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Escrito por
@KOPSI

18/06/2006#N10261

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Hace 27 años y unos meses que no te veo. La ley de la vida, inexorable, que tronchó mis planes para contigo a futuro.

Siempre imaginé el día en que, sentado en un sillón, disfrutarías a tus nietos. No pudo ser.

Conociste tan sólo a cuatro de ellos. Uno por cada hija mujer y dos por el varón. Pero no podías jugar con ellos. Tu salud no lo permitía. Disfrutabas mirándolos y escuchándolos, pero eso no duró demasiado. Te fuiste cuando mi hijo mayor tenía dos años y tu primer nieto tenía tan sólo seis.

Perderte fue uno de los hechos más traumáticos de mi vida. Pensé que no sobreviviría. Te veía en cada hombre canoso que iba por la calle, olvidando que hacía rato que no salías de casa.

No tenía muy en claro que no te volvería a ver. Nunca más. Que te habías ido para no volver. Creía que había sido una pesadilla. Algo inventado. Cerré los ojos y di la espalda al dolor de tu desaparición.

Extraño mis charlas contigo, donde siempre aportabas sabios consejos. Y con el correr de los años aprendí a valorarlos e intenté ponerlos en práctica. No siempre fue posible. Mi mano izquierda sigue añorando el apretón de tus manos. Era tu demostración de cariño cuando mis acciones colmaban tus expectativas.

Fuiste poco propenso a mimarme y a dejar que te acariciase, aunque te gustaba. Pero te cansabas y con una palabra que habías inventado dabas por terminado el “round de cariño”, al decir de Quino.

No me atreví las más de las veces a oponerme a tus decisiones con respecto a mi vida. Pero eso lo entendí mucho tiempo después. Nunca en esos años consideré que digitabas mis actividades.

Sin embargo, fuiste un excelente padre. Siempre tuve la certeza de que podía confiarte mis anhelos y secretos. Tuve en ti la más ciega de las confianzas, sabiendo que todo lo hecho conmigo fue para mi bienestar y superación. Reconozco, aún así, que en su momento consideré a mis estudios como una pesada carga. Pero no te dije nada.

Hoy, mujer madura, sé que durante tu vida te adoré, y tras tu partida te idolatré. Ahora tengo tu recuerdo en su lugar: Fuiste nada más y nada menos que un hombre, buen esposo y excelente padre, que jamás figurará en los libros de historia porque no tuvo vida pública y que no ha recibido ningún premio.

Tan sólo vives en la memoria de tus hijos.

Pasaron veintisiete años y cuatro meses, papá, desde que partiste hacia un lugar de privilegio en mis recuerdos. Eres uno de esos ejemplos anónimos para la mayoría de las personas, pero con entidad propia para mí.

Por eso sigues viviendo por obra y gracia del amor que brindaste con generosidad. Por eso, año a año, lo seguirás cosechando.


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Comentarios

@QUIQUERAF

18/06/2006

Sarita, a todos nos pasa lo mismo, pero se que no es por este dia especial, nos pasa todos los dias que emprendemos el camino de la vida misma....allí siempre están.Un gusto como siempre leerte  
@RENEDIVA

18/06/2006

Hermoso texto, Sara!! Y es así, lo tengamos o no, es el vínculo entre una hija y su papá. Y por siempre va a ser así. Besos. Susana