LO QUE NO FUIMOS ...

Yo nunca fui tu amiga soñada, que llevaba tus libros o tu guitarra,yo fui la que te ignoraba sutilmente porque eras mi amor inconfesable.
Yo nunca te cogí de la mano cuando íbamos los dos solos, caminando, yo era la que te daba mi cuerda desafiándote hacer nudos scout.
Yo nunca fui a buscarte a tu casa para que salgas a jugar en las tardes, en cambio, yo esperaba cada sábado por la mañana para jugar al pillarse en los recreos de la primera comunión.
Jamás te envié una tarjetita o un peluche en tu cumple o el 14 de febrero, yo siempre te he regalado amaneceres, un chaleco que demore diez meses en tejerlo, monedas de otros países y estampillas usadas.
Yo nunca te invité a jugar Atari, a tomar helados o hacer maniobras en bicicleta, juntos fuimos a conocer dónde nace la noche, la casa de retiro embrujada, la Cruz de los Muertos de Tobalaba y a cazar andanzas en el cuentautos.
A tu casa no llegué a tomar café con galletas o a estar sentada frente a la televisión mientras los adultos conversan. Yo fui a cocinar fideos, a esconderme de los ladridos de la Amanda, a mirar un lucero desde tu ventana, a reírme con tu hermana, a mirar los avances en costura de tu madre, y a darte un beso a escondidas.
Más grandecitos, no te invité a bailar, nunca fuiste a mi fiesta de quince. Nosotros nos subimos a los juegos del Peatonal para ver las luces de La Florida, a inventar un aniversario de capilla con fogata, a escuchar a Los Jaivas en la municipalidad.
Yo nunca te llamé por teléfono los fines de semana para hablar y hablar, esos fines de semana nos escapamos varias veces de nuestras casas y fuimos a conocer los secretos del Cajón del Maipo.
Yo nunca busqué la soledad para estar contigo, tú te unías al grupo de amigos para hablar bobadas, tocar guitarra, para coquetearme enfrente de todos, para jugar poker apostando fortunas con monedas de a peso.
Tú nunca tuviste un gran auto para llevarme a casa, yo hice que quedáramos empapados una tarde de lluvia cuando volvimos a pie desde el catorce, muertos de frío, buscando un negocio para comprar chocolates.
Nunca tuvimos noches romanticonas a la luz de las velas oyendo a Silvio Rodríguez, tuvimos noches excitantes hablando de recuerdos, de sueños, viendo “Casablanca”.
Tú nunca fuiste mi pololo oficial,tú fuiste "mi amigo de quien me cuesta despedirme".Conmigo, nunca trazamos los límites exactos y convencionales entre conocidos, amigos, enamorados, novios, esposos, amantes, compañeros de toda la vida…Conmigo, nunca supimos en qué estado estábamos viviendo, al tiempo que los vivíamos todos juntos.
En tu delante, yo nunca dije: "ese joven", "¡qué iras!", "me siento mal". Tú me oíste decir: "este huevón"; "puta madre!"; "estoy hecha mierda", o simplemente no me oíste decir nada y tus brazos cobijaron mi silencio.
Yo nunca esperé que me abrieras la puerta del auto; jamás te ofrecí el hombro para que llores, tú siempre te sabías valer por ti mismo; yo siempre te escuché en silencio esperando que derrumbaras tus murallas porque, aunque no digiera ni media palabra, tú ya estabas sanado, porque yo siempre estuve allí recordándote que, para ser necesario y amado, sólo necesitabas respirar.
Cuando nos peleábamos, jamás te llamé curada a pedirte perdón ni exigir explicaciones, Nunca te mire esquiva y con recelo. Yo te envié a mi hermana gemela - que no tengo - para que se quedara a tu lado. Y cuando tu lealtad a tu amigo de ojos verdes me oculto que él me había engañado con la pequeña voz de pito, sólo te pregunte el porqué y me aleje de tus huellas por casi dos años.
Cuando te fuiste, no te despediste,¿por qué habrías de hacerlo?... si siempre hemos estado juntos, aunque lejos en distancias.
Cuando te uniste a la mujer de negro, yo no te reproché, ni me sorprendí, te conozco demasiado como para hacerme la ingenua contigo. Supe de ella por un amigo y la conocí desde lejos, una noche de domingo, cuando la llevabas a su casa.
Yo nunca me mostré débil cuando tu sonrisa hacía su aparición en escena; me vestí de tranquilidad cuando te encontré en el metro camino a casa, mientras mi corazón gritaba de alegría.
Yo lloré en soledad por ti, por algunos de los recuerdos perdidos, por los sueños deslavados, por no comprender tu ironía, por tu silencio, por no respetar tu alegría.
Yo nunca te fui a saludar cuando regresaste,¿por qué habría de hacerlo?...si siempre hemos estado juntos, cerca en nuestras almas.
Yo siempre, siempre, siempre me juré que nunca, nunca, nunca abriría la ventana de la verdad, secreto de tumba, iluminada una noche de despedida tardía arriba del delfín, en la oscuridad, cuando te dije que me habías hecho daño, como nadie, como nunca, pero que estabas perdonado. Pero tú y tus demonios se paseaban desafiantes en mi delante, recordándome fechas, y sólo tú hiciste que me amaneciera un febrero, tomando pisco y anhelando ser dueña del tiempo y retroceder hasta llegar a las alturas del norte grande.
Tú no eres un verano, tú no fuiste unas vacaciones;tú eres Arica.
Yo nunca me casé contigo una noche, con vestido blanco, con champaña, invitados y firmando un papel. Nosotros, una noche en Isla Negra, sellamos con amor las promesas en silencio, solos, con mil estrellas de testigos y una botella de vino blanco sobre la mesa, en una casa sin luz ni agua. Yo nunca me mordí la lengua cuando tenía que decirte algo,tú me viste llorar varias veces, las mismas de las que fui tu testigo, y nunca en desmedro de tu virilidad.
Yo nunca enjaulé mi alma de todos tus demonios, no fui celosa,yo siempre respeté tu identidad y tu libertad. Y tú a mi también.
Yo nunca hubiera pedido que seas el padre de Luna Belén, aunque siempre deseé ser la abuela de tus nietos.
Yo nunca quise saber cuánto disfrutaba al tener sexo contigo, yo siempre supe identificar el lenguaje de entrega al hacer el amor contigo.Yo nunca confié en el destino, en el horóscopo, ni en los gitanos,yo me aferré al brillo de tus ojos y a tu mano que se posaba en mi espalda para alentarme a hacer cosas y forjar nuestro propio futuro.
Tú nunca me pasaste el periódico a la cama, no lavaste mis platos, ni tampoco te esperé despierta hasta tarde.Tú te sentaste en el balcón a ver atardeceres con la mirada perdida, cambiaste el neumático desinflado del delfín y te contagié la costumbre de tomar desayuno y vitaminas por las mañanas, acompañadas de jugo de naranjas.
Yo nunca supe lo que la primavera hacía con los cerezos hasta que lo hiciste tú con mi alma… nunca tuve miedo de averiguar que pasaría si me faltaras y de confirmar que el amor no muere por muy herido esté, y aún no sé por qué no lo hice.
Yo no tuve un minuto de rutina a tu lado,porque preferí dosificar mi vida en cada instante.Yo nunca quemé nuestro sueño, nunca te vi llorar de decepción,porque yo era yo, y aunque no fui tu compañera más bella ni esbelta fui lo necesario para saber que me recuerdas aunque tus ojos no se reflejen en los míos hace años y algunas noches no te duermas recordando el sonido de una cama y anheles de vez en cuando estar en una habitación en penumbras.
Yo no te lloré en tu partida, ni lamenté la distancia. No maldije tu nueva vida ni odié a quien despierta hoy a tu lado, ni a esa dulzura achinadita que crece con tu orgullo y que fue mi freno a perderme en tus besos.
Yo jamás creí en la reencarnación ni nunca anhelé tanto estar equivocada. Porque quiero creer que existe, en este tiempo de duelo que aún me falta hasta que comprenda que no nos volveremos a ver otra vez. Están a mi lado los paisajes del Altiplano, las canciones de Sui Géneris, el libro del Principito y el de Mafalda. Los besos debajo de tus brazos, todos los apretones juntos, todas las caricias dadas, nuestros dogmas y principios junto a nuestras pasiones. Una vida vivida dentro del cuerpo del otro, un alma que me recorre entera aunque no estés a mi lado para contártelo… un amor de infancia, de adolescencia, de juventud…tu estarás aquí, conmigo, como siempre.
Tu niña.

http://solgonara.blogspot.com/2006/03/un-poco-de-mi-mi-historia-de-amor.html

 

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