Según ABC.es “Cuando las cosas se tuercen en la pareja, hasta el punto que parece no reconducirse la relación, no se lo piensan dos veces y la opción no es otra que la ruptura”. En Chile también ocurre esto pero al parecer nuestra paciencia da más y se estoy segura que hacemos todo para evitar la ruptura, especialmente si se está casado. En cambio en los países desarrollados cortan por lo sano.

De acuerdo a la información entregada por el Instituto de Política Familiar (IPF) junto con el envejecimiento de la población, los divorcios y separaciones crecen a un nivel abismante. Sólo en España se produce uno cada 31 segundos y a diario 2.761 mientras que en Chile la cifra no supera los 177 divorcios cada día. Obvio que hay que hacer la proporción por cantidad de habitantes España con más de 46 millones y Chile 16 millones.

Sin embargo, sin importar el número específico no podemos quedarnos fuera de este fenómeno mundial. Por lo mismo vemos cómo en EEUU se intenta imponer desde la TV una influencia pro-matrimonio y familia tradicional, aunque la realidad dista mucho de esa idea, ya que el 50% de las familias americanas corresponde hoy a segundas uniones y uno de cada dos matrimonios termina en divorcio.

O sea basta con ver lo que pasó con Sex and the city donde las chicas que siempre serían libres terminan casadas y viviendo los problemas que eso significa pero superando las barreras por el amor. No me nieguen que fue un recurso sumamente forzado. Y las cifras entregan aún datos mucho más complejos que demuestran un cambio radical en la sociedad y las nuevas generaciones, en EEUU: “Un cincuenta por ciento (50%) de los sesenta millones de niños menores de 13 años viven con uno solo de sus padres biológicos y su nueva pareja”.

Y qué decir del bono que ofrece el Presidente de Chile a las parejas que cumplan 50 años de matrimonio. ¡Así no más con las medidas desesperadas para disminuir las cifras de divorcios!