Mujeres en fuga La histeria, ¿una buena estrategia?


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Publicado por
@DANTEX

09/08/2018#N67063

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Mujeres en fuga

Con humor, la doctora Love describe las prácticas de las chicas escurridizas. ¿Los hombres disfrutan de este juego de seducción? ¿Por qué ellos, cada vez más, se suman al “sí, pero no”? Pros y contras de ser una fugitiva del amor.

Que sí, que no y que tal vez. La histérica muestra el dulce y después lo esconde. Acaricia al muchacho y le dice frases hot al oído pero después se escapa corriendo porque “está apurada” para llegar al reino de No Me Tocarás Nunca Jamás. Porque ella es una fugitiva crónica del amor. Invita a un señor a salir y dos horas antes le cancela. Lo saluda a la mañana y a la tarde no le contesta los llamados.

¿Es que acaso esta fémina no sabe lo que quiere? No, mis amigos, ella sabe muy bien a dónde va: derecho a la nada misma. Le ofrece a su presa una apetitosa pileta olímpica para que él se lance de cabeza; pero resulta que cuando está llegando a destino el muchacho se da cuenta de que la pileta está vacía y termina con la cabeza rota. Y, quizás, hasta con el corazón hecho pedazos. 

¿A los hombres les gusta?

Increíblemente son muchos los hombres que gozan con este juego y pueden permanecer años enredados con una mujer así. Pero no falta el que anda más o menos sano de la cabeza y dice basta cuando se da cuenta de que está atrapado en un mundo cuasi perverso y abandona el barco. Porque entiende que pierde el tiempo en tratar de conseguir un dulce escurridizo por definición. Y la verdad es que tiene razón. Dedicar preciosas horas, minutos y segundos de esta corta vida en seducir a una histérica no tiene mucho sentido. Porque una vez que ella consigue captar la atención de su chico, se va corriendo. 

Y ellos también

Pero la histeria no es condición exclusiva del sexo femenino. Algunos hombres también juegan a correr cual maratonistas en fuga. Son los que calientan motores al máximo y cuando llega la hora de arrancar se van y se convierten en el fantasma que todos juran que alguna vez vieron pero del cual nadie puede probar su existencia.

Ellos tienen sus tácticas de cabecera. Te pueden decir que pasaron una noche genial con vos, pero después desaparecen sin dejar rastros ni dar aviso alguno, como si hubiesen sido abducidos por alguna fuerza alienígena. Te miman, besan, acarician y cuando estás bien adobada te tiran algo así como “un día de estos te llamo”.

Olvidate que aparezcan de nuevo. Y vos te quedás horas en tu casa pensando en qué fallaste para causar un abandono tan estrepitoso: “¿estoy gorda?, ¿tengo mal aliento?, ¿soy muy aburrida?”. Resultado final: terminás con la autoestima destrozada y comiendo helado. Los muchachitos esquivos disfrutan de la sensación de tenerte en sus manos y poder manipularte como deseen. Cuando sepan que estás babeando por ellos te pondrán en la lista de suplentes mientras buscan una nueva conquista que eventualmente también pasará a sumarse al banco. 

Mantenga al sujeto en cuestión a una distancia prudencial

Los y las histéricas no tienen ganas de vincularse profundamente. Lo de ellos es la superficialidad. Las conquistas amorosas representan un recurso para agigantar sus egos mal heridos. Su vida es una parodia. Todo su comportamiento es puro cuento. Si los pinchás un poquito revientan y quedan más desinflados que globo de cumpleaños viejo. Si te topás con algún espécimen así no te enamores. Disfrutá del cariño instantáneo y exprés que puedas encontrar y después dejalo a un costado con un mensajito en la cabeza que diga: “lo que no se usa, se recicla; que pase el que sigue”.

 

 

Comentarios

@ANSOGUAT

09/08/2018



Muy buena nota Ruben, !!  
@MARIO

09/08/2018



...es buena la nota.

Pero, me pregunto, es tan difícil "sacarle la ficha" a una personalidad así?...resisten sus palabras a un par de oídos entrados "en tiempo"?...o las "presas" de esas personalidades tan esquivas son solo personas que van a escucharse, en lugar de escuchar e intercambiar para conocer al otro...

Porque siempre recuerdo que tenemos dos orejas y una sola boca, por lo que deberíamos escuchar el doble de lo que hablamos...Pienso.

Gracias por compartir la nota Rubén, Abrazo

Mario  
@DANTEX

09/08/2018



Si desde luego que algo de eso hay,pero hay de todo en la viña del señor,Quien no se enfrento a una personalidad asi ?.Creo que lo perjudicial puede ser gente que cree ya se le va a pasar,es su caracter,es dificil,,otros.Creo  que detras de ese tipos de personalidades hay temas no resueltos que se expresan en los vinculos,Saludosa la barra ..  
@MONI2020

10/08/2018



Es verdad, 

Sí, pero no…

Histeria masculina: detectala a tiempo y huí
Hay hombres que nos llevan del encanto a la decepción sin escalas. Vienen y van; quieren, pero no están seguros; cuando están, ya se aburrieron. Cómo reconocerlos.
Existe un grupo de hombres que exacerba la expansión social, la seducción como objetivo de la conquista (donjuanismo) y una fuerte tendencia a huir una vez logrado su propósito, dejando en el oído de las damas la clásica frase: “Yo no te prometí nada”. Es la histeria masculina o estilo histriónico de la personalidad.

Humor cambiante, caprichos, celos, necesidad permanente de ser el centro de atención, frivolidad, “labia” atractiva, insinuante, cuerpo grácil que atrapa la mirada de los otros, poca disposición a la reflexión, facilidad para amoldarse a los demás para obtener el cuidado, son todas características de los hombres histéricos.

Con frecuencia creen tener “dones” o “capacidades especiales” (inteligencia, creatividad, altruismo, etc.) que las personas “no suelen ver en ellos” y únicamente se fijan en lo que su cuerpo sugiere.

En el área emocional creen brindar mucho amor, cuando en realidad hacen una exhibición “teatral” de los afectos. Una entrega y prodigalidad de la que esperan ser correspondidos con creces, aunque las parejas nunca logran saciar sus demandas, siempre insatisfechas.

 

La vida sexual de los histéricos

En el área sexual observamos un sinnúmero de conductas conflictivas que favorecen la aparición de disfunciones sexuales: preocupación por el rendimiento sexual, torpeza para el juego previo, actitud “pasiva”, escaso registro de sus sensaciones eróticas, etc.

No están a la altura de lo que prometen. “Mucho ruido, pocas nueces”, “me prometió un manjar y me hizo comer migajas”, dirán las damas decepcionadas.

No hay histeria sin cuerpo. El cuerpo ocupa un lugar privilegiado en la manifestación del estilo de personalidad. Resulta paradójico que tanta movilización corporal sólo sea una fachada preparada inconscientemente para los demás, una especie de “pantalla” en la que se proyecta un mundo ilusorio que capta la atención y el afecto ajeno.

La fragilidad del mecanismo es tal que ante mínimos fracasos la “pantalla” se quiebra y  queda al descubierto la inseguridad encubierta. Tanta muestra corpórea “para afuera” merecería un contrapeso, un anclaje interno, que, en caso de existir, “sanaría” la conducta.

Los hombres histéricos son dependientes: necesitan imperiosamente de los otros, seducen a “todas y todos”, son irresponsables en el compromiso, se aburren fácilmente y son impredecibles en sus emociones.

Para Freud el motivo distintivo que gobierna el comportamiento de los histéricos es el “temor a la pérdida del amor”, a partir del cual se vuelven  extremadamente dependientes de las personas.

 

Por el doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo. Autor de “Tipos que huyen. Los hombres prometen pero no cumplen. Las mujeres esperan y desesperan”.  www.walterghedin.blogspot.com