LOS AMADOS - YO VOY A PIE - ALEJO"CHINO" AMADO


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@SERGGIO

24/09/2010#N33419

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http://www.youtube.com/watch?v=DfI8MplLToQ

 

 

Cuando se calza la peluca con jopo y el traje de seda eléctrico, Alejandro Viola se transforma en “Alejo Chino Amado”, la voz romántica de Latinoamérica. Su personaje es una suma de clichés, guiños y homenajes al variopinto repertorio de artistas de la canción latina. Durante las casi dos horas que dura el show, cada vez que repita con su tonada centroamericana la palabra “nochie” –así, al mejor estilo Luis Miguel−, la platea volverá a reír como si fuera la primera vez que la pronuncie. Ese es el espíritu de Karabalí, ensueño Lecuona, el espectáculo que celebra los 20 años de trayectoria de Los Amados en la Argentina y que acaba de reponerse en el teatro Margarita Xirgu los sábados y domingos a las 9 de la noche. El show es una oda a los ritmos latinoamericanos, pero también es un homenaje a la obra musical del compositor cubano Ernesto Lecuona, niño prodigio que, junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats, formó la trilogía más importante de compositores del teatro lírico cubano y, en especial, de la zarzuela.

 

Los Amados son mucho más que Alejandro Viola, sí, pero él ha sido la semilla que germinó este grupo teatral y musical multipremiado, que durante 2009 recibió el ACE al Mejor Espectáculo de Music Hall y el Premio Teatro del Mundo a la Mejor Interpretación Musical. Es él, entonces, quien nos recibe de civil, en su camarín, antes de entregarse a la sesión de maquillaje que lo transformará en su personaje. Tras bambalinas, el resto de la banda comienza a ensayar. Ellos son Lisandro Fiks (contrabajo), Analía Rosenberg (piano), Oscar Durán (requinto), Hernán Sánchez (trompeta), Fernando Costa (percusión) y David Rodríguez y Rubén Rodríguez (percusión y voz). La cantante invitada es esta vez Daniela Horovitz, que al ponerle la voz a Rosa Bernal deja boquiabiertos a todos desde el primer tema.

 

Los Amados llevan editados dos discos, Mensajeros del amor (1998) y Rutilantes (2006), y se espera que este año le den forma a un tercero, que incluirá las canciones de Lecuona que interpretan en el show. Además, algunos de los 12 temas de su segundo CD se pueden escuchar en MySpace.

 

−¿Cómo nacieron Los Amados?
−Yo tenía un grupo de teatro, y con dos amigos teníamos además una agencia de publicidad. Un día, una de nuestras amigas nos pidió que preparásemos algo divertido para su cumpleaños. Es que en la agencia siempre tocábamos la guitarra e inventábamos bandas… eran los 80. Entonces surgió la idea de una serenata. Conseguimos los discos del Trío Los Panchos y armamos una serie de temas. Y nos lookeamos al estilo centroamericano. Así nos presentamos los tres, en una cosa decadente. Pero algunos se entusiasmaron y nos pidieron que repitiéramos el show en otros cumpleaños familiares. Así, empezamos a tocar en casas y diferentes lugares. Entonces dijimos, “armémoslo un poco más acústico, más modernoso”. Por ese entonces no se oía nada de bolero, no había llegado Luis Miguel, así que resultaba muy raro que una banda se vistiera y fuera al Parakultural [emblemático centro artístico de los 80] a hacer boleros con guitarra eléctrica.

 

−¿Qué influencia tuvo Lalo Mir en esos inicios de Los Amados?
−Estábamos por tocar en Cemento y decidimos ir a verlo a la radio para ver si podía darnos un poco de difusión. A él encantó el show y nos dio tanta prensa que cuando se hizo la 2ª Bienal de Arte Joven, en Puerto Madero, todos sus oyentes fueron a ver quiénes eran esos tipos de los que hablaba Lalo. Por ese entonces éramos teloneros de Los Twist y de Los Auténticos Decadentes. Muchos pensaban que yo era Pipo Cipolatti disfrazado. Después pasamos por El Dorado, Morocco, todos los lugares emblemáticos de los 90.

 

−¿Cómo surgió la estética kitsch de Los Amados?
−La fui desarrollando con el tiempo. Primero tuvimos una estética de feria americana. Y después, a medida que íbamos avanzando en los ámbitos en los que tocábamos y se iba perfeccionando mucho la orquesta en lo musical, necesitaba llevar muy al extremo todo lo que me pasaba con la banda. Entonces empecé a trabajar con una vestuarista (Cristina Villamor) que, en realidad, es pintora. Nuestro vestuario es muy llamativo, es como una gran pintura tropical. No hay que olvidar que somos un grupo que hace humor, y por ende la estética es parte de ese humor.

 

−Justamente, ustedes le cantan al amor con humor…
−Sí, es que no entiendo la parte seria del amor. ¿Cuál es? La parte seria es cuando uno sufre. Cuando hay amor, es divertido. Me tomo el amor como digo, como pienso que debería vivirse. Hay una parte del espectáculo en la que hablamos de los celos con el público y yo sé que juego con eso. Pero los celos son algo raro para discutir. Y hay gente que sufre por celos. Hay que hablar de estos temas y no tomarlos como parte del amor.

 

−¿Se puede identificar una identidad latinoamericana en la producción cultural?
−Sí, fui a muchos festivales y sentí cómo se espera al teatro latinoamericano. Gusta mucho porque se lo hace con pocos elementos y tiene mucho contenido, mucho cuerpo. Estando aquí tal vez no lo notamos, pero afuera se ve que hay mucha formación, muchas escuelas. Tenemos siempre la capacidad de reinventarnos.

 

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