Lo más duro de vivir un buen momento es saberlo de inmediato perdido.
ANTERIORES
La felicidad, a menudo, tiene el rostro de una loca ebria.
Es insospechable la carga de fantasía que requerimos para poder meternos en la realidad.
Es más embriagante el dolor que la felicidad.
¡ Y saber que todo lo que le pedimos a la vida es un poco de calor !
Cada vez que nos ensalzan, ciertamente nos están pidiendo una disculpa.
La gran disculpa de los perdedores se llama destino.
Son numerosas las enfermedades que padecemos y que no lo serían sin nuestro consentimiento.
La violencia sólo podría tener validez cuando se genera de abajo para arriba.
Ni la libertad ni el amor conceden espacios al miedo.
Mala disciplina aquella que se genera de los deseos reprimidos.