ÈL ABANDONA LA CASA - REFLEXIONES SOBRE LA MADRE MB

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@ASERET

16/05/2011#N36282

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ÉL ABANDONA LA CASA. Reflexiones sobre la madre.

“En las manos de mi madre,

Lo cotidiano se vuelve mágico.”

PETECO CARABAJAL

“En las manos de mi madre,

Lo cotidiano se vuelve trágico.”

MB

¿No te parece que estás yendo muy alto en esa hamaca?- me decía mi madre. Yo todavía no me había subido.

-Madre, gracias por darme la vida. ¿Pero podrías dejármela usar?

-Desde los primeros inmigrantes en la Argentina, la comunidad judía ha sido especialmente eficaz en la construcción de redes solidarias, entre las que se destacaban las instituciones para niños huérfanos. Lo que a nadie se le ocurrió todavía es un asilo para los que sí tenemos madre.

-Cuando yo nací, mi madre, en lugar de cortar el cordón umbilical, lo hizo plastificar.

Estos son algunos de los primeros pensamientos que vienen a lo que me queda de cabeza cuando me preguntan por las madres. Pero para comprenderlas cabalmente, debemos verlas en acción, en escena. Yo sé que en la actualidad ningún hijo abandona la casa paterna: aguardan allí hasta que se vayan los padres. Pero yo pertenezco al siglo XX, una era en la que los jóvenes estábamos ansiosos por abandonar el nido y arruinar nuestras vidas en otra parte. Al respecto, esta breve viñeta de los tiempos en que aún los jóvenes querían ser independientes y no solo una extensión de sus padres (excepto en el tema de la tarjeta de crédito.)

Caí ala noche sobre la casa de los Mendelman. Sobre las otras casas también. El joven Ari Mendelman preparaba su bolso.

Madre: Pero, ¿nos vas a venir a visitar?

Ari: Siempre que pueda.

Madre: ¿Y por qué no vas a poder?¿Pensás sentirte mal?

Ari: Voy a venir a visitarlos.

Madre: ¿Sólo a visitarnos? ¿Mi hijo, una visita en mi propia casa?

Padre: Tu madre tiene razón.

Ari: Me acaba de decir que quiere que los visite.

Madre: Quiero que vengas a vivir con nosotros.

Ari: Mamá, todavía no me fui.

Madre: A los Senkman no les dije que te vas a vivir solo. Espero que mantengas el secreto.

Ari: Un poco difícil. Gustavo es mi mejor amigo y sus padres me salen de garantes para alquilar el departamento.

Madre: ¡Los Senkman te salen de garantes! ¡Me quiero morir!

Ari: Me dijiste que antes de salirme de garante para que alquilara, preferías morirte.

Madre: Al menos hubiera muerto con dignidad. Ahora es una muerte humillante. ¡Los Senkman, mis mejores amigos, pagándole el pasaje al otro mundo a mi hijo!

Ari: Mamá, no me voy al otro mundo. Me voy a vivir solo.

Padre: Ya sé. Les decimos a los Senkman que el departamento es para poner tu consultorio de dentista.

Ari: Papá, a los siete años dije una vez que quería ser dentista. Cortala con eso. Trabajo en una radio.

Madre: Que te dejen leer el pronóstico del tiempo con esa voz, nunca lo voy a entender.

Ari: Me usan para anunciar las tormentas. Yo hago de trueno.

Madre: ¡Qué van a pensar los Senkman de mí!

Ari: Que tenés un hijo independiente.

Padre: Pero qué te pensás que sos…¡un país! ¡Ya terminó la época de las independencias! No sos el Zaire, sos nuestro hijo…

Ari: De ustedes no se independizaba ni San Martín…

Madre: Ingrato. Siempre fuimos padres modernos. ¿Acaso no te golpeaba la puerta cuando estaban haciendo el amor con tu novia, para preguntarte si estaba todo bien? ¿Alguna vez te reprimí?

Padre: Es cierto: tu madre siempre les llevaba el desayuno a la cama antes de que se despertaran.

Madre: E incluso la vez que quisimos pasar una semana en el country, regresamos siete días antes pensando que quizá lo tomabas como un rechazo contra tu novia.

Padre: Tanto tu madre como yo nos encargábamos de mantener charlas de educación sexual con cada una de tus novias.

Ari: No me lo recuerden. Me da vergüenza.

Madre:¿Vergüenza? SI todo es libre y natural. Los pájaros no sienten vergüenza.

Ari: Porque no los tienen a ustedes de padres.

Madre: ¿Ya tenés empleada doméstica?

Ari: No, mamá, Ahora hay unos departamentos nuevos, muy raros, que no traen empleada doméstica.

Madre: Entonces te la mando a Norma martes y jueves.

Ari: No, mamá.

Madre: ¿Vas a cortar todo vínculo con nosotros?

Ari: Para eso haría falta una sierra eléctrica.

Madre: ¿Y quién va a limpiar? Si vos no sabés ni lavarte las manos.

Padre: No puedo permitir que mi hijo limpie su propia casa. No te crié para eso. T e crié para el torno, no para el plumero. Prefiero que vivas en la mugre, en un basurero, antes de que alces un solo dedo para limpiar.

Madre: No dramatices, Morris. ¿Quién va a limpiar?

Ari: Mi novia y yo.

Madre:¿Tu novia?¿ Dejás a tu madre por una novia?

Padre: ¿Por qué nunca nos la presentaste?

Ari: A la última que les presenté le pidieron el DNI y la retuvieron 48 hs.

Madre: Cómo me gustó esa chica. Sana, prolija… ¡ Y qué rápido se fue!

Ari:¿Pero es que ustedes no entienden que alguna vez me tengo que ir?

Padre: Nuestros antepasados vagaron cuarenta años en el desierto y vos querés irte a los veintiséis.

Ari: Pero primero salieron de Egipto.

Madre:¿Nos estás comparando con el Faraón?

Ari: No les llega ni a los pies.

Madre: La vida sin los padres no es fácil, ojo. ¿Si entrás a bañarte y te olvidás la toalla? Sabés qué feo salir todo mojado…Ahora, en cambio, siempre hay toallas en el baño.

Padre: Y son nuevas. Secas. Frescas.

Ari:¿Y por qué no las ponen? La última vez que me sequé, pensé que todavía estaba bajo la ducha.

Padre: Ahora nos criticás, pero cuando pierdas a tus padres…Yo lo sé por experiencia.

Ari: Papá, dejaste a tus padres en el asilo y no te acordás en qué pabellón. Eso no es perder a los padres.

Madre: Ay…mi corazón…

Ari: Es el ataque cardíaco número 17 desde que te dije que me voy.

Madre: Bueno, si te vas a ir, andate de una vez.

Ari: Si me abren la puerta…

Madre: Está bien. Morris, levantá la barrera, sacá la tranca y abrí el cerrojo.

Padre: ¿Y la alarma?

Madre: Desconectala.

Ari: La alarma déjenla si quieren…Por los ladrones.

Madre: (lacrimógena) Qué nos pueden robar, ahora…si no nos queda nada. (Se recompone) Además, la alarma detectaba nada más que las salidas.

Ari: Bueno…

Madre: Hijo querido…

Ari: Escúchenme: hagan de cuenta que los que se independizan son ustedes. Que estaban viviendo conmigo y ahora se van a vivir solos.

Madre: ¿Y adónde nos vamos?

Ari: Se quedan acá.

Madre: ¿ Y quién nos sale de garante?

Ari: No me entienden.

Padre: Siempre te entendimos. Yo hice un curso especial para entenderte. Uno con el doctor Barrrico y otro con el doctor Alfardi. “Los limites en el mapa físico en las relaciones con los hijos:”

Madre: Barrico se equivocó de mapa, porque el físico no traía los límites marcados. Perdimos doscientos pesos.

Ari: Bueno, bajo.

Madre: ¿Es en el cuarto?

Ari: Sí, el piso de abajo. Justo el que está debajo de ustedes.

Padre: No sabía que estaba en alquiler.

Ari: Hasta luego…

Madre: No pongan la música muy fuerte, por favor…

Marcelo Birmajer, “Me gustaba más cuando era hijo.

Confesiones de un padre”

Comentarios

@ANSOGUAT

17/05/2011

Excelenteeeeeeeeee

Me hace acordar a esa madre judía que le regala 2 corbatas a su hijo ( una azul y otra colorada ) a la mañana el hijo se pone el traje con la corbata colorada, baja a desayunar y cuando la madre lo vé le pregunta que pasó??? la azúl no te gustó ?

Ric