¿Por qué el agua de la piscina provoca ardor en los ojos?


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@FILOSOFO_LP

16/06/2017#N63519

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¿Por qué el agua de la piscina provoca ardor en los ojos?

Por: FILOSOFO_LP
16-06-2017

Este post, esta destinado a aquellas personas que poseen piscina propia o practican natación, o simplemente hacen uso recreativo de piscinas públicas, y también para las amas de casa y personal de limpieza.

Probablemente casi cualquier persona a la que se le haga esta pregunta, ¿Por qué el agua de la piscina provoca ardor en los ojos?, incluso los médicos no especialistas en estas cuestiones, responderán con absoluta convicción, que el culpable del ardor de los ojos producido al bañarse en las piscinas públicas o de casas particulares, es el maldito CLORO, que le agregan en exceso al agua como desinfectante.
¿Pero es así?
¿Te sorprenderías si te dijera que es todo lo contrario? … QUE EL ARDOR DE OJOS SE ORIGINA POR FALTA DE CLORO Y NO POR EXCESO

Esta descripción no pretende ser una nota técnica sino simplemente informativa, por lo que la explicación de este proceso estará realizada de la forma más sencilla, con matices anecdóticos, sin emplear fórmulas químicas ni otras complicaciones.

Para evitar la proliferación de microorganismos en las piscinas, se emplean diversos métodos desinfectantes.
En este artículo solo me voy a referir al más común y conocido llamado “cloración simple”. (hay otros métodos de cloración que utilizan corriente eléctrica pero aquí no serán considerados)
En principio, vale aclarar el uso de ciertos términos que generan confusión.
El “agua lavandina” líquida, común, NO ES CLORO, sino una sal llamada hipoclorito de sodio, disuelta en agua, que es “muy inestable” y se descompone generando el denominado anión “hipocloroso” que es quien realmente mata a las bacterias.
También se utiliza una sustancia similar llamada hipoclorito de calcio, que cumple la misma función, pero es un compuesto sólido… y de este compuesto de cloro y calcio están fabricadas las “pastillas de cloro” al 70% que se venden para piscinas.
En la jerga comercial, en supermercados, ferreterías etc., se suele vender bajo el nombre de “cloro”, un producto líquido que “no es cloro”, sino simplemente agua lavandina concentrada, es decir hipoclorito de sodio concentrado.
Para entender esto, valga decir que el CLORO ES UN GAS color verde amarillento… no un líquido que pueda venderse en botellas.
La confusión suele originarse, en que el agua lavandina, que es hipoclorito de sodio, es muy inestable y apenas toma contacto con un ácido, se descompone liberando ese gas cloro, que es tremendamente venenoso.
En los envases de lavandina, viene indicado un valor por ejemplo 25 g Cl / litro, que en términos sencillos significa, en este ejemplo, que un litro de esa lavandina es capaz de generar 25 gramos de gas cloro.
Para tener una idea de que volumen de gas representan esos 25 gramos de cloro, baste imaginar que si infláramos un globo con él, ocuparía un volumen de unos 8 litros de gas.
Si estos 8 litros de gas, originados a partir de un simple envase de lavandina, se liberaran en una habitación cerrada con gente adentro, sería suficiente para matar a varias decenas de personas.
Tan venenoso es, que el solo respirarlo, por su gran capacidad de oxidación de los tejidos, “quema” la vías respiratorias, provoca sofocación y puede provocar una muerte inmediata.
Por este motivo las amas de casa, cuando utilizan agua lavandina, deben evitar cualquier contacto de ese líquido con un ácido como puede ser vinagre o jugo de limón o bebidas gaseosas.
Para evitar que el hipoclorito del agua lavandina se descomponga, los fabricantes les agregan un conservante que no es otra cosa que la conocida e irritante “soda caustica” o también carbonato de sodio.
Cuando se toca agua lavandina con las manos, habrán notado una extrema suavidad tal como si se tocara jabón… y no es porque el agua lavandina actúe como una crema de belleza… sino porque estos cáusticos se están comiendo los dedos, y si el contacto es prolongado provocará llagas y ulceras difíciles de tratar.
Como consejo, para liberarse de este efecto dañino, cuando se toca agua lavandina, hay que enjuagarse rápidamente bajo el chorro de la canilla…(solo agua, sin detergente) con esto se eliminará la mayor parte del hipoclorito, pero como el cáustico sigue actuando adherido sobre la piel, carcomiéndola, y con persistencia de la sensación jabonosa al tacto, una forma sencilla de eliminarlo, es hacer un pequeño enjuague de manos con vinagre, limón, jugo de naranja o una bebida gaseosa, es decir cualquier sustancia ácida comestible que se tenga a mano.
Notarán que la sensación jabonosa desaparece instantaneamente.
En este caso no hay peligro de liberación de cloro porque ya fue arrastrado por el chorro de agua del grifo.
De este modo se evitarán daños mayores sobre la piel, que enjuagándose solamente con agua.

Como anécdota, sobre la peligrosidad del gas cloro, puede citarse que el gran químico alemán Fritz Haber, premio Nóbel 1918, tuvo en su vida dos facetas opuestas. Por un lado le debemos un método para fabricar fertilizantes para el cultivo que contribuyó a aliviar el hambre en el mundo, pero por otra parte ideó durante la primera guerra mundial (1914-1918) un método de extermino de las tropas enemigas, utilizando precisamente el “gas cloro”, que envasado en los típicos tubos de gas, lo liberaba en favor del viento, causando estragos en instantes con una espantosa muerte a miles de soldados adversarios.
Fritz Haber le ofreció albergue al famoso Albert Einstein quien vivió en su casa, pero terminaron enemistándose, porque Einstein era pacifista y Haber sostenía que en la guerra valía todo.
Incluso la esposa de Haber le cuestionaba la inmoralidad de su método de guerra… Haber ignoró sus ruegos y la mujer terminó suicidándose por ello.

Volviendo al tema central de las piletas de natación, reitero la pregunta: ¿Por qué el agua de la piscina provoca ardor en los ojos?
La respuesta está en la mala costumbre que la gente tiene de orinar dentro de la piscina.
Como es sabido, el cuerpo elimina los desechos metabólicos nitrogenados, mediante la orina, en forma de “urea”, una sustancia que rápidamente se transforma en el gas amoniaco.
Cualquiera que haya entrado en un baño público, habrá percibido un típico olor desagradable y picante… ese olor es precisamente el gas amoniaco.
Cuando las personas orinan dentro de la piscina, también se forma amoniaco por descomposición de la urea.
Y aquí es donde comienza el problema para los ojos.
El amoniaco, reacciona con el ion “hipocloroso” del agua lavandina, y produce una sustancia llamada CLORAMINA… muy irritante y que es la causante del ardor e irritación ocular, conjuntivitis y otros problemas para la salud.
Este fenómeno, es más intenso en piscinas cubiertas y con el agua más caliente, por ejemplo en piletas de invierno.
Pero este problema tiene una solución paradójica…
Para destruir la cloramina formada, y aunque cueste creerlo, hay que agregar mayor cantidad de agua lavandina, o en términos coloquiales, “más cloro”
¿Por qué se hace esto?
Porque el ion hipocloroso, proveniente de la lavandina, como se explicó anteriormente es capaz de liberar gas cloro…
El gas cloro liberado ligeramente en exceso, reacciona con la irritante cloramina  y la destruye, porque la transforma en el inofensivo gas nitrógeno.
Vale recordar que casi un 80 % del aire que respiramos esta constituido por el gas nitrógeno.
A este proceso de agregar un exceso de agua lavandina, se le conoce como “Súper-cloración”.
Por supuesto que esta operación no la puede hacer el propietario o responsable de la pileta, ya que exige cálculos muy cuidadosos de las concentraciones empleadas, y por lo tanto deberá recurrirse a los servicios de un químico o un técnico especializado.
Para finalizar, cabe advertir en particular a las madres, que la cloramina, (y otros compuestos vinculados que aquí no menciono pero generados por el mismo causante que es la pésima costumbre de orinar en la piscina) no solo produce irritación en los ojos y piel, sino que puede desencadenar en niños susceptibles ataques de asma, aunque el chico no sea asmático.
Este fenómeno asmático de las piscinas, suele manifestarse principalmente en menores de siete años.
Como la cloramina esta disuelta en el agua, las madres deberán recomendar a sus hijos pequeños, que eviten zambullirse y tragar agua de la pileta.

Espero que esta información les haya sido de utilidad, y despejado dudas sobre este asunto.

 

 

Comentarios

@AQUAE_FENIX

16/06/2017



Soy nadador desde hace muchísimos años... En NADA absolutamente afectan a la salud de la gente los desinfectantes en base a cloro que se agregan al agua de un natatorio, ni a la piel, ni a nada... El "olor a cloro" es para los nadadores parte de nuestras vidas y. una pileta que contenga buena cantidad de desinfectantes clorados es garantía de evitar hongos, contagio de enfermedades y demás calamidades y molestias...
Vivimos tragando agua clorada, y respiramos permanentemente aire con muchísimo vapor de esa agua clorada... y lo seguiremos haciendo.. en nada nos ha perjudicado ni nos ha e perjudicar nuestra salud!!! No hagamos una paranoia rayana en un "sindrome obsesivo-compulsivo" por el necesario hecho de que los natatorios están desinfectados con productos derivados del cloro!!!