RECORDANDO A ARLT POR FLORES - EL SABADO 20/02


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Publicado por
@JONES

16/02/2010#N30574

0 Actividad semanal
849 Visitas totales


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

 

 

Silvia Hopenhayn

\"\"

Roberto Arlt en Flores

Silvia Hopenhayn

Para LA NACION

Miércoles 26 de noviembre de 2008 |

Ocurrió en el barrio de Flores. No era una novela de César Aira, pero hubiera podido serlo. La gente iba y venía del Museo Marcó del Pont a la Escuela Urquiza, entre muñecos gigantes de papel maché y palabras de lunfardo para ensamblar con música de tango y voces de jazz, narradores orales y escritores efusivos.

Todos hablaban de Roberto Arlt, que, igual que César Aira, vivió en Había para elegir: Arlt cronista, Arlt dramaturgo, Arlt narrador . Y por allí rondaban también sus personajes: Silvio Astier, el protagonista de El juguete rabioso ; Remo Erdosain, de Los siete locos , y el poco recordado Estanislao Balder, de El amor brujo .

Vale recordar este libro. Más allá del debate algo perimido acerca de la virginidad, su ímpetu persiste. Porque es una historia de amor que se apiada de los hombres. El encuentro, hacia el final de la novela, de los dos varones de esta historia, Balder y Alberto, dilucidando los propósitos de las mujeres, resulta conmovedor.

Si bien Balder encarna la paradójica figura del cínico enamorado, se revela sincero en sus cavilaciones. De allí que aparezca el "fantasma de la duda", intérprete imaginario de sus vaivenes sentimentales.

Al principio, se podría pensar que denigra a la mujer por despecho, o por la incertidumbre que ésta le suscita. Pero a medida que se profundiza la relación -con toda la familia de Irene, con el modelo social de una familia, con los pilares de una ideología agobiante- su posición se redefine. La pasión por Irene se traduce en el secreto que busca arrebatarle. Así, Balder hace de la virilidad una ética para desmantelar la farsa. Claro que el amor se torna imposible.

Es como un juego que se gana mientras se juega, pero que, cuando termina, siempre se pierde.

Alguien dijo que en la literatura argentina no se habla de amor. Esta novela lo desmiente. Se trata del amor que se esfuma cuando se le intenta quitar la máscara que lo encubre, que lo alienta. El carácter metafórico de algunos pasajes no es sólo resultado de un impulso narrativo ni de las restricciones de la época, como se ve en la única escena de alusión sexual: "La mancha blanca tiembla en el piso encerado. Balder retrocede y lanza una carcajada. Ocurre que al finalizar el espasmo erótico, ha visto sobre el perfil de la caja negra del piano los tres cuartos de rostro del retrato del teniente coronel".

La metáfora es una forma del velo. Y los personajes de Arlt suelen ser unos desvelados que se escabullen tras las sombras de sus sueños. Hay que pensar que la escritura de El amor brujo coincide con cierto viraje sentimental que cobraron sus Aguafuertes , publicadas en el diario El Mundo . Como si Roberto Arlt, luego de retratar una sociedad en crisis a través de sus fantasmas y sus miserias, hubiera trasladado su crítica ideológica y política al núcleo familiar, buscando romper los prejuicios más arraigados en la intimidad de las personas.

Quizá por eso sea una novela fallida, desde el punto de vista de su consagración. Porque falla en su obvio afán de depuración de sentimientos insondables. No en vano fue su última novela. Luego se dedicó al teatro, como si sus personajes le hubieran reclamado otro espacio.

Por suerte, Losada reedita sus libros. Por suerte Susana Reinoso ideó el festival "Arlt vuelve al barrio de Flores", que transcurrió el fin de semana pasado, con el tren que cada quince o veinte minutos marcaba el ritmo urbano de la realidad arltiana.

 

 

 

Comentarios

@JONES

16/02/2010

De Molinos de Viento en el barrio de Flores , publicado en el diario el Mundo, 1928

 

"Hoy, callejeando por Flores, entre dos chalets de estilo colonial, tras de una tapia, en un terreno profundo, erizado de cinacinas, he visto un molino de viento desmochado. Uno de esos molinos de viento antiguos, de recia armazón de hierro oxidada profundamente. Algunas paletas torcidas colgaban del engranaje negro, allá arriba, como la cabeza de un decapitado; y me quedé pensando tristemente en qué bonito debía de haber sido eso hace algunos años, cuando el agua de uso se recogía del pozo. Cuántos han pasado desde entonces!"

"Flores, el Flores de las quintas, de las enormes quintas solariegas, va desapareciendo día tras día. Los únicos aljibes que se ven son de "camouflage", y se les advierte en el patio de chalecitos que ocupan el espacio de un pañuelo. Así vive la gente hoy día.

Qué lindo, qué espacioso que era Flores antes! Por todas partes se erguían los molinos de viento. Las casas no eran casas, sino casonas. Aún quedan algunas por la calle Beltrán o por Bacacay o por Ramón Falcón. Pocas, muy pocas, pero todavía quedan. En las fincas había cocheras y en los patios, enormes patios cubiertos de glicina, chirriaba la cadena del balde al bajar al pozo. Las rejas eran de hierro macizo, y los postes de quebracho. Me acuerdo de la quinta de los Naón. Me acuerdo del último Naón, un mocito compadre y muy bueno, que siempre iba a caballo. Qué se ha hecho del hombre y del caballo? ¿Y de la guinta? Sí, de la quinta me acuerdo perfectamente.

Era enorme, llena de paraísos, y por un costado tocaba a la calle Avellaneda y por el otro a Méndez de Andés. Actualmente allí son todas casas de departamentos, o "casitas ideales para novios".

¿Y la manzana situada entre Yerbal, Bacacay, Bogotá y Beltrán?

Aquello era un bosque de eucaliptos. Como ciertos parajes de Ramos Mejía, aunque también Ramos Mejía se está infectando de modernismo."

"La tierra entonces no valía nada. Y si valía, el dinero carecía de importancia. La gente disponía para sus caballos del espacio que hay compra una compañía para fabricar un barrio de casas baratas. La prueba está en Rivadavia entre Caballito y Donato Álvarez. Aún se ven enormes restos de quintas. Casas que están como implorando en su bella vejez que no las tiren abajo.

 

En Rivadavia y Donato Álvarez a unos veinte metros antes de llegar a esta última, existe aún un ceibo gigantesco. Contra su tronco se apoyan las puertas y contramarcos de un corralón de materiales usados. En la misma esquina, y enfrente, puede verse un grupo de casas antiquísimas en adobe, que cortan irregularmente la vereda. Frente a éstas hay edificios de dos o tres pisos, y desde uno de esos caserones salen los gritos joviales de varios vascos lecheros que juegan a la pelota en una cancha. "

"Las librerías. Es de reírse! En todas las vidrieras se veían los cuadernillos de versos del gaucho Hormiga Negra y de los hermanos Barrientos. Las tres librerías importantes de esa época eran las de los hermanos Pellerano, 'La Linterna'; y la de don Ángel Pariente. El resto eran boliches ignominiosos, mezcla de juguetería, salón de lustrado, zapatería, tienda y qué sé yo cuántas cosas más."  


ARG

ARG

MUJER de 54 en Monte Grande

Me gusta ir al teatro, al cine, recitales, resto, y más aún viajar.

¿CONOCERLA?

NO

Más Mujeres
ARG

ARG

HOMBRE de 48 en Mataderos

Soy una persona tranquila,sencilla.disfrutar al aire libre ,las salidas a bares

¿CONOCERLO?

NO

Más Hombres

Salidas Grupales

Ver Todas

Últimas notas

Ver NUE+COMEN
Registrate y comenzá a conocer gente linda