Como una gota

Una gota,
al golpear en agua quieta
expande su caída,
sacudiendo la calma
con sus ondas concéntricas

En la quietud de mi tarde,
tropecé en mi memoria
con un simple detalle
y fue la gota
que afloró tu recuerdo,
transformado en ondas
que lo abarcaron todo,
me inundaron entero.

Se me erizó la piel
al pensar tu calidez
entre mis brazos.
Volví a escuchar
las largas charlas
mate en mano,
los paseos sin rumbo,
las tardes compartidas.
A revivir una vez más
el volcán de tu boca
y tus abrazos.

¿Qué habrá sido de vos?
¿Qué fue tu vida?
¿Lograste ser feliz?
¿O fue un fracaso
la ilusión por la cual te jugaste?

No lo sé,
ya no es mi cuestión,
no es mi historia.
Ya te fuiste de mí,
sos mi pasado.

Sólo de vez en cuando
mi memoria,
te rescata de ayer
y por más que
con constancia yo lo juro,
me hace saber
que no pude olvidarte,
al menos,
no tanto
como yo lo aseguro.

Seguís
en los pliegues de mi piel,
apareces
de vez en cuando
entre mis sábanas
y en mi recuerdo.

No puedo borrarte para siempre.

Y para ser honesto …
no sé si realmente lo deseo.

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