QUIEN CONTROLA A QUIEN ?????????


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Publicado por
@SALU

29/09/2008#N23880

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Este es un tema muy difícil de abordar, ya que son pocos los hombres y mujeres que admiten ese problema en su personalidad. Por eso quiero aclarar desde el mismo comienzo que el afirmar que alguien es controlador no significa disminuir o desacreditar a una persona, sino que es una parte de su personalidad que debe ser corregida. Además ese comportamiento, como veremos más adelante, tiene su parte positiva.

 

El porqué del control

“¿Por qué mi marido tiene que controlar el dinero, y cómo debe distribuirse? ¿Por qué tiene que tener siempre la última palabra? Además, cuando llega, quiere saber qué hice, donde fui...”.

“¿Por qué mi mujer es tan obsesiva, controlando si cuelgo o no mi ropa? ¿Por qué me controla en una conversación entre amigos, corrigiendo lo que digo?”

Una de las varias respuestas es que todo ser humano de un modo u otro, siente la necesidad de controlar, ya sea a las personas o las situaciones, y es en el hogar donde pensamos que podemos ejercer, o dar rienda suelta a ese comportamiento. En todos los matrimonios hay áreas donde uno de los dos controla al otro. Eso está bien; es más, yo diría que hasta contribuye a una buena relación el tener en cuenta los valores de cada uno. Pero cuando uno de los dos tiene que estar en constante control para sentirse seguro, creo que es tiempo de buscar soluciones.

 

La personalidad controladora

¿Quiénes son estos hombres y mujeres? Muchas veces son los más respetados en su comunidad y, por lo general, no son conscientes de su comportamiento controlador. Ellos simplemente siguen un estilo de vida que les parece normal. Están siguiendo el modelo controlador de su padre o madre con el cual crecieron y se formaron.

Hay otra clase de controlador. Es aquel que tiene de por sí una personalidad dominante y sigue el guión que le dicta su propia personalidad.

Varios psicólogos están de acuerdo en que esta clase de personas a menudo llegan a ser líderes en su trabajo o iglesia. Resuelven problemas, toman decisiones, llevan a cabo el trabajo que se proponen. Asimismo tienen un nivel alto de autoestima. Pero hay un gran problema, no saben trabajar en equipo.

Por supuesto, cuando estas personas se casan, llevan esa personalidad al matrimonio y, muchas veces, lo que antes les llevó al éxito, ahora, en el convivir diario con su cónyuge, produce conflicto. En el matrimonio, la personalidad dominante, ya sea él o ella, tomará decisiones rápidas, a veces sin tener en cuenta a la esposa/o. Su razonamiento es: ”¿Por qué molestarla... para qué vamos a perder tiempo hablando sobre esto si yo puedo hacerlo?”. En su mente no tiene la idea de estar controlando, sino simplemente que es eficiente. Sigue el modelo con el cual creció, o lo hace porque piensa que es su deber. De cualquier manera un controlador obsesivo es un problema, porque no tiene un concepto claro de lo que es ser un equipo y actuar como tal; es decir, no ser meramente yo, sino nosotros.

 

Cómo sobrevivir y ayudar al controlador

Hay varias formas que te permitirán sobrevivir y, al mismo tiempo, ayudar a

tu esposo a ser más flexible y disfrutar compartiendo aun las cosas que hoy os separan.

Primero debes reconocer que no siempre la personalidad dominante es la que controla. Es interesante saber que muchos son los hombres que asocian a la mujer que está constantemente machacando que uno haga algo, con las palabras del rey Salomón: “Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa”- Prov.27:17.

Juana pide a su esposo algo que evidentemente él no quiere hacer, por lo menos en ese momento, así que éste no le responde. Juana repite su pedido acentuando cada sílaba para aumentar la importancia del mismo. El sigue sin responder. Ella continúa hasta lograr lo que se propuso. O, por otro lado, se frustra si es él quien ha controlado la situación. Una escena muy común que nos hace pensar “¿quién controla a quién?”.

 

Otra forma negativa de actuar es cuando el cónyuge que se siente controlado trata de ganar la batalla argumentando. Eso es como proveer municiones para prolongar una situación desagradable. Ninguno de los dos gana; solo queda un sabor amargo que lleva especialmente a la esposa a tratar de involucrarse lo menos posible en los días siguientes en los asuntos de él.

Muchas son las parejas que siguen este patrón por años, y de esa manera perpetúan un juego peligroso, al pronunciarse palabras que nunca debieron decirse porque dejan heridas.

Una forma negativa de actuar adicional es evitar el conflicto. “Mantener la paz a cualquier precio”. Esto, esencialmente, convierte a la esposa en esclava del controlador. Irónicamente el acercarse sumisa no logra la paz. Exteriormente la pareja parece estar en paz, pero nada más lejos de la verdad. Esta forma de actuar siempre trae problemas al matrimonio.

Esconder tus sentimientos es malo para tu estado emocional, físico y espiritual. Debes expresarlos en voz alta en oración. Te sentirás aliviada, Dios te comprenderá y ayudará, pide sabiduría y la recibirás abundantemente -Stg.1:7. Cuando aprendes a liberar tus sentimientos, descubres que lo que tu esposo dice o hace no te afecta tanto.

 

Controlando tus pensamientos

Probablemente estás empeorando la situación por dar rienda suelta a tus pensamientos y así agrandar el problema. Deja de tomar las palabras o acciones de tu esposo como algo personal, como lo hacías en el pasado. Es verdad que él te presiona, pero no lo juzgues, porque de esa manera aumentas tu enojo, Piensa que es una forma diferente de ver o hacer las cosas; que no lo hace para lastimarte.

En vez de dejar de lado sus críticas, evalúalas cuidadosamente. Así, en medio de una metodología ineficaz, descubrirás un núcleo de verdad.

Con la práctica puedes aprender a sacar los pensamientos negativos y reemplazarlos por positivos, pero para hacerlo debes poner las cosas en una perspectiva correcta. No hay necesidad de actuar de acuerdo a tus pensamientos o sentimientos negativos. Las Escrituras nos muestran que nuestra mente a menudo es la base de problemas y dificultades.

Cada vez que tengas pensamientos negativos acerca de tu esposo o de ti misma, especialmente si vas a pensar en el problema, trata de verte como una mujer capaz de superar la situación en el poder de Cristo, en vez de verte como la víctima y a tu esposo como el villano. Como cristiana debes recordar que “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2Tim.1:7). Esto debe reflejarse en tu manera de pensar y actuar y, posiblemente, ayude a tu marido a modificar algunos aspectos de su forma de controlar.

Evalúa su estilo de controlar

Para determinar lo que sí puedes tolerar y lo que no, haz una lista de todas las cualidades positivas de tu esposo, y otra de aquellas cosas que realmente te molestan. Evalúa cada una de ellas, y descubre cuáles son esenciales cambiar y con cuales puedes vivir.

Marta me comentaba: ”Decidí un día evaluar lo negativo y lo positivo de su tendencia a controlar, y me sorprendí al descubrir que había pasado por alto puntos positivos, concentrando mi atención más en lo opuesto. Fue toda una revelación. Lo comenté con él, agradeciéndole lo positivo, lo cual apreció mucho. Ahora se está esforzando en superar lo que realmente me molesta”. Ora por él y por ti misma. Dios es el único que puede cambiar a las personas, y las situaciones.

 

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