Se puede llegar a ser deliciosamente libre siendo maliciosamente esclavo.
ANTERIORES
Se puede llegar a ser más libre, cediendo que dominando.
Es más pegajosa la soledad que la compañía.
A veces nos limitamos a vivir dentro del marco de la libertad que los otros se permiten protegernos.
El mundo puede ser uno, pero nos compete a todos.
Nuestra libertad no solamente debemos protegerla de los hombres y de sus instituciones, sino también de las ideas y sus múltiples consecuencias necias.
Todo en esta vida se paga, pero nada es tan costoso como la felicidad.
En la inagotable ley humana de la dialéctica y los contrarios, toda normatividad engendra por sí sola su propia disidencia.
En todo caso, el orden y las leyes llevan implícitos un recorte de nuestra libertad.
Curiosamente toda opción o toda posibilidad genera angustia.
Regresar no es siempre retroceder. A veces no se puede comenzar sin un previo regreso.