Objeciones de una científica.... Pseudociencias


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Publicado por
@AMIX

23/06/2017#N63595

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Objeciones de una científica a la campaña contra las “pseudociencias”.

En los últimos meses han proliferado las manifestaciones en contra de las llamadas  “pseudociencias”  en los medios de comunicación, muchas de ellas lideradas por la recientemente creada Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) y estimuladas por escándalos recientes, como el del niño italiano que murió porque sus padres no quisieron llevarle a un hospital para resolver una otitis, confiando en la homeopatía. A pesar de a que esta campaña  levanta muchas simpatías por presentarse como una defensa del rigor científico frente a la magia, me gustaría posicionarme  contra ella por diversas razones, ya que creo que esta persecución no está exenta, también, de riesgos.

Puedo decir que soy parte de la comunidad científica, ya que soy doctora en Físicas y gran parte de mi trabajo en la universidad es la investigación y la publicación en revistas científicas. Sin embargo, esta campaña contra lo que tildan de pseudociencias me rechina profundamente. Me recuerda a los habituales intentos de las Academias de protegerse contra los paradigmas nuevos que rompen sus esquemas, esos paradigmas que, después, son la base de los avances científicos realmente revolucionarios.

Mi posición personal ante este tema se podría ilustrar con una anécdota que se atribuye a    Galileo. De él se dice que tiró dos bolas similares, una de metal y otra de madera, delante de sus maestros para demostrar que, en contra de la “verdad” de la teoría de Aristóteles, las dos bolas caían a la vez. Yo tengo una experiencia muy directa de la efectividad de los tratamientos homeopáticos en mi persona y en dos enfermedades que la medicina oficial trata de crónicas e incurables (asma y psoriasis). Si no fuera porque mi caso es realmente llamativo, porque la mejora fue muy rápida y no se puede atribuir otra causa y porque pasé décadas con estas enfermedades en un peregrinaje por diferentes médicos públicos y privados, quizá también   pensaría que la homeopatía es una “pseudociencia” y que todas esas cosas de las terapias alternativas son bobadas. Pero mi “bola de madera” ha caído exactamente al mismo tiempo que mi “bola de metal”, y por más que repito el experimento el resultado es el mismo ¿Qué debe hacer una buena científica? ¿Rechazar su experiencia para hacer caso a la teoría establecida? ¿Hacer mala ciencia, es decir, amañar y olvidar los datos incómodos que no cuadran con los esquemas preconcebidos para que la teoría parezca correcta?

Cada vez hay más personas que utilizan este tipo de terapias alternativas y acudir a ellas supone un riesgo: sobre todo el de perder tiempo y dinero; pero resulta muy   poco científico decir que todo lo que ofrecen son timos sin haber estudiado escrupulosamente todos los casos (como el mío) cosa que, evidentemente, requiere un esfuerzo enorme y no se ha hecho. Resulta llamativo que, tanto la APETP como numerosos artículos aparecidos recientemente , hablen  taxativamente de que todas estas terapias son inútiles y todos los casos positivos son debidos al efecto placebo, sin dejar el mejor resquicio para la duda.

Esa no es la forma de hablar de los científicos cuando hacen buena ciencia. Los científicos del IPCC, por ejemplo, ha dedicado décadas a proyectos de investigación sobre la relación entre el cambio climático y las emisiones antropogénicas, y  hablan de que “es muy posible que sea causado por los seres humanos” y de que haya “ más del 90 % de certeza” de ello, etc. Sorprende que los médicos de la APETP, sin embargo, puedan resolver de un plumazo  y con una evidencia absoluta la relación entre cientos de terapias alternativas y cientos de enfermedades sobre miles o millones de enfermos  después de unos pocos estudios.

Además, estas campañas están constatemente acudiendo a razones emocionales y estableciendo una lucha entre “los que creen en las pseudociencias” y “los que creen en la ciencia” que me resulta espantosamente acientifica. La ciencia no necesita acólitos que crean en ella ni tribus que se vistan con sus colores, porque la ciencia no es fe, es simplemente un método para interpretar y conocer la realidad y no debería utilizarse como un estandarte  para luchar contra “el otro”. Esto se parece más a una campaña orquestada contra  ciertas tendencias que no gustan  a alguien  (¿quizá a la industria química?) que  está utilizando el prestigio de lo científico para luchar contra sus particulares enemigos. Esto no es hacer buena ciencia ni fomentar el espíritu científico, es, simplemente, marketing.

Por ello, el papel de los médicos ante todas estas terapias alternativas, a mi juicio, no puede ser el de convertirse en una institución censora que le diga a la gente lo que tiene que creer y debería limitarse a dos aspectos. El primero sería insistir públicamente en que se  busque siempre primero un diagnóstico en la medicina oficial, se acuda a los hospitales en los casos agudos y  no se abandonen los tratamientos  convencionales sin ser muy conscientes de los riesgos (y no se haga en menores de edad). También se debería vigilar que no se vendan sustancias prohibidas por la legislación, cosa que ya se hace. Pero el segundo aspecto que deberían tener en cuenta los médicos es preguntarse en qué están fallando ellos o en qué están acertando los otros  para que este tipo de cosas tengan cada día más aceptación.

El riesgo que suponen estas terapias viene, sobre todo, del hecho de que se rechace la medicina oficial por su culpa. Lo realmente peligroso  es que aparezcan gurús que prometan curarlo absolutamente todo con los remedios que ellos venden y que absolutamente todo lo que hace la medicina oficial es pernicioso. Porque el problema es ese absolutamente todo, ese creer que “mi” teoría particular es la mejor y la única y que, además, lo cura todo. De poder caer en este error, por cierto, tampoco se libra la medicina académica que debe reconocer que no lo sabe todo, que todavía tiene mucho que aprender e investigar y que, evidentemente, hay muchas enfermedades que no cura.

Es esa modestia del que sabe que no sabe la que hace avanzar  la ciencia, ya sea por los cauces oficiales o por los extraoficiales. Porque la historia de la ciencia está llena de avances surgidos en sus límites, en muchas ocasiones rallando el absurdo, el arte o la magia; y se han descubierto muchos hechos reveladores a  través de  creencias erróneas. Prohibir a toda “terapia experimento” que dé la impresión de no ser efectiva o que haya sido desacreditada por algún estudio (quizá interesado) supone que nos privamos de descubrir cosas nuevas; supone no dejar que personas inquietas (algunas de ellas con formación científica y con buena voluntad, otras no) acumulen experiencias que quizá en el futuro sean de gran valor para la medicina.

La medicina oficial también tiene todavía muchas cosas que aprender y tiene que reconocer que hay muchas personas enfermas a las que no sabe cómo ayudar. Desde el siglo XX se ha avanzado enormemente en el tratamiento de las enfermedades infecciosas, en la cirugía y en el diagnóstico, pero la medicina actual está fracasando a la hora de dar respuesta, por ejemplo, a las enfermedades relacionadas con la contaminación  y a la hora de explicar el imparable aumento de las alergias y el cáncer. Quizá algún día esas mismas tendencias que ahora tacha de “pseudociencia” sean la clave de descubrimientos revolucionarios que permitan curar o evitar esas dolencias.

De hecho, no sería extraño que su fracaso ante el cáncer y las enfermedades ambientales se deba a su insistencia en curar casi exclusivamente mediante medicamentos químicos, lo cual no funciona en enfermedades cuyo origen es, precisamente, el abuso de la química. Sorprende, por cierto, que la APETP ponga tanto énfasis en que se prohíba la venta de sustancias cuyo único peligro, según ellos, es ser un placebo y no levante la voz contra la escandalosa venta de todo tipo de herbicidas, pesticidas, biocidas y disruptores endocrinos que se añaden  sin apenas control  a nuestros alimentos, ropa y productos de limpieza habiendo bastantes evidencias de sus efectos cancerígenos.

La ciencia médica está todavía muy enclaustrada en un paradigma reduccionista y  muy basada en el medicamento mientras los científicos más lúcidos están viendo que necesitamos superar el reduccionismo para avanzar hacia una ciencia  más sistémica. La medicina oficial se comporta demasiadas veces como el mecánico de un coche que, si falla una pieza,  la sustituye por otra y  ve demasiadas pocas veces el cuerpo como lo que es: un organismo con una complejísima capacidad de autorregulación y regeneración. Las medicinas “alternativas” suelen incidir precisamente en esos aspectos donde falla la oficial: ser más sistémicas, no abusar tanto del medicamento y ver el cuerpo-mente-persona como una unidad. De hecho, lo que muchas de ellas hacen no es curar sino, simplemente, poner al cuerpo en un estado de bienestar que permita que todos esos complejísimos mecanismos de regeneración  se pongan en marcha. Al fin y al cabo, el propio Hipocrates,  padre de la medicina occidental, ya decía que es el cuerpo el que cura, no el doctor.

Si hablamos de que algo es terapéutico cuando consigue ayudar al cuerpo a recuperar su equilibrio, todo lo que permita que la persona mejore la gestión de sus emociones, la colocación de su cuerpo o sus hábitos psicológicos  puede ser visto como terapia, sin que tenga por qué ser demostrable objetivamente o estrictamente científico. No todo en la cultura humana puede ni debe ser probado mediante la experimentación científica. El arte no es demostrable objetivamente pero es necesario para el ser humano y desde hace milenios sabemos que puede ser curativo (aunque también sabemos que no lo puede curar absolutamente todo). ¿Hay alguna diferencia entre la risoterapia actual y la comedia de siempre, o entre la musicoterapia y la música que desde hace milenios cura el alma humana?

Recuperemos un poco la cordura y no caigamos en ninguno de los extremos aberrantes del “yo lo sé todo”. Se debe insistir en la importancia de acudir en primer lugar al médico y al hospital, pero no se puede prohibir que las personas enfermas a las que la medicina oficial falla experimenten por otros caminos. Se debe exigir rigor científico a lo que es ciencia, pero también ser debe admitir que el método científico no se puede aplicar a todo. Se debe tener respeto por el conocimiento acumulado por las Academias durante milenios, pero no se puede prohibir avanzar a todas las personas que deciden alejarse de los caminos trillados para buscar nuevas explicaciones de la realidad.

Fuente:

https://contadashabas.wordpress.com/2017/06/19/objeciones-de-una-cientifica-a-la-campana-contra-las-pseudociencias/

 

Comentarios

@URU

23/06/2017

Excelente Amir!!! Chapeau, chapeau  
@URU

23/06/2017

Mi hija se atiendio desde muy chiquita con un médico homeópata (Vicepresidente de la AMHA) con excelentes resultados sin dejar los cuidados en la medicina alopatica. Abrazo  
@URU

23/06/2017

Quise decir atendió a  
@LILIANABRUJI

23/06/2017



Totalmente de acuerdo!!!!!!... la medicina occidental tal como la conocemos es un apéndice de la industria farmacéutica. Es esta la que ve mermar sus ingresos. Cuando digo mermar son sólo unos millones... es una de las tres "grandes", junto con armas y drogas. 

Muy inteligente la mirada de esta doctora!!!!!

Muchas gracias por compartir!!!

abrazo!  
@LILIANABRUJI

23/06/2017



Totalmente de acuerdo!!!!!!... la medicina occidental tal como la conocemos es un apéndice de la industria farmacéutica. Es esta la que ve mermar sus ingresos. Cuando digo mermar son sólo unos millones... es una de las tres "grandes", junto con armas y drogas. 

Muy inteligente la mirada de esta doctora!!!!!

Muchas gracias por compartir!!!

abrazo!  
@LILIANABRUJI

23/06/2017



Totalmente de acuerdo!!!!!!... la medicina occidental tal como la conocemos es un apéndice de la industria farmacéutica. Es esta la que ve mermar sus ingresos. Cuando digo mermar son sólo unos millones... es una de las tres "grandes", junto con armas y drogas. 

Muy inteligente la mirada de esta doctora!!!!!

Muchas gracias por compartir!!!

abrazo!  
@RICARDO1012

23/06/2017



Durante casi nueve años me desempeñe  terapeuta reiki, y he tenido muchisimos pacientes, de los cuales los logros han sido notables......

no por casualidad diferentes hospitales municipales de esta ciudad autonoma de buenos aires, cede un lugar, para que terapeutas de reiki, asistan a pacientes internados.. unicamente. (casos tornu, pena, y otros)

pero son muchas las terapias alternativas que hacen bien al ser humano, porque van a la raiz del problema, y no a la "consecuencia" (enfermedad). sugiero lean esta pagina de internet seferente al reconocimiento del reiki.

http://www.reiki.org.ve/Reiki_y_OMS.php

con respecto a la industria farmaceutica, les sugiero vean este video..... donde el BIOMAGNETISMO (terapia con imanes), ingreso en las facultades españolas y habla a las claras sobre la mafia de los medicamentos.

https://www.youtube.com/watch?v=Stm7k7fcIMs  
@RICARDO1012

23/06/2017

18/12/2015 DIARIO CLARIN

Más hospitales suman el reiki como terapia complementaria y se habla de una tendencia a la medicina integrativa



https://entremujeres.clarin.com/entremujeres/vida-sana/salud/hospitales-complementaria-tendencia-medicina-integrativa_0_Hyc8-JtPQe.html

 

diario LA NACION 2005

Eligen terapias alternativas para atacar el cáncer

http://www.lanacion.com.ar/758967-eligen-terapias-alternativas-para-atacar-el-cancer  
@RICARDO1012

23/06/2017



Las terapias alternativas, pueden ACOMPAÑAR, muy bien, y eficientemente a la MEDICINA  CONVENCIONAL, sea clinica o psicologica.......

de hecho muchos psicologos estan complementando sus terapias con reiki.  
@RICARDO1012

23/06/2017



@AMIX excelente post........   
@AMIX

23/06/2017



Gracias ANGEL_AZUL Hay mucho para hablar y compartir sobre la medicina y las practicas "alternativas" la pongo entre comillas porque no estoy seguro de llamarlas alternativas. Es muy importante alejarse de fanatismos sectarios, y me refiero a "lo alternativo" ya que hay tambien fundamentalismos en ese sector ademas de manochantas y embusteros. La avidez de salud espiritual y fisica hace que mucha gente acuda al lugar equivocado, sin embargo prevalece la gente sapiente y de buena fe. Estudio en la medida que puedo, soluciones alternativas a temas fundamentales: la emocion, la alimentacion y la salud, trato de ponerlo en práctica, tambien en la medida de mis posibilidades y estoy abierto a todas las diciplinas incluso a la medicina alopática de la que no es tan facil prescindir. Un saludo. Amir

   
@RICARDO1012

23/06/2017



@AMIX  entiendo tu decir , pensar y sentir.

solo pienso en VOZ ALGA, si intituciones como los hospitales publicos, en nuestro pais, dan apertura al menos a una de estas terapias alternativas (reiki) algo debe haber.

Disminuyen los efectos colaterales de los medicamentos  tratamientos de cancer., entre  otras cosas.

no solo en nuestro pais, sino en muchos.

y si mal no estoy informado, en USA, en la carrera de enfermeria, esta incluido el curso reiki,para su graduacion.

   
@AMIX

23/06/2017



Totalmente de acuerdo, poco a poco se van introduciendo "disciplinas alternativas" en el mundo "formal" Hay un gran poder economico que sostiene gobiernos y que proviene de la industria farmaceutica que mantiene vivos y enfermos a los humanos para que el negocio continue, esta parece una mirada apocalíptica pero en realidad es así.  
@RICARDO1012

23/06/2017



si tienes tiempo solo mira los primeros 20 miutos de este video.......... te desasnara mucho sobre la mafia farmaceutica, y por quienes esta manejada.

 

con respecto a la industria farmaceutica, les sugiero vean este video..... donde el BIOMAGNETISMO (terapia con imanes), ingreso en las facultades españolas y habla a las claras sobre la mafia de los medicamentos.

https://www.youtube.com/watch?v=Stm7k7fcIMs  
@RICARDO1012

23/06/2017



no olvides que si sanas, ya no sos de interes, de las farmaceuticas......... te curan o amenguan una enfermedad, pero los efectos adversos te enferman de otros orgtanos, asi no salis del mercado consumista de medicamentos.  
@LILIANABRUJI

23/06/2017



Hace años tomo flores de Bach y a nivel emocional me han hecho muy, muy bien. Es increíble el cambio experimentado. No es mágico!!!! también hay que ponerle pila desde uno.... 

tal vez con el reiki sea lo mismo.... hice el período inicial de cuatro sesiones, pero no puedo relacionarlo con ningún cambio.... 

también habría que pensar que no todo es para todos.... tal vez a unos le va mejor el reiki, a otros las flores, a otros la homeopatía, a otros la imantoterapia y a otros ni se les cruza por la cabeza dejar la alopatía.... somos todos únicos y diferentes.  
@CHANI2016

23/06/2017



Totalmente de acuerdo con la doctora. Muchos admiramos la medicina cubana, Yo estuve en Cuba, en los grandes centros de rehabilitaciones, ambas medicinas conviven sin problemas,cada una ocupando su lugar y si aplicadas por personas muy idóneas.  
@LADYDY

23/06/2017



Hola, como muchos me conocen siempre cuen to que hace unos años conocí a un angel que me cambió la vida con el reiki. Un día le pedí ayuda para un amigo de aqui mismo, a su hermano lo habían golpeado mucho  y estaba con la cabeza destrozada en el hospital. El día que ella fué a verlo, él la recibió diciendole que lo esperaba y que D´la había mandado. Crease o no el muchacho salió de ese hospital. Este angelito sigue en mi camino y me ha hecho ver cosas de mi vida y me ayudó a cambiar mi forma de actuar. 

Hace unos años me hacía reiki y me preguntaba si me hacía los estudios de las tiroides, y mi respuesta era si, me hice los analisis y todo ok. Un día me atraganté con un palito de copetín y me hicieron una ecografía. Al mes me sacaron las tiroides. Ella con el reiki veia lo que no salía en los estudios.

Tengo mi angelito de la guarda. Hoy tambien tomo flors de bach y estoy convencida que a partir de que las tomo, me bajaron la dosis del t4.

Diana  
@FILOSOFO_LP

25/06/2017



Hola @AMIX

Sin entrar hoy a opinar sobre el meollo de la cuestión que es muy complejo, interesante, amplio y digno de debate, solo me permito comentar algo que me llamó la atención y surge evidente, por el estilo, estructura, nomenclatura, terminología técnica, conceptos, definiciones y otros detalles vertidos en ese escrito… que quien escribió ese artículo no es ni por aproximación “científica” y mucho menos “doctora en física”.

No te pido que me creas, porque la veracidad o confiabilidad de una opinión como la que estoy exponiendo no es un artículo de fe.

Simplemente llevando una copia del texto, te sugiero consultar una segunda o tercera o más opiniones sobre la presunta formación profesional del autor/a de ese post, con un real doctor de física, por ejemplo en la facultad de ciencias exactas y naturales, departamento de física de la UBA, o cualquier otro físico que conozcas.

No lo digo por la “opinión” que sobre el tema pueda tener quien elaboró el artículo, sino por el contenido, consistencias o no, y la forma de expresarlo.

Sin perjuicio de lo anterior, interesante que hayas publicado sobre un tema que estimula una reflexión profunda sobre los métodos para actuar contra las enfermedades.

Saludos.

FILOSOFO_LP

25-06-2017