Reseña

Hace frío, es noviembre, Buenos Aires enterate.
Hago una transferencia mientras espero.
Decreto que será el último acto económico, material, político o verosímil durante las próximas horas.
Respiro libros, voy entrando en ese clima indispensable para mí. Es mi salvoconducto.
Subo la escalera de cemento, y descubro la reja que me permite ver y a la vez distorsionar.
Deseo que cómo los atrapasueños detenga mis pesadillas.
Guardo el celular, me dispongo a gozar de dos horas de independencia, de abstinencia, de lo que surja ... pero NO
Santiago ¿el profe? manda el material y rompe mi voluntad, debo seguir al grupo o quedaré excluida.
Antes de ver el archivo leo: misiles sobre Tel Aviv, marchas pro Palestina, pintadas en Argentina, me atraganto con la saliva.
Una voz armoniosa clara coopta mi atención, lo agradezco.
Sexo en la primera cita, violación, bicicleta, de que muere la gente que salta de los balcones?
Sus palabras danzan música celta con algunos dichos de mis escritos.
Estoy en estado hipnótico.
¡Oh no!, nuevamente la perversa consigna, volver a abrir la Caja de Pandora: Sarlo, Fernández Mejide, Mazza,, Gaza, Mi Ley, cancillería, campaña, sanata.

En el conservatorio, lee una voz ruborizada, sonriente, Bruno, Nico, vuelvo al líquido amniótico, sonidos suaves, vaivén en aguas cálidas, pasaje, ensayo, Laura, Laura o Falcón o verde.

La reja no filtra el paso de mis demonios. La voz de Santiago indicando pasar al siguiente archivo.
Abro ese infinito mundo que encierra el supremo instrumento: aparece mi amiga en Instagram, la foto de un rehén sobre su pecho, carita triste, ojos hinchados.

Chiquita, escucho, esta coetánea vive su insomnio como yo está clase, va y viene sin instalarse ni entre los despiertos ni entre los dormidos.
Me acaricia su escritura poética, la escucho para mí lo poético organiza el mundo.

La vida es caminar sobre un piso de enrejado.

Me despido, apurada.
Moovit, colectivo 76, nietos.
Vuelvo a casa, desearía tener a quien decir " Soy una tonta por quererte" y fundirme en un abrazo. Sólo tengo el libro con ese título. Roxana

 

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