A UN AÑO DEL FALLECIMIENTO DEL DR. RAUL ALFONSIN


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Publicado por
@ASERET

31/03/2010#N31124

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" más allá de aciertos y errores de un hombre que apenas era eso, un ser humano. "


Jamàs olvidarè el 10 de diciembre de 1983


Mi recuerdo


Tere

 

Comentarios

@CECILYA

31/03/2010



En esas elecciones de 1983 donde ganó el Dr Raul Alfonsín, yo voté al Justicialismo, debo confesar la tristeza que sentí en ese momento, justo en esa oportunidad fui Presidente de mesa en una escuela que está en la calle Salta y San Juan, a la vuelta de Canal 13, por lo cual cuando se abrió el primer sobre tenía la cámara encima combrobando lo que luego fue el resultado final de más del 51 %.-

No obstante  el comprobar en la calle la alegría de la gente respecto al resultado de las urnas.Sus actitudes, su forma de enfrentar las distintas situaciones que se le fueron presentando, la soledad en la que sus propios correligionarios lo dejaron en muchas oportunidades, enfrentándose con los militares, el grupo mediático en boga hoy, los gauchócratas que siempre lloran miseria y los que manejan el verdadero poder económico que lograron que todo resultara hostil y adverso al punto de que las corridas en los bancos, la inflación etc etc convencieron a la gente de la entrega prematura del poder al voto 37 (porque es yeta nombrarlo).Me interesa decir que por lo que expresé acompañé todos sus llamamientos con mi presencia y me hubiera unido sin duda a la defensa de su gobierno a pesar de todo porque pienso que fue un golpe económico para dar lugar al remate de las empresas del estado con arreglos expúreos que seguramente hicieron previamente esos delincuentes que gobernaron a los cuales el Dr. Alfonsin no hubiera dejado avanzar si hubiera podido.

Lamentablemente su lucha no ha dejado sucesores al menos que se vean dentro del partido, ni siquiera  su propio hijo está a su altura.Coincido con Alberto en cuanto a que era un verdadero político y que su manera de moverse siempre fue dar debates francos con ideas y sobre todo con planes. Tristemente vemos hoy como desfilan los personajes mediáticos, acéfalos de ideas que se dicen políticos, pero están muy lejos de serlo.-

Cecilya  
@OJOSVERDES

31/03/2010



cecilya, me encanto lo que escribiste de alfonsin... muy justo y de grandeza, gracias por eso  
@BETODECAP

31/03/2010

gracias cecylia por lo que escribio, se ve que algunas veces reflexiona.

 
@CECILYA

01/04/2010



Compañeros, me alegra que coincidamos, valoro sus opiniones desde ese punto de vista, no se si será que lo siento yo, pero creo que estamos empezando a no asustarnos por las discrepancias, simplemente aceptarlas o sea "escuchamos" y valorar todo aquello que nos acerque aunque sea por un tema. Mi opinión es de que nuestra sociedad de a poquito  empieza a madurar, valorando lo logrado hasta aquí, por eso es muy importante tener siempre presente al Dr Alfonsin por lo que significó en nuestra historia su lucha decidida en el recupero de esta democracia, no importa que lo hayan obligado a retroceder no le quedó otro remedio eso no cambió su pensamiento ni su ejemplo.-

Cecilya  
@SERGGIO

01/04/2010



Lamento no coincidir , subo un texto al que adhiero porque no creo que Alfonsín haya sido obligado a retroceder,que no le haya quedado otro remedio ,que no hubiera dejado avanzar a los delicuentes si hubiera podido , Alfonsín hizo lo que quiso a conciencia , hizo suya la teoría de los demonios,puso a Sábato al frente de la Conadep ( EL GENERAL VIDELA ME DIÓ UNA EXCELENTE IMPRESIÓN.SE TRATA DE UN  HOMBRE CULTO , MODESTO , INTELIGENTE. ME IMPRESIONO LA AMPLITUD DE CRITERIO Y LA CULTURA DEL PRESIDENTE  declaraciones de Ernesto Sabato 20 de mayo 1976 Clarín y La Nación luego de almorzar con Videla ), dictó las instrucciones a los fiscales para acelerar las causas y permitir que cientos de represores salvaran el pellejo , para finalmente sancionar el punto final y la obediencia debida. Saludos. Sergio

 

REFLEXIONES SIN DEMAGOGIA

OSVALDO BAYER


Tengo 82 años y nací justo tres semanas antes que Alfonsín. Es decir que viví todos los mismos tiempos históricos. La Década Infame durante la niñez, el golpe del ‘43 a los 15 años y el primer peronismo a los 18. Y todo lo demás. Las tristes realidades argentinas pero siempre las esperanzas al comenzar de nuevo.

¿Qué pienso de Alfonsín? Empecemos por el lado bueno. Es uno de los pocos presidentes a los que no se le puede reprochar ningún negociado ni enriquecimiento en provecho propio. Eso ya es algo, en la Argentina.

En lo demás tal vez sea muy duro, pero es que viví parte de mi vida en Alemania, principalmente en la posguerra, y tal vez esperé de Alfonsín –después de la dictadura de la desaparición– una política parecida a la del posnazismo en Alemania, donde el pueblo alemán demostró haber aprendido, por fin, la lección para siempre. Nunca más ni el militarismo ni las guerras ni el racismo ni el totalitarismo.

Cuando regresé de mi exilio pensé que la Argentina iba a iniciar el mismo camino de autocrítica, luego de la larga cadena de dictaduras militares y del haber sido escenario de la “Muerte argentina”, como se conoce en el exterior al sistema de la desaparición de personas, la tortura bestial de los prisioneros, su muerte final –como el ser arrojado con vida desde aviones al río– y el robo de sus niños.

No, no fue así. Empezó el tire y afloje. Mi primera decepción fue cuando Alfonsín y su partido no propugnaron la comisión bicameral investigadora de los crímenes militares –como tendría que haber sido– sino que cargó esa responsabilidad en una “comisión de notables” elegidos a dedo. Algunos de los cuales habían sido colaboracionistas de los dictadores o, por lo menos, sonrientes concurrentes a audiencias de los verdugos. Bien, sí, algo hizo la llamada Conadep porque por lo menos se recogieron acusaciones. Pero no se cumplió con la investigación a fondo que podría haber tenido –por su responsabilidad– una comisión bicameral. Para luego pasar al juzgamiento de los responsables mayores.

Se hizo entonces el juicio a los comandantes, pero limitado a eso, a los responsables pero no a los centenares de ejecutores. Y esos responsables fueron a parar a “countries” cercanos a un penal militar, entre jardines y con la visita diaria de sus familias. Luego, el levantamiento de carapintadas y el presidente que va en helicóptero al cuartel a “parlamentar” con los que volvían a levantarse con sus armas contra el poder elegido por el pueblo. En vez de resistir con el pueblo, no, fue a parlamentar. De ahí salieron las humillantes palabras para todos los que estábamos en Plaza de Mayo dispuestos a defender la democracia hasta sus últimas instancias, que quedarán para la historia de las renuncias argentinas: “La casa está en orden”, “Felices Pascuas”. Y de inmediato las leyes que avergonzarán para siempre al Congreso Nacional, de obediencia debida y punto final. Votadas por los representantes de la Unión Cívica Radical.

En otras palabras: libertad incondicional para todos los uniformados de la picana eléctrica y la desaparición. La democracia se había puesto de rodillas ante los criminales desaparecedores. Eso fue imperdonable. Como lo fue también un hecho de ese gobierno: el mantenimiento en la cárcel hasta cumplir con sus condenas de los presos políticos que habían sido condenados por los jueces de la dictadura. Yo los visité hasta bien entrado el año ’88. Fui, me acuerdo, con la actriz noruega Liv Ullmann a Devoto. Allí estaban, eran cuatro. Y nos juraron su inocencia y nos relataron las torturas bestiales a que habían sido sometidos por esos “jueces” de la dictadura a los que el gobierno de Alfonsín no dejó cesantes como tendría que haber hecho. Y el otro acto que nos llenó de tristeza y pesimismo fue la brutal represión ordenada por el gobierno radical contra los invasores de La Tablada. En vez de seguir el consejo del jefe de policía de aquel entonces, de sitiar el cuartel y rendirlos por hambre, envió nada menos que al peor represor que había actuado en Mar del Plata, autor de la trágica Noche de las Corbatas, que llevó a la desaparición de todos los abogados de derechos humanos de esa ciudad. Ese señor general invadió el cuartel de La Tablada con bombas de napalm, gases y fuego cruzado de ametralladoras. La masacre fue evidente: murieron soldados que se hallaban en el cuartel, guerrilleros y hasta se dieron el lujo los militares de haber hecho “desaparecer” a unos cuantos de los jóvenes invasores. La comisión de derechos humanos de la OEA criticaría después abiertamente al gobierno de Alfonsín por ese ataque y por haber sido los acusados mal juzgados, sin los resguardos pertinentes. Y, para no extenderme, el final. El haber abandonado el gobierno cinco meses antes de terminar su mandato, para dejarle el “muerto” económico a Menem. Ningún estadista elegido por el pueblo debe hacer una cosa así. Tiene el deber de demostrar su sentido de la responsabilidad hasta último momento. Por algo el pueblo, después de Alfonsín, cambió de rumbo y volvió a votar al peronismo. Y tuvimos que aguantar diez años a Menem y su saqueo por el Pacto de Olivos, un arreglo de comité que acentuó el personalismo en nuestro país.

No logramos, después de la dictadura de la desaparición, la democracia que deberíamos haber implantado tras las trágicas enseñanzas de nuestro país tan humillado. Escribo esto para llamar a la realidad y no mentirnos en un falso “respeto por los muertos”. Debemos pensar también en los otros muertos, en aquellos que dieron su vida por más justicia en una democracia. Pensar que, desde aquel diciembre de 1983, no hemos cumplido con el principal mandato de una auténtica democracia: un país sin niños con hambre, un país sin villas miserias , un país sin desocupados.
 
 
@SERGGIO

01/04/2010



Gracias Tu por el comentario , pero yo tampoco sé escribir , solo participo diciendo con respeto lo que pienso respecto de los temas que me interesan. El que sabe escribir es Bayer !!

Un beso, un abrazo y que buena la película de los Padres de la Plaza , esos padres que todavía reclaman justicia y que seguro bien saben quién es Sábato en esta historia . Y en otras?!! Sergio

En cuánto a Sabato , ya que vas a chequear no te pierdas esto :

¿Por qué aplauden a Ernesto Sabato?

Hugo Montero, 29-11-2004, Consejo de dirección de revista Sudestada

Con el tiempo, muchos intentaron justificar la actitud de Sabato en su entrevista con Videla con infinidad de excusas. Incluso el propio escritor explicó, ya en democracia, las razones de su asistencia Lo cierto es que los que consideran la presencia del intelectual esa tarde en Casa de Gobierno como "un error", muchas veces aducen que ese "traspié" es el único que puede reprochársele al señor Sabato. Nada más alejado de la realidad.

En junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía derrocaba al presidente Arturo Illia, con el consentimiento tácito de gran parte de la sociedad argentina, y también con el respaldo exultante de parte de la intelectualidad. Entre los más entusiastas por la llegada del gobierno militar se encontraba el autor de la siguiente cita: "Creo que es el fin de una era. Llegó el momento de barrer con prejuicios y valores apócrifos que no responden más a la realidad. Debemos tener el coraje para comprender (y decir) que han acabado, que habían acabado instituciones en las que nadie creía seriamente. ¿Vos creés en la Cámara de Diputados? ¿Conocés mucha gente que crea en esa clase de farsas? Por eso la gente común de la calle ha sentido un profundo sentimiento de liberación. Hay en el pueblo (como en los chicos) una necesidad de verdad hondísima. (...) Se trata de que estamos hartos de mistificaciones, hartos de politiquerías, de comités, de combinaciones astutas para ganar tal o cual elección. Estamos avergonzados de lo que hemos llegado a ser, no ya en el mundo, sino en América Latina, al lado de potencias como Brasil y México. Qué, queremos seguir siendo una especie de burocracia cansada y decadente, en nombre de no sé qué palabras que no son nada más que eso, palabras. No se hace una gran nación con palabras, y mucho menos con palabras apócrifas y altisonantes". Llama la atención en este párrafo la mención de ciertas "palabras", que el autor define como "apócrifas y altisonantes". ¿Se referirá, justo en tiempos de dictadura, de palabras tales como "democracia"?

La cita sigue y sorprende: "Falta ver, ahora, si los hombres que han tomado el gobierno están a la altura de la desesperación histórica del pueblo argentino. Si no responden como es debido, estaríamos ante la más grande catástrofe, quizá ya irremediable. Sé que hay personas que están en puestos claves y que piensan lúcidamente". Para terminar, el defensor de los golpistas se referirá particularmente al que sería el instigador de La noche de los bastones largos, entre otras aberraciones de ese tipo, el general Onganía: "Ojalá la serenidad, la discreción, la fuerza sin alarde, la firmeza sin prepotencia que ha manifestado Onganía en sus primeros actos sea lo que prevalezca, y que podamos, al fin, levantar una gran nación" (3).

Nada más que agregar, apenas mencionar que el responsable de firmar semejante cheque en blanco al gobierno militar fue Ernesto Sabato, en julio de 1966. Pero volvamos tiempo atrás, a 1955 y a otro golpe de Estado a manos de la casta militar, que esta vez derroca a Juan Perón Y otra vez Ernesto Sabato, otra vez su simpatía por los uniformados golpistas, por la autodenominada "Revolución Libertadora": "En toda revolución hay vencidos. En ésta los vencidos son la tiranía, la corrupción, la degradación del hombre, el servilismo. Son vencidos los delincuentes, los demagogos, los torturadores. Personalmente, creo que los torturadores deberían ser sometidos a la pena de muerte" (4). Como reconocimiento al apoyo recibido, el presidente de facto Pedro Aramburu designará a Sabato al frente de la revista Mundo Argentino. Como lo demuestra la historia, no le importaba demasiado al autor de estas citas el perfil ideológico de los gobiernos constitucionales derrocados, lo que realmente importaba era manifestar, rápidamente y sin vacilaciones, sus simpatías por los uniformados que, como de costumbre, llegaban para salvar a la patria.


3) José Eliaschev, revista Gente, "Sabato: El fin de una era", 28-7-66.

4) La entrevista, publicada en el diario El Líder de 1955, integra la recopilación de entrevistas al escritor llamada Medio siglo con Sabato, de Julia Constenla.  

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Hola, soy abogada y escritora. Juego al tenis pero no tengo con quién jugar. Hi

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