Suelo decir que no defiendo políticos sino políticas, porque los políticos tarde o temprano te decepcionan. Pero siempre hay excepciones, y está es una de ellas. Siento por el Pepe una gran admiración. Admiración al hombre, que a pesar de lo vivido, nunca sembró odio y que vivió como pensó. Y alegría, de compartir la misma fuerza política y haberlo disfrutado en alguna que otra charla.