo, le digo, es un engaño. “Haya paz, corazón, bebe la brisa de primavera, el color de este amanecer y te alimentaré de gratos recuerdos”...
¿Qué puedo decir en este preciso instante , para este presente de ausencias, que amerite el regreso al pasado y así forjar un futuro menos incierto, si esto fuera posible?. Letras, palabras, tiempo material, finito; un tiempo propio, eterno, infinito..., y se me ocurre simplemente “Gracias”.
Gracias por tu tiempo, que fue también mi tiempo. Por tu compañía en el largo camino de la vida. Gracias por tu corazón que latió junto al mío. Por las caricias de tu mirada que llenaron espacios vacíos. Por tus brazos que abrazaron con amor infinito. Por la dulzura de tu boca en miles de besos. Por las alas de ángel que habitan en tus manos. Por tu sonrisa, bálsamo para mi alma dolorida.
Gracias por los pocillos de café en interminables madrugadas de confesiones; por tu confianza, tus ilusiones. Por tus días grises, los pocos, que me permitieron saber de tus miedos, desilusiones. Por la tibieza de tu cuerpo junto al mío, por el fuego de la pasión en nuestras noches, especiales noches. Por el frío distante luego de una discusión. Por la reconciliación.
Por tus palabras, por el timbre de tu voz, por tus silencios, tus gestos, tus mohines, tus berrinches. Por tu atención, tu aliento, tu comprensión.
Gracias por la Esperanza.
Gracias por permitirme soñar con un mañana mejor.
Gracias por el dolor de saber que ya no estás. Porque de eso también se aprende, amor.
La distancia como un océano me habla de soledad, de mi soledad y porque estoy solo, sin vos, sé de vos, de tu existencia y de tu ausencia; de la luz y la oscuridad. Es eso, básicamente. Quien no ha visto la luz no sabe de la oscuridad, por eso digo que mi hora más oscura ha pasado...
Puedo ver nuevamente la luz. “Haya paz corazón, bebe la brisa de esta incipiente primavera, el color de este amanecer y te alimentaré de gratos recuerdos”...
El primer rayo de sol se cuela entre los techos de las casas vecinas y me hiere los ojos, me doy cuenta que la pantalla del monitor está vacía y mi corazón rebosa de alegría, una serena alegría. Celebro la vida en este hermoso día a través de tu recuerdo, mi amor...
¿Con cuál palabra comenzaré a intentar describir este momento?. Sí, ya lo sé: “Gracias”.
¿Con cuál frase?. Dicen que la hora más oscura del día es la que precede al amanecer, mi hora más oscura ha pasado...
kaprikornio

 

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