De Navidades Reales y Navidades Virtuales

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@AGUSTIN

28/12/2010



 DE NAVIDADES REALES Y NAVIDADES VIRTUALES

Por Pedro del Arrabal

El Emilio

24/12/2010

Como en un ritual que en apariencias parece perenne, y hasta como si forzosamente, en cada nueva navidad, ciertos porteños quisieran regresar a un pasado cultural de “ilustres” y desconocidos ancestros, nacidos y criados allende los mares, uno vuelve a observar en esta segunda quincena del mes de diciembre, la misma película de siempre.

 

Como todas las viejas y perimidas películas que por años los canales de cable vienen repitiendo para esta época; películas de la navidad nórdica

 

Patéticas escenas intentan reeditar tradiciones culturales que el tiempo, el clima y el lugar fueron diluyendo con el correr de las décadas -y hasta centurias-, para dar paso a otras sino originales, por lo menos fusionadas con las nuevas, las oriundas del descubierto lugar.

 

Esa fusión se dio naturalmente y con la lógica que la propia evolución impone.

 

Uno lo puede comprobar con solo ver actuar a las nuevas generaciones de argentinos.

 

Pero…

 

En esta época del año uno recorre ciertas zonas de esta Buenos Aires y se encuentra con los mismos cuadros de una vieja exposición (tal el nombre de un disco de Emerson, Lake y Palmer).

 

Y en ese paseo por esta ciudad cosmopolita -en términos comparativos y en relación al resto de las capitales Suramericanas en cuanto a esa hibridez en su identidad cultural-, uno vuelve, año a año, navidad tras navidad, a reencontrarse con personajes artificial o naturalmente gordos, con un ridículo atuendo rojo acompañado de un gorro del mismo color y vivos blancos, quienes bañados en sudor y rascándose esa barba postiza que les genera una terrible picazón en el maxilar inferior, intentan con un ¡Ho, ho, ho,ho…! entretener a los niños de familias de clase media que de la mano de sus padres con aspiraciones burguesas recorren los Shopping y principales avenidas de la zona norte de la ciudad haciendo las habituales compras para la ocasión; niños que en su inocencia, y como buenos productos de la colonización cultural trabajada desde los medios de comunicación por años, gritan al verlos “Papá Noel,…Papá Noel…”.

 

Padre e hijo corren a sacarse fotos con el gordo de rojo.

 

Si el gordo de rojo está sentado en el centro de una escenografía montada para la ocasión, seguro que tendrá un piso rodeado de bolitas blancas de telgopor simulando ser la nieve, y pinitos llenos de capullitos de algodón completando ese cuadro invernal de la admirada y deseada navidad nórdica, con la que dichos porteños se sienten completamente identificados.

 

Para ellos, la navidad sin un arbolito, reprimiendo ese deseo de encender una chimenea (si la tienen) sabiendo que si lo hacen fundirían el equipo de aire acondicionado, y sin la figura del gordo ridículo, o su calcetín-media colgando de la chimenea –o arbolito-, no es navidad.

 

La temperatura en las calles pica los 40°, y es lógico que así sea ya que el 21 de diciembre nos anunció que llegó el ansiado verano; ese verano al que se la pasaron puteando durante todo el año porque tardaba tanto en llegar ya que con él, para muchos de ellos, llegan las ansiadas vacaciones.

 

Las puteadas comienzan en abril: ocho meses antes.

 

En esta época, esos porteños recorren los negocios comprando, además de regalos importados, el tradicional pan dulce (del que me dieron tantos orígenes que no se realmente de donde proviene), las nueces, almendras y avellanas, los turrones, los confites chocolatados, las frutas abrillantadas, los budines ingleses, las tortas galesas, la infaltable “pavita” de las mesas navideñas norteamericanas, etc, etc, todas delicias recomendables para ser ingeridas en temperaturas por debajo de los 0°, con un millón de calorías, que al deglutirlas en nuestro verano, sentis que el verdadero calor no proviene de la alta temperatura ambiente típica en esta época del año por estos lares, sino que viene de tu interior, y fluye por tus poros como cascadas de transpiración, mientras comenzás a comprobar que tus entrañas se revolucionan y demandan a gritos más líquido, no solo para reponer el perdido por los poros sino para permitir el mejor tránsito de todo lo ingerido.

 

Es lógico. Estamos en verano; por suerte para nosotros.

 

La sabia naturaleza nos muestra con claridad y en forma insistente sus maravillosos ciclos.

 

Nos muestra que la primavera y el verano son las estaciones en las que la vida sale de su letargo invernal para entregarse al disfrute.

 

Lógicamente tiene sus costos pero a la vez sus recompensas.

 

El agua (digo “agua” en general) abunda en la naturaleza planetaria y su ciclo se conserva inalterable lo que le permite al hombre disfrutarla en sus distintas variantes (por ahora).

 

No es la suerte de la madera que puede servir de leño para tantos menesteres invernales.

 

El hombre y su progreso fueron reduciendo su renovación hasta poner en estado de riesgo su existencia. .

 

Lo cierto es que la mayoría de los porteños, en esta época del año, buscan refugio en algún lugar con aire acondicionado para safar de terminar derretidos por el sol, mientras intentan rehidratarse con cualquier bebida fresca que los quioqueros vende a valor oro.

 

La birra pasa como río desbordado por la garganta de adolescentes y jóvenes; mientras que en los barrios, los más veteranos/as buscan amparo bajo la sombra y la brisa que pueda brindar en la vereda algún arbolito salvador, intentando refrescar su interior con unos tereres(mate frio regado con limonada) que un paraguayo amigo sabiamente le tiró como receta para ocasiones como estas.

 

Esta ciudad de Buenos Aires (y en no pocas capitales de interior del país) todos los años se viven dos navidades:

 

Una real, milagrosa y bella, en una época del año donde todo explota en colores, y los zorzales inundan el aire con sus fantásticas melodías vistiendo de gala los majestuosos amaneceres y atardeceres de una ciudad que se recuesta sobre un imponente río, que más que río parece un mar.

 

Y la otra virtual, donde cierta “gente” cumple con los rituales habituales que fija la agenda mediática para las “tradicionales fiestas de fin de año”; agenda fijada especialmente a través de la “caja boba”.

 

La TV brinda imágenes de la “verdadera navidad”, la que viven los países del hemisferio norte, a 14 mil kilómetros de distancia.

 

Algo similar a lo que les pasa cotidianamente a los salteños y catamarqueños.

 

Ciertos norteños, a la mañana tienden a clavar la sintonía de sus televisores en TN, C5N para ser “informados del lamentable estado del transito en la Gral Paz y en todas las Av. de acceso a la Capital Federal(¿?); a 1400 y 1200 km respectivamente del lugar donde viven. ¿Para que les sirve?

 

Vaya uno a saber.

 

Son los rituales productos de reflejos condicionados trabajados mediáticamente por años.

 

La navidad virtual que te “vende” la caja boba es la navidad con nieve y mucho frío. Frío que allá, en el norte, mata a los pobres viejos que no tienen la suerte de poder calefaccionarse.

 

Pero claro…, son muertes finas, delicadas, con nieve.

 

La nieve siempre dio otra categoría. ¡Lo dijo Sarmiento! “  

@MARCE50

28/12/2010



Haaaaaaaaaaaaaaaaaaa, y , perdon, que hay que debatir?  
@QUIQUERAF

28/12/2010



BUENISIMOOOOOOOOOOOOO

   
@QUIQUERAF

28/12/2010



FIJATE AGUSTIN QUE NO SE COMO, PERO LOS COMENTARIOS DE LOS DEMAS COMO EL MIO (SOY QUIQUE) APARECEN INTEGRANDO TU NOTA.-  
@AGUSTIN

28/12/2010



 ¿Cosa e mandinga? ¿O de Soporte?

Agustín:)  
@MABE

28/12/2010



Estima Pedro Arrabal.

 ¿Cómo puede resumir lo que me provoca su nota?...

...

Y...

Estemmm...

Bue,

¡Mire que hacer tal galleta entre costumbres vernáculas y ciudadanas y noticieros y muertes y ... poniendo tanto empeño en denostar la felicidad de otros!

Disculpe, pero su nota me parece redactada  para lectores porteños de clase media... porque digamos ( y perdoneme que le hile fino)..¿Qué interés puede tener en leerla, por ejemplo   un cosechero formoseño  y en qué maquinola?.. Sea gentil, reléela ..¿No le "suena" un poquito agresiva o enojada?

Recuerdo en mi ninez... ¡Ahí si que se comían cosas "calurosas"! No había casa en que la no se abrieran infinidad de turrones en todas sus variedades, y mientras se ponía el balde con hielo delante del ventilador "para que referescara", se vigilaba a los chicos para que no volaran los dedos con los "buscapié" y se preparaban los pan dulces para convidar con los vecinos en las veredas...¡Y ni hablar de los pesebres que se decoraban con nieve de algodón! .. ¿Usted no pasó una navidad en familia? ¿No tuvo que aguantar los besos húmedos der las tías viejas impregnadas de colonias Fulton? ¿No trató de adivinar qué le traería Papanuel agitando la caja? ¿Nunca le tocó ayudar a colocar las bolas en le arbolito? ¿No acompañó a su papá a llevar el lechón para que se lo asaran en la panadería del barrio? ... ¿ningún tío se disfrazó con el traje rojo y se bancó traspirar como en el Sahara sólo para ver su cara de felicidad? ¿Nunca lo llevaron a Misa de Gallo, un año economicamente muy malo para la familia, para volver y encontrar el arbolito lleno de regalos inesperados? ¿Nunca fue con su madrina a Gath y Chaves a pedirle el regalito, merecido por buen comportamiento, a Santa Claus? ¿Y no se peleó son sus primos para hacer uso del cascanueces?...

¿En serio, para usted, estas  costumbres  tan " a la europea", son nuevas?...

¡Que pena!

Cuando quiera, pase por casa a tomarse un champancete helado junto a mi arbolito...Usté trae el pan dulce. (¿será un invento porteño esa maravilla gastronómica de la sidra helada frizzer acompañada con pan dulce almendrado?) y si Papa Noel no le trajo nada, la Navidad que viene pásela en casa... suelen  haber  amor,  mimos,  cosas ricas y calóricas conviviendo gratamente con frutas y bebidas frías,...y  no faltan los regalitos para todos los concurrentes. 

Besos, muy paganamente navideños, Mabel

(la de los antepasados pedestres y sin lustre)  
@MABE

28/12/2010



Federatas:

"Estimado Pedro..."  
@CECILYA

28/12/2010



ESTIMADÍSIMA MABE, ME SIENTO TAN CERCA DE SUS COMENTARIOS QUE NO SE IMAGINA, CREO QUE ABARCAN TODOS MIS MEJORES  RECUERDOS- MUCHÍSIMAS GRACIAS POR ADELANTARSE Y DECIRLO  IMPECABLEMENTE.-

UN GRAN ABRAZO -CECILYA

   
@MARCE50

29/12/2010



Parece que te salvó Mabe, Agustín.  

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