Me siento sola....... quew hago con mi sexualidad?


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Publicado por
@GRANMAESTROLB

19/02/2009#N25411

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Me siento sola... ¿qué hago con mi sexualidad?
por Sandra Lustgarten


Muchas mujeres suelen tener etapas de soledad, y acuden a la consulta con mucha angustia y preguntas acerca de cómo sentirse plenas sexualmente.
Hay una etapa en la que aquella mujer que no tiene pareja, y que siente que ya se ha cumplido su tiempo límite para encontrar a alguien con quien pueda tener una relación, tiene el sentimiento de soledad a flor de piel.
La consulta es acerca de cómo puede proporcionarse placer y sentir satisfacción si no siente reciprocidad en la relación, o si no ha encontrado la persona adecuada para iniciar una relación.

Algunas mujeres insatisfechas sexualmente también se sienten solas, porque aunque tengan una vida sexual activa, la variedad en las relaciones no les da la sensación de estar saciadas, y siguen buscando quién les proporcione el placer. Hay varios factores a tener en cuenta: no sólo es necesario que existan coincidencias en cuanto a la afinidad necesaria para que se dé una relación con otra persona, sino que también hay que considerar la experiencia sexual de cada uno y la información, que independientemente han tenido en sus distintas experiencias y en su crianza.

La pregunta es si sólo las mujeres se sienten solas. La respuesta es negativa, ya que muchos hombres se sienten terriblemente solos, sobre todo aquellos que por necesidad deben conformarse pagando por sexo porque se sienten limitados en cuanto a poder conquistar para tener relaciones. Éstos consultan acerca de cómo pueden conseguir sexo sin pagar, dado que la situación les produce angustia y se sienten heridos en su autoestima.

El tema de la soledad sexual es interesante, ya que a pesar de existir canales que crean expectativas respecto a las diversas posibilidades de ser de una sociedad, y que por lo general apuntan a una sexualmente activa, la nuestra no lo es. Esta sociedad está desprovista de satisfacciones sexuales, y la idealización del sexo en todos los ámbitos crea la fantasía de que está en primer lugar, aunque en realidad se esté dando mucha más importancia a lo material, por ejemplo a las capacidades competitivas empresariales, que a ser feliz sexualmente: este área es el último eslabón de la cadena, y la vida se haría así totalmente prescindible sin el sexo.

Muchas más mujeres de las que creemos, hoy por hoy, pasan tiempo sin tener experiencias sexuales. Ellas consideran que conocer a una persona para ver si pueden entablar una relación, si ésta no llega a convencerlas, es una pérdida de tiempo. Por otra parte, la “atracción a primera vista” también juega un rol importante y definitorio en el tema de comprometerse con alguien, e incluso es hasta más común pasar una noche con una persona que nos produjo cierta atracción sexual que compartirla con otra más conocida con la que se estableció un diálogo y que ya sabe de nuestros deseos y sentimientos.

Las mujeres en el consultorio se lamentan acerca de noches espantosas pasadas con relaciones casuales, y afirman que la sensación es de angustia y necesidad de escape. En el caso de los hombres ocurre algo parecido, ya que después de intimar desean que esa mujer desaparezca como arte de magia.

A veces me pregunto si tiene relación este tipo de conducta con cierta distancia frente al sentimiento de bienestar y a la posibilidad de concretar un compromiso real y afectuoso con el otro: el temor a la dependencia es visible como a su vez la sensación de ahogo que despierta el necesitar y controlar al otro como ser controlado por el otro.

Estos y mucho más son los factores que interactúan para que se vuelvan muy díficiles las relaciones interpersonales, y se produzca un aislamiento de tipo heterosexual. En cambio, como mecanismo de defensa, las salidas predominantes son todas entre grupos del mismo sexo, como una manera de evitar estar a solas con otra persona del sexo opuesto. Y a esto se le suma como condicionante destructivo de la vida de relación el hecho de creer que se mezclarán los sentimientos, emociones y afectos con lo sexual, lo que determinará un sufrimiento mayor. Entonces, una forma de protegerse es permaneciendo solos.

Estar un tiempo solo es importante para reencontrarse con uno mismo y los propios deseos, incluso sirve para una mejor elección de objeto amoroso, pero cuando esto se prolonga en el tiempo se convierte en una patología. La búsqueda en terapia se dirige a entender cuáles son los factores que favorecen la soledad y provocan en las personas una especie de tendencia generalizada a buscar ese estado, cuando en realidad el estado ideal del ser humano es estar en pareja, estableciendo coincidencias que le permitan encontrar la felicidad sexual.

Aunque esté mal visto que la mujer que está sola se autosatisfaga individualmente, porque la masturbación en el género femenino es aún muy reprimida, mi opinión es que las mujeres que se satisfacen a sí mismas logran una comprensión y conocimiento propio de su sexualidad tan alto que luego pueden establecer parejas sexualmente muy satisfactorias.

Por eso, el llanto en el consultorio de mujeres que no encuentran la forma de crear un espacio común sexual con un otro, debe ser tomado como temporal si pueden aprender a tomarse el tiempo en que carecen de pareja sexual para reconocer sus zonas eróticas y diferentes formas de gozar y estimularse.

Por supuesto que es díficil estimularse si no juega un rol primario la fantasía para poder imaginar un estímulo que condicione al organismo hacia el placer, pero también debemos reconocer que contamos en la actualidad con muchos más estímulos que antaño para hacer posible una vida sexual sin tantos altibajos.

El sentimiento de soledad suele ser desvastador de la autoestima. Sobre todo se lo identifica durante la noche, cuando se vuelve presente el vacío del otro lado de la cama, o cuando podemos ver parejas enamoradas que representan y exteriorizan un sentimiento que parece inalcanzable para nosotros. Pero la desesperación es mala consejera, ya que esto se percibe desde el exterior y la intensidad con que se busca encontrar a alguien para amar y dejarse amar provoca un sentimiento contrario, y lo que finalmente se encuentra en vez del acercamiento es la evitación constante de quien se siente acosado. Estar o sentirse solo no debe ser experimentado como traumático, sino todo lo contrario. En general, un tiempo de soledad permite la reflexión acerca de nuestras verdaderas necesidades para elegir una pareja con quién compartir y también una pareja sexual.

Es común que durante este viaje hasta el reencuentro podamos sentirnos frustrados por no tener con quién satisfacer nuestros instintos o por darnos cuenta de que las personas que aparecen en este trayecto no nos produce ningún tipo de emoción física y que sólo son experiencias que no nos dejan nada. Creo que todas las experiencias, buenas o malas, nos sirven para tener un registro de lo que sentimos, y nos aportan elementos para decidir día a día lo que deseamos en y para cada etapa de nuestras vidas.

 

Comentarios

@ROMANTICON10

13/03/2009



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