Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Publicado por
@SANDORA

02/03/2011#N35333

0 Actividad semanal
466 Visitas totales


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Dos años


 




El despertador hizo su trabajo como cada mañana. La de ese día se sentía especialmente fría. Mi ojo derecho, el primero en abrirse, me mostró a través de la ventana un cielo gris que se preparaba para pasar a ser negro en lugar de celeste. El pensamiento de que lo mejor seria quedarse en la cama y seguir durmiendo paso como una estrella fugaz por mi mente. Solo unos instantes mas tarde, sentiría que quizás hubiese sido realmente lo mejor seguir ese pensamiento. Hoy me alegro de no haberlo hecho. Con un gran esfuerzo logre salir de la cama. Luego de luchar con el agua caliente para que apareciese, me di una ducha que no hizo más que relajarme aun más y despertarme aun menos. Unos minutos más tarde me sentaba en mi estudio con mi taza de capuchino al lado, esperando que viniese a mi mente alguna idea que me ayudara a continuar. Había un libro que entregar y estaba más que atorado en su desarrollo. Y fue entonces cuando escuche los golpecitos en la puerta. Una terrible sensación de familiaridad recorrió mi espalda… Casi sin voluntad y diciéndome a mi mismo que no podría ser, me levante a abrir. Lamentablemente (¿lamentablemente?) no me había equivocado... Ahí estaba ella. Dando saltitos para luchar contra el frio. Su carita de ángel no había cambiado en nada, aunque se le notaba que hacia rato había perdido la sonrisa. Esa sonrisa que más de una vez fue mi mayor inspiración. No supe que hacer. Sentí como mi cordura se paraba al lado mío riéndose de mi cara desencajada por el asombro. Dos años habían pasado de la última vez que la vi. Dos largos años desde aquel definitivo y doloroso adiós. Flashes del pasado volvían a mi memoria y todo se volvió confusión dentro de mí. Como si me despertara de un sueño, escuche su dulce voz: “Hola. ¿Como estas?”. Quise articular una especie de saludo, pero nada salio de mi boca. “¿Podría pasar? Hace frio” fue lo siguiente que escuche y eso termino de despertarme. La deje entrar y su cuerpo (abrigado pero perceptible) paso muy cerca mío. Le rogué a mi cordura que volviese dentro de mí. No quería dejarme llevar por ningún tipo de impulso. La sala de estar era un pequeño desastre. Hacia rato que no me dedicaba a limpiarla y hasta podía divisarse en un rincón un par de medias que creía perdidas. Trate de acomodar algunas cosas y prendí la chimenea, siempre en silencio. Aun no tenia en claro que decirle a aquella mujer que había sido la luz de mis ojos durante tantos años y que de la noche a la mañana se había convertido en mi peor pesadilla. “Es bueno saber que algunas cosas no cambian” dijo en tono de broma. “Todo cambia, Florencia. Vos lo sabes mejor que nadie” repliqué y su reacción me hizo notar que la primer frase del día había sido innecesariamente agresiva. Ella venia en son de paz, yo me había puesto (sin quererlo incluso) en pie de guerra. Se sentó en uno de los sofás y destapo su larga cabellera rubia. Quede embelesado. Recordaba perfectamente su pelo, pero volver a verlo en vivo fue un gran shock de placer. Su cabello ahora suelto hacia resaltar aun mas su belleza. “No me respondiste. Como estas?” pregunto como queriendo evitar todo lo posible el ir al grano. “Que haces acá?” pregunte yo. La agresividad no tenía la más mínima intención de irse. “Quería verte. Necesitaba verte” respondió y su intento por permanecer tranquila se fue apagando. “Pero nosotros…” “Si, ya se” interrumpió “nosotros hace dos años que terminamos, lo se. Créeme que lo recuerdo perfectamente” y al terminar de decir esa frase, la primera lagrima empezó a recorrer su mejilla. “Sinceramente, a quien menos esperaba ver era a vos” dije, manteniendo la distancia que inconcientemente me moría por achicar. “Supuse que eras feliz con aquel con quien te fuiste”. “Lo soy” dijo ella y sentí como mi corazón se detenía por un instante, como si un balazo lo hubiese atravesado. “Solo que algunas cosas son mas fuertes que uno mismo” prosiguió “Como las ganas de volver a verte, charlar con vos, abrazarte…”. Las lágrimas ahora bajaban como agua de manantial de esos ojos azules que tantas veces adoré… “Sabes que esto es un error, no? No deberías estar acá. Deberías estar haciendo lo que sea que hagas habitualmente con el. No podes venir así de la nada, pretender que esta todo bien y que charlemos como si nada hubiese pasado” El tono de mi voz fue subiendo. “Nunca me salio el papel de amigo luego de haber hecho el de novio y lo sabes. Deberías irte” Mi conciencia era la que me dictaba aquellas palabras, pero mi alma se rehusaba a aceptarlas y en cambio me pedía a gritos que la abrazase, que le dijese lo que mi corazón se había callado todo ese tiempo. Me miro con la expresión más triste que vi. en mi vida. Nos quedamos mirándonos fijamente y en silencio unos minutos. Las lagrimas no paraban de brotar y en ese momento me encontré a mi mismo llorando también. “No vine a verte como posible amiga” respondió finalmente. “¿Entonces?” pregunte yo aun mas confundido y tratando de recuperar la calma. Se levanto y creí que eso seria todo, que volvería a irse de la misma manera que lo había hecho dos años antes, entre llantos y sin respuestas. Me levante con la intención de despedirla. “Por favor, perdóname…” murmuró… No podría precisar cuanto tiempo paso entre una cosa y otra. Solo se que me sorprendió con ese abrazo que había insinuado antes, que caímos nuevamente en el sofá y que sus labios buscaron los míos con la misma pasión que lo hacian cuando nos jurábamos amor eterno… Y que no pude resistirme a lo que estaba sucediendo... Lo que siguió no tiene caso relatarlo aquí. Solo diré que quizás nos debíamos ese mágico momento. Hoy han pasado otros dos años desde aquel día. Ella volvió a su vida, esa vida en la que yo era un buen recuerdo y yo volví a mis libros y mis propios recuerdos… Solo que esta vez uno de esos recuerdos me permite aferrarme a la vida como un niño se aferra a un juguete visto en una vidriera… es el recuerdo de sus ultimas palabras: “Hoy no será la ultima vez…”. Están golpeando la puerta… Una hermosa sensación de familiaridad me recorre la espalda…





FIN.


 

Comentarios

Aún no hay comentarios. Iniciá una conversación acerca de este tema.


ARG

ARG

MUJER de 48 en Villa del Parque

me gusta el cine , las cenas , el teatro y salidas

¿CONOCERLA?

NO

Más Mujeres
ARG

ARG

HOMBRE de 54 en Monte Castro

Luciano Chiappe 53 años. Soltero sin hijos, sin pareja ni ex cercana. Soy Maest

¿CONOCERLO?

NO

Más Hombres

Salidas Grupales

Ver Todas

Últimas notas

Ver NUE+COMEN
Registrate y comenzá a conocer gente linda