Afrontando el miedo al cambio 👣

. De forma continua se producen avances y transformaciones, lo que ha influido profundamente en nuestra manera de enfocar el proyecto vital.

Hasta hace un puñado de décadas, la vida ha seguido en los países occidentales una secuencia más que predecible. Estudias, trabajas en la misma empresa hasta tu jubilación y en el camino formas una familia. Sin embargo, este plan ha dejado de ser el único camino posible.

De entrada, los jóvenes de hoy tienen muchas más alternativas que las que poseían sus padres. Antaño, cuando llegaba el momento de trabajar no había mucho que pensar: te dedicabas a lo que hacía tu familia o simplemente escogías el trabajo que te tocase más cerca. Sin embargo, el acceso generalizado a los estudios universitarios ha permitido a las nuevas generaciones escoger su propio camino, partir de cero. El progreso de la sociedad también ha contribuido a valorar otras formas de vida que no implican necesariamente casarse y tener hijos al estilo más tradicional. Así, el esquema ha dejado de ser algo bien sabido de antemano.

Estos cambios han traído infinidad de cosas positivas. La gente puede soñar más alto, sin resignarse a quedarse donde les ha tocado estar. La vida se ha vuelto más interesante, tenemos muchas opciones y podemos buscar la felicidad en muchos estilos de vida. Sin embargo, disponer de un enorme abanico de posibilidades también puede conducirnos al bloqueo mental y al miedo. Nada está escrito y todo puede ser. La sensación de estar continuamente sujetos al cambio puede desgastarnos emocionalmente, hasta el punto de querer evitarlo a toda costa. Sin embargo, huir de algo tan natural como el cambio puede suponer un alto coste para nuestra salud mental.

Evitar cambios en la vida y aferrarnos a la más estricta estabilidad es garantía de sufrimiento, pues es imposible mantener toda nuestra existencia bajo control. Por supuesto, todos necesitamos momentos de calma y sosiego, pero también es fundamental poder evolucionar y lidiar con la novedad para encontrar sentido a nuestra vida. De lo contrario, nuestra existencia se convierte en una sucesión de días en los que la motivación y el interés se diluyen en la rutina.

Ante todo, es clave que entendamos que sentir cierto miedo ante los cambios es la reacción más normal del mundo. El miedo es una emoción que actúa como una alarma de incendios, nos pone en preaviso por si las moscas y eso está bien. El problema aparece cuando ese miedo es tan intenso que supone un obstáculo para llevar una vida plena y feliz.

De forma paralela al miedo que nos suscita lo desconocido, tampoco podemos ignorar que todo cambio implica un proceso de duelo. Cuando realizamos transformaciones en la vida vamos hacia adelante, pero en ese camino también dejamos cosas atrás. Esto puede causarnos dolor, un sentimiento de pérdida porque las cosas nunca serán igual que antes.

Encontrar el equilibrio entre estabilidad y cambio no es nada sencillo. Sin embargo, algunas claves sí que pueden ser de utilidad para aprender a llevar mejor los cambios de la vida:

Escucha tus emociones: Negar lo que te hacen sentir los cambios no ayuda en absoluto a manejarlos bien. Escuchar lo que las emociones nos quieren decir es importante para entendernos y tratarnos con compasión en ese momento de transición. Si sientes miedo, acepta que esa emoción está ahí porque eso es lo natural. Validar lo que sentimos no significa que debamos dejarnos arrastrar por ello, es nuestra parte racional la que puede tomar el mando e impulsarnos a seguir aunque nuestras emociones estén ahí.

Toma perspectiva del cambio: Mirar con cierta distancia el cambio que vas a afrontar suele ayudar a relativizar. Cuando vivimos un momento así, en el presente este se nos hace un mundo. Sin embargo, piensa en cómo estarás dentro de 5 años en función de si haces el cambio o no. Esto te puede ayudar a determinar si estás haciendo lo mejor para ti. El miedo es transitorio, pero a largo plazo cambiar puede brindarte la vida que deseas.

Reconoce tu ambivalencia: El cambio es un proceso complejo. Por eso, es normal que una parte de ti sea reacia a cambiar. Dibuja una balanza en un papel e indica las ventajas e inconvenientes de cambiar y no cambiar. Seguramente tengas argumentos en contra del cambio, pero también otros muchos a favor. Lo importante es que el cambio esté enraizado en motivos que sientas como propios.






¿Cómo gestionar el miedo a cambiar de trabajo? 😨
Como hemos visto, el miedo al cambio es algo normal. Sin embargo, es importante que este no nos bloquee a la hora de tomar decisiones, como por ejemplo cambiar de trabajo. Vamos a ver algunas claves para manejar este temor:

Recuerda tus motivos: Si has pensado en cambiar de empleo seguramente es por una razón. En tu trabajo no te pagan bien, sientes que no creces, quieres cambiar de puesto…Ten clara la razón que te motiva a dar el paso.

Sopesa la decisión: No cambies de forma impulsiva, piensa bien en los pros y contras de ese cambio y tómate un tiempo para reflexionar desde el sosiego. Piensa a corto y largo plazo.

Intenta no hacer varios cambios a la vez: Procura que el cambio en el trabajo no se acompañe de otros cambios bruscos en tu vida como una mudanza, una ruptura…porque puede que te sientas desbordado.

Recuerda que todo cambio implica un proceso de adaptación: Date unas semanas para habituarte al nuevo puesto y aprender cosas nuevas, baja el volumen de la autoexigencia.

 

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