Habia una vez...

Regalate la posibilidad de conocer gente

Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Escrito por
@GUSTAVO_2023

31/12/2016#N61880

0 Actividad semanal
930 Visitas totales

Más notas de @GUSTAVO_2023 Comentarios

Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

... una mujer con una mente que pensaba, que analizaba mil variables y con una energía inagotable para realizar lo pensado. Me preguntaba, por que esta mujer no despliega las velas y cruza los mares. Y me di cuenta que esta mujer tenía dos anclas. Y la comprendí. Y pedí al altísimo que le diera la sabiduría del abrazo. De poder abrazar a sus hijas, transmitiéndoles en el abrazo todo el orgullo, el mismo orgullo que ella recibió en los mil abrazos de su padre. Quién confesó, que hubiera abrazado a su hija con el mismo orgullo, aunque la hija no le hubiera dado el millón de satisfacciones que su única hija le dio, por la sencilla razón, que su hija, fue el gran amor de su vida. Al igual que estas dos anclas son el amor de la vida de esta mujer. Y un elevado deseo: Que esta mujer, al mirar a los ojos a sus hijas, logre la hermosa complicidad que la pequeña tuvo en la pileta de su vecina al desabrocharse el salvavidas, desafiante, mirando a los ojos a su padre, que lejano, estaba impedido de socorrerla. Colorín colorado...

Comentarios

@LUCIA21

31/12/2016

La conexión emocional entre los personajes y las circunsancias recuerda a "Las líneas de la mano" de Cortázar.

¡Hermoso el deseo desafiante del final!