Lo estúpidamente interesante de la vergüenza
Publicado por
@DANTEX
Sin embargo, a los que no somos políticos sí nos queda, aunque sea tantita vergüenza (a unos más que a otros). Porque no me pueden negar que todos tenemos por ahí escondidito algo que nos súper avergüenza, un recuerdo tan incómodo que nos pone en modo y con ganas de irnos a vivir a una cueva alejados de todo contacto humano.
Y dejen ustedes lo incómodo que se pueda sentir uno, la cara roja es la que desde lejos echa de ver que estamos bien chiveados. Sin embargo, es algo que no podemos evitar, ya que ante una situación vergonzosa nuestro sistema nervioso simpático lanza en friega un disparo de adrenalina que dilata los vasos sanguíneos del rostro provocando temporalmente un flujo sanguíneo más intenso. Por eso las clásicas chapotas y las orejas calientes.
Algunos científicos aseguran que ruborizarnos es parte de un proceso biológico relacionado con la socialización, el cual nos ayuda a reconocer públicamente que hemos hecho algo en contra de las normas, o lo que es lo mismo, nuestro organismo encuentra la forma de acusarnos con los demás. De este modo, dicen los expertos, atenuamos la mala impresión que causa nuestra metida de pata y evitamos un potencial enfrentamiento. Estudios científicos recientes revelan que cuando nos ponemos rojos por la pena, facilitamos que los demás nos disculpen.
De hecho, científicos de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, aseguran que la vergüenza y la culpa son vecinas en nuestro cerebro, ya que ambas se activan en áreas muy cercanas y por lo cual una conlleva a la otra. Habrá que mandar a Múnich a algunos políticos mexicanos para que sean estudiados, ya ven que esos ni pena, ni culpa y ni madre ciencia puede explicar esto.
Por su parte la neurociencia cognitiva ha demostrado que la pena ajena sí existe, sí esa que sentimos cuando vemos a alguien con un moquito de fuera o haciendo ridiculeces voluntarias o involuntarias, hagan de cuenta como los del Frente Nacional por la Familia, igualito. La explicación es que, ante alguien que pone en peligro su dignidad, se activan en nuestros cerebros las mismas estructuras corticales que cuando sentimos compasión por el dolor del prójimo
Más notas de CortosVer todas
Más notas de Cortos
ARG
Hola, soy abogada y escritora. Juego al tenis pero no tengo con quién jugar. Hi
¿CONOCERLA?
Más Mujeres
ARG
53
Me gusta el deporte salir a pasear en compañía y disfrutar de unas buenas vaca
¿CONOCERLO?
Más Hombres
Salidas Grupales
Ver Todas@GABRIELMAX - Sábado 20/04/2024
@SERGIO - Sábado 20/04/2024
@GISELLE - Domingo 19/05/2024