Por qué nos divorciamos?
Publicado por
@DANTEX
El divorcio es lo último en lo que podríamos pensar cuando nos unimos para compartir un Proyecto de Vida. Nadie se casa pensando en que en ello desembocará todo el esfuerzo y todo lo construido juntos. Nadie inicia una carrera pensando en fracasar.
Sea cual sea el argumento bajo el cual se realice, el divorcio es ante todo un acto de egoísmo; el preferir dar marcha atrás antes que pensar en cómo se siente el otro. El divorcio es el ejemplo supremo de la ausencia de empatía. De nuestra soberbia y negativa a ponernos unos segundos en los zapatos de la otra persona. Nuestras razones para quejarnos son siempre más importantes que los caminos hacia las soluciones.
Nos aferramos a la huella de la ofensa. Al recuerdo del daño. A pintar en fosforescente las debilidades del cónyuge. A demostrar de mil y un maneras que se equivocó. Una necesidad neurótica de sentir que estamos en lo correcto por encima de la otra persona, llega a convertirse en nuestra única motivación. El “mí” y el “yo” dominan la escena. Monólogos que intentan ser diálogos. Supuestas aperturas y actitudes para escuchar al otro pero con los brazos cruzados y con expresión de fastidio. Así se van fracturando los puentes. Nos divorciamos porque se nos fue olvidando preguntarnos ¿cómo estás? Porque dejamos de voltear a mirarnos. Porque dejamos de hacer las cosas que le daban sentido a la vida juntos. Lo que inició como un Proyecto de Vida mutuo, se fue convirtiendo en una competencia en donde solo hubo cosas qué perder. La vida se tornó en territorio de guerra.
El divorcio es la victoria de los demonios del pasado; las parejas no se divorcian por problemas creados por ellos entre sí. Se separan porque los fantasmas del ayer fueron más fuertes que sus ganas de estar bien. En el divorcio emprendemos encarnizadas batallas legales, nos hacemos con la bandera de la victoria cuando el juez nos concede la “razón”. Aplastamos con estrategias jurídicas al ser que nuestros hijos aman y necesitan: a su madre, o a su padre. Grandiosa victoria. Pero el tiempo se encarga de dejar el engaño al descubierto; no ganamos nada. Nadie ganó nada. Todos perdimos. Perdimos la maravillosa oportunidad de mirarlos crecer juntos. Nuestros hijos perdieron para siempre la posibilidad de aprender directamente de sus verdaderos padres, el cómo se construye el amor en pareja. Pero ellos eligieron marcharse; se alejan porque ninguno quiere renunciar a lo viejo. A lo conocido. A sus propias razones. Nos separamos porque tener la razón se volvió más importante que ser felices. Esa es la verdadera y triste causa
.Gabriel Rubio Badillo
Comentarios
17/06/2020
17/06/2020
17/06/2020
17/06/2020
...hay miles de circunstancias que llevan al divorcio, como miles de parejas que se divorcian por distintos motivos
No comparto la idea que el divorcio es un acto de egoísmo. Par nosotros feu de sanación.
Me separé dsps de 34 años, los proyectos ya se habían empezado a divorciar casi 10 años antes...Y esta etapa solo ha sido muy fructífera, crecí como persona, hice años de terapia muy productiva y dejé volar un sinnúmero de eventos y realizaciones que no podría haber realizado estando casado.
Hice nuevas relaciones, amigos, intenté armar nueva pareja...y por sobre todo fui feliz solo o acompañado.
Me separé con mis hijos grandes (33 y 24 años) y haberme quedado en una pareja en la que ya los dos éramos infelices no hubiera sido sano.
Tmbn aclaro que tuvimos 20 ó 25 años de muy buen matrimonio, con diálogo, buena empatía y plena comunicación.
Y la separación fue sin abogados pleiteando ni jueces con fallos.
Solo divimos bienes e hicimos el divorcio de común acuerdo.
Mario
17/06/2020
18/06/2020
Sigo opinanado que la causa más importante del divorcio es el matrimonio. Sin matrimonio no habría divorcio.
Parece una joda, pero no lo es. Seguimos insistiendo en lograr un paradigma que nos pusieron, porque lo que Dios une, nada lo desune (decía la Iglesia entre tantas mentiras) y aún cuando ya sabemos que no es así, aunque sepamos por las encuestas o nuestra experiencia que esa ilusión es solo una ilusión, persistimos en ello.
¿Puede haber parejas que duren para siempre? SI. Pero una de cada diez.
¿Por qué le imponesmos ese destino a todas, condenandonos de ante mano a un fracaso casi previsto?
Porque así nos lo siguen insistiendo desde las películas románticas como lo mejor que nos puede pasar
¿Es así? ¿Y si a los dos años no se aguantan más uno al otro? Sufrir, meterse los cuernos, soportarse, ser infelices o ... divorciarse
¿No sería más sensato buscar una fórmula más ajustada a la realidad para evitar la insistencia del desencanto?
Vale pensarlo ...creo yo (después de tres matrimonios)
18/06/2020
Jorge, se puede acordar con tu punto de vista que la causa mas importante del divorcio es el matrimonio...
Pero tmbn deberíamos aceptar que la causa mas importante de la muerte es la vida, o que la causa mas importante de una accidente vial es el tráfico, o que la causa de los accidentes aéreos es porque hay aviones, o que la causa de la indigestión es la comida...jajajaj
Pero creo, que mas allá de 3 o los matrimonios que se accedan, el "divorcio" puede producirse sin la necesidad de un vínculo por escrito...
Y desde ahí analizar como queda la relación y/o porque se produjo la ruptura, y en que condiciones o consecuencias.
Coincido plenamente que nada asegura que una pareja dure para siempre, y que el porcentaje de acierto es muy pequeño, pero el ser humano ha de seguir intentando la pareja, bajo la unión que sea, es parte de nuestro ADN.
Saludos
Mario
18/06/2020
Este parrafo (el verde)me hace un clik. NO ES LA LEY DE CAUSA EFECTO????????.donde gran parte de nuestras propias marcas hacen de lo suyo(infancia por medio que segun la psicologia hasta los 8/10 años en la conformacion de la personalidad suelen dejar modelos que seguimos y en gran parte de las veces no superamos) sumado por defecto la falta de empatia nos termina cocinando en nuestra propia salsa..........................
El divorcio es la victoria de los demonios del pasado; las parejas no se divorcian por problemas creados por ellos entre sí. Se separan porque los fantasmas del ayer fueron más fuertes que sus ganas de estar bien. En el divorcio emprendemos encarnizadas batallas legales, nos hacemos con la bandera de la victoria cuando el juez nos concede la “razón”. Aplastamos con estrategias jurídicas al ser que nuestros hijos aman y necesitan: a su madre, o a su padre. Grandiosa victoria. Pero el tiempo se encarga de dejar el engaño al descubierto; no ganamos nada. Nadie ganó nada. Todos perdimos. Perdimos la maravillosa oportunidad de mirarlos crecer juntos. Nuestros hijos perdieron para siempre la posibilidad de aprender directamente de sus verdaderos padres, el cómo se construye el amor en pareja. Pero ellos eligieron marcharse; se alejan porque ninguno quiere renunciar a lo viejo. A lo conocido. A sus propias razones. Nos separamos porque tener la razón se volvió más importante que ser felices. Esa es la verdadera y triste causa
19/06/2020
19/06/2020
Mario, yo no dije que la causa del diorcio sea la pareja o vivir en común,
Cuando culpo al matrimonio, es a la institución del matrimonio, con sus leyes, su cultura, sus paradigmas de eternidad (en un mundo donde todo cambia constantemente), sus planteos morales de fidelidad, sus imposiciones de monogamia (como si se pudiera sancionar a quien querer y durante cuanto tiempo).
Es al intento de enchalecar en parametros rígidos lo menos rígido que hay: el amor.
La infidelidad es tan vieja como el amor o el matrimonio y más duradera que éste.
Yo quiero, como todos, una pareja con la cual esté bien, podamos planear una vida juntos, etc, etc, Y lo he intentado.
Pero acepto que, cuando empiezo una relación, no se como ni cuando termina. Es un viaje con miles de vueltas sinuosas y, en alguna de esas vueltas, los dos no agarramos para el mismo lado. ¿quién tiene la culpa? Nadie ¿Hay culpa? NO.
Pero sancionamos con gesto de Hormigón armado que esa pareja va a ser feliz para siempre y fieles a perpetuidad. ES UN DELIRIO.
Y eso, los condena al divorcio.
Porque, además, el matrimonio es (en forma impuesta y taxativa) una sociedad comercial con roles económicos diferentes o diversos (cuanto más tradicional más marcada la diferencia) y hay que hacer división de bienes. Y pasar factura de pérdidas y quebrantos. ¡¡¡QUE HORROR!!!
Por eso lo culpo del divorcio
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