... Eva & Adán ... versión moderna

... Ella caminaba paseando su esbelta desnudez por los jardines, que se veìan bellos, un vergel a los sentidos. Shissttt dejó escapar la serpiente, llamando la atención de Eva, no eran amigas, pero si se habìan encontrado antes en varias ocasiones.
Que deseas replicó Eva con un dejo de curiosidad, ella se acercó y le dijo ¿has visto ese ejemplar de macho? señalando en dirección de Adán, ella asintió con su cabeza. La serpiente volvió a preguntar ¿y no te mueve nada el verlo asì desnudo? ... Eva no tenía conciencia del término desnudez, ella así nació y creció, sin ser consiente de ello, sin saber lo que era desnudez ... La víbora se removió incómoda
y replicó ... ¿no véis que sóis diferentes? ... el tiene algo que tú no, le dijo. Eva se miró, miró a Adán, y respondió, tenéis razón, somos diferentes ¿y por qué?
La serpiente astuta le dijo ... es por que un día, no muy lejano el estará en ti, muy dentro de ti.
No entiendo le replicó Eva, la serpiente con una sonrisa pícara, llamó a Adán ... éste dejó lo que hacía y acudió al llamado, una ves con ellos, la serpiente los colocó frente a frente ... ella ya tenía conciencia de sus diferencias, lo pensaba
y con una mano tocaba sus senos, y con la otra su intimidad ... A él le molestó
la forma que Eva miraba eso que colgaba de su cuerpo, se puso visiblemente sonrojado, y notó un calor subir por su cuerpo.
La serpiente vió que Adán experimentaba una erección y le dijo, vosotros estáis hechos el uno para el otro, tú habitarás sus entrañas y ella gozará de ese hecho.
Ambos se miraron, no entendían bien, pero se sentìan diferentes, incluso Adán
ya le miraba los pechos y más exitado se ponia. No lo entienden aún dijo
la serpiente, y fué hasta el árbol prohibido, tomó un fruto y regresó junto a ellos. Puso la cereza en la boca de Eva, diciéndole, muerde solo la mitad, y deja la otra mitad afuera de tu boca, Eva le hizo caso, y luego le dijo a Adán, muerde la mitad que queda afuera de su boca ... Lo hicieron, el roce de los labios les quemó la
piel ... no se dieron cuenta en que momento, sus bocas se besaban y sus lenguas
se buscaban con avidez, el calor y el roce de sus cuerpos terminó por desatar la hoguera, que acabarìa con él dentro de ella y ambos gimiendo sin saber por qué ... cuando el momento llegó, fue tal el placer que ambos gritaron sin poder contenerse
y se quedaron así dormidos, uno dentro del otro ... al amanecer del otro día,
ni Eva era la misma, ni Adán volvió a caminar desnudo por los jardines, habìan despertado a la vida, habían abierto sus ojos a lo desconocido y placentero ...
Eran Hombre y Mujer ...

 

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