Creencias que nos limitan

Estos días he estado reflexionando y experimentando en primera persona cómo actúan las CREENCIAS LIMITANTES, esas que cobran vida en una voz interna para machacarnos con frases lapidantes como:

• ¿Quién te crees para hacer esto?
• No tienes los conocimientos para hacerlo
• Esto que te propones no vas a lograrlo
• Seguro que no tienes la fuerza para alcanzarlo
• Mejor no arriesgarse y quedarse tal como estamos

Te suena familiar ¿verdad?

No es casualidad que esta voz cobre fuerza en los momentos en los que estamos por tomar una decisión importante, vamos a dar un salto de fe, queremos hacer aquello que veníamos postergando desde hace tiempo o vamos a lanzarnos a por una corazonada.

Las creencias limitantes son una especie de lastre que nos tiran hacia atrás impidiendo que actuemos, y aunque creamos que es nuestra parte sensata previniendonos de cometer un error, en realidad nos están haciendo interpretar la realidad de una manera que limita nuestro desarrollo potencial, e impide que alcancemos aquello que deseamos.

Sabemos que esta voz no existe pero es tan fuerte su tono que nos hace dudar de nuestras capacidades, de nuestra confianza, de nuestros argumentos y hasta tira por los suelos esa parte intuitiva propia de cada decisión.

Mengua nuestra valentía y nos llena de miedos e inseguridades.

Aunque no sean verdad si yo creo que mis creencias limitantes son LA VERDAD, estas determinarán mi vida haciéndonos ver aquello en lo que creemos. Si no nos creemos capaces de hacer algo, esa creencia cobra vida en nuestro ser y no seremos capaces de hacerlo.

La buena noticia es que las creencias pueden cambiarse, ya que sólo son eso: CREENCIAS

¿Pero de dónde surgen?

1. De la experiencia anterior, es decir te ha pasado en otras ocasiones que no has podido, no has alcanzado, no lo has logrado, etc.
2. Porque lo ha dicho un experto en la materia, alguien a quien le otorgas el poder: tus padres, un profesor, un nutricionista, etc.
3. Porque tu moral así te lo indica tomando como base tus valores o tus principios. Hacer esto es lo correcto, ya estoy grande para hacer aquello, etc.

Técnicas para cambiar y trascender las creencias limitantes hay varias, pero para mí las más potentes son las que podemos VIVIR EN PRIMERA PERSONA PASÁNDOLAS POR NUESTRO CUERPO.

Es una forma de reforzar la experiencia de que sí podemos, de vernos en acción y tomar contacto con nuestro ser haciendo aquello de lo que no se creía capaz. Quizás es la más bestia, la que más exposición implica, pero estoy convencida que es la que funciona.

Es algo así como ¡WOW lo he logrado, ahora no me para nadie!

El subidón de adrenalina que te viene después de haberlo hecho es tan bestial que sientes que puedes comerte el mundo, que te has quitado un peso de encima y que aquello que sueñas o quieres está más cerca de lo que creías.

Y si a la experiencia en primera persona, le sumas el APOYO DE UN CÍRCULO DE CONFIANZA, ya es la bomba. Porque tener a tu lado personas que te quieren y te dan aliento, te dicen que puedes, que adelante, que vas a lograrlo, que confían en tus capacidades, que tienes todo lo que se necesita para alcanzarlo refuerzan la llamada interna que te llevó a estar ahí.

Esta semana he experimentado esta sensación de ¡WOW! lo he logrado así que voy a compartirlo, para que veas que es aplicable a todos los ámbitos de la vida.

Si me sigues desde hace un tiempo por aquí y en las redes sociales sabes que desde hace 2 años practico Crossfit.

Si no has oído hablar nunca de este deporte podría resumirlo en: “Un entrenamiento que combina levantamiento de pesas, movimientos gimnásticos y ejercicios metabólicos o aeróbicos”.

Es una forma de desarrollar resistencia cardiovascular, muscular, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, agilidad, coordinación, equilibrio y precisión. Es amor y odio en el mismo acto jajaj.

Hay personas que se les dan bien todas las áreas y otras que tienen más destreza en una de ellas, teniendo que esforzarse mucho en las otras. En mi caso, la fuerza se me da mejor pero la parte aeróbica la sufro bastante y los movimientos gimnásticos me dan miedito, así que voy con tiento.

De los gimnásticos hay un ejercicio denominado “Muscle Up” que es uno de los más complejos de realizar: una dominada (subida de tu propio peso corporal con los brazos) seguido de una flexión. Se hace en anillas o barra.

Hasta ahora todos los intentos por hacer la progresión del ejercicio habían sido en vano, hasta este miércoles. Practicando la técnica junto a mis compañeros, pude reconocer que mi miedo provenía de mi creencia que no sería capaz de sostener mi propio peso estando arriba, porque era una sensación que no había experimentado nunca.

Una compañera me ayudó a montar una plataforma que me diera seguridad y un compañero me ayudó en la primera subida para que mi cuerpo atravesara por la sensación de “puedes sostenerte”.

Y así al verbalizar cuál era mi miedo y la creencia que me limitaba para conseguirlo, mis compañeros pudieron ofrecerme la ayuda que necesitaba para tomar consciencia de esta nueva realidad: que sí podía.

Ahora queda trabajo por hacer para conseguir hacerlo sin la plataforma pero el primer paso y la semilla de “PUEDES HACERLO” ya está plantada. Ahora la práctica, el tiempo y la fuerza harán que lo consiga.

Te comparto el video para que entiendas las explicaciones que te he dado y si quieres hagas fuerza conmigo.

Como ves esto de las creencias limitantes es aplicable a todos los ámbitos de nuestra vida: estudiar una carrera, cambiar de trabajo, tener pareja, dar a luz un bebé, crear tu propia empresa, dar vida a una idea, bajar de peso, etc.

Cuando nos pillamos diciéndonos en voz baja: “es que no sé si podré conseguirlo…”, “mi tiempo se ha pasado para esto…”, “no tengo la fuerza necesaria…”, “ya lo he intentado otras veces ¿Qué me hace pensar que ahora voy a conseguirlo?” hay una creencia limitante escondida para impedirnos alcanzar lo que queremos.

¿Qué puedes hacer para cambiar esa creencia que te limita?

1. Cuestiona el origen de esa creencia, desmóntala: ¿Quién dice que hay un tiempo para hacer las cosas? ¿En base a qué experiencia creo que no podré conseguirlo? ¿Según quién yo no tengo fuerzas?
2. Luego piensa qué necesitas para animarte a dar el paso, qué acción podrías llevar a cabo que te anime a seguir adelante. ¿Qué personas podrían ayudarte y animarte? ¿En quienes podrías confiar? ¿Qué podrías hacer para ayudarte o darte una pequeña ventaja?
3. Y por último HÁZLO.Sólo al experimentar la sensación en tu propio cuerpo de haberlo logrado te sentirás con la fuerza necesaria para continuar y romper con ese pensamiento que antes creías como “una verdad” y que te estaba impidiendo llegar a donde estás ahora.

Recuerda que las creencias no responden a verdades o hechos demostrables a través de la razón, sino que son pensamientos asociados a ideas o sentimientos que hemos tomado como ciertos, ya sea por fe, confianza o miedo.

Tu creencia no es la verdad, es una verdad que has construido y por tanto TU puedes cambiarla.

 

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