El amor es la razón del corazón.
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El amor es la horma del zapato de cualquier existencia en sus cabales.
Siendo el sexo el factor que concreta al amor, el amor sin sexo no es otra cosa que ternura o compasión.
Para que un amor alcance su plena realización debe previamente alimentarse de proyectos.
En la amistad se le da una gran importancia a los asuntos del otro. En el amor, esos asuntos del otro se vuelven propios.
En el amor no caben los conceptos del bien y del mal. El amor los ignora.
El romanticismo es el llanto del amor puro.
Es de tal naturaleza poderoso el amor que la fuerza con que nos cambia rebota en el otro y a partir de nosotros, mientras nos cambia, está cambiando al otro.
La única alienación excusable es la de los enamorados, porque deja una luz a la conciencia de sentirse esclavo y querer serlo.
Lo que más ennoblece al amor es su reciprocidad.
No toda relación de sexo conlleva amor pero, en cambio, toda relación amorosa desemboca en sexo.