Érase que se era

Érase que se era
aunque en realidad no fuera,
que en el mundo hubiera,
(y si lo hubiese habido... era)
ambigüedad mas sutil y verdadera
que el vivir anhelando que suceda,
aun sintiendo en lo profundo
que por no vivirlo desespera.
Confusa e irracional lucha
la del sentimiento irreflexivo
que la razón no escucha
y el sin vivir no esquiva
y que con alma lasciva
nos arroja a la hoguera
de las fantasías prohibidas
de los deseos candentes
emergiendo los instintos
asediando nuestras mentes
poseyendo nuestros cuerpos
en otrora casi inertes
inventando mil historias
recreando mil papeles
degustando dulces mieles
con pasión y desenfreno
sin tabúes ni temores
sin futuro ni pasado
ni siquiera el mas reciente,
solo existe el presente
el momento, el ahora,
el instante sugerente
fascinante, atrayente,
sincero y envolvente,
atracción, seducción,
provocación a los sentidos
a los seis o a los cinco
por los cuatro flancos
de las tres dimensiones
de las dos realidades
que aun siendo en verdad una
si sinceras, quizá dispares.
Que no se apague la llama
de la emoción contenida
alimentada por el deseo,
la aventura y el encanto
de un secreto compartido...
de un placer sin quebranto
y no dejar a la cordura
entremeterse en este espacio
que cuanto mas dulces
del placer las mieles,
más amargas
del querer las hieles.

(Para JJ: mi mejor amante, mi mejor amigo)

 

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