Un viaje fantástico !


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Escrito por
@EL_CAPPY

28/04/2008#N21082

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Cuando se fueron todos me quedé en el muelle "velando" a mi barco el que permanecía varado y escorado por la bajante.A cada rato tiraba ramitas para determinar el momento de la creciente mientras le daba ánimos por su sufrimiento y, mi angustia por verlo así, iba en aumento.Luego vino Teresa y me hizo compañía mientras compartíamos una birra y algo para acompañar.Yo casi no podía comer, tenía un nudo en el estómago, a cada rato tironeaba del cabo de amarre para sacar al Kai Vai de su varadura pero nada...el río seguía bajando.Seguí tirando ramitas hasta el momento en que la corriente cambió y ahí sí me volvió la alegría.Le dije a Teresa que volviera a su casa pues había refrescado, yo permanecía junto a mi barco tironeano el cabo de amarre hasta que empezó a flotar, cuando lo hizo lo acerqué al muelle y lo abordé, mientras lo acariciaba y besaba, feliz por encontrarlo sin ningún daño.Esa noche dormí a bordo con un sueño cargado de pesadillas, que sólo eran suavizadas por el recuerdo de la imagen que había creado el día anterior y, cómo todo artista, quedé enamorado de mi obra.Bueno, así somos los navegantes, ardientes y apasionados, con una gran cuota de fantasía...Me desperté a eso de las seis, me hice un café y empecé a preparar al Kai Vai para el viaje.La noche todavía era espesa y una bruma fascinante cubría el río, me senté en la bancada fumando un cigarrillo hasta que empezó a amanecer.Izé "La Mayor", puse en marcha el motor,solté amarras y comencé a navegar sumergiéndome en la bruma y el silencio, sólo estábamos mi barco y yo, el resto era un cuadro fantasmagórico y casi siniestro...
De pronto me vi inmerso en la bruma, apenas podía distinguir las copas de los árboles que parecían grotescas formas de guerreros a punto de desplomarse por efecto del agua.Me acompañaba el ronroneo del motor y el aullido de algún perro sorprendido por la extraña aparición.A poco llegué al Luján, ya casi había amanecido y en él la bruma estaba dispersa, tenía viento de proa así qué seguí con motor y velas, navegando cerca de costa para evitar la fuerte corriente en contra.De vez en cuando me crucé con algunas embarcaciones junqueras cuyos timoneles alzaban sus manos a modo de saludo al igual que los trabajadores de los astilleros que suspendían su mate mañanero para saludarme con alegría.Al llegar a Tigre pude identificar una parrilla en la que había estado anteriormente y pensé que sería lindo llevar a mi imagen allí para disfrutar juntos de un momento grato pero...tal vez no me dejaran entrar con algo tan insólito aunque, si le diera un soplo mágico quizás le diera vida y entonces...Es resto de la derrota por el Luján no presentó problemas y, al llegar al Río de la Plata suspiré aliviado pues ese es mi mundo, el mundo de los navegantes a vela. Soplaba una fuerte brisa del este-sudeste y busqué aguas abiertas, lo más lejos posible de la costa; mi barco saltaba de cresta en cresta con un estallido de placer al hundir la proa en el agua, ambos jugábamos con la marejada buscando las olas más altas total...éramos los dueños del río, sólo estábamos nosotros, no había nadie más. A lo lejos se apreciaba la ciudad todavía envuelta en la bruma, ajena a todo ese éxtasis.Al dejar por babor la boya Km 19 puse rumbo compás 180º hacia la boya de recalada del puerto de Olivos y allí estaba ella dándonos la bienvenida, saltando al compás de las olas.El viaje había terminado "Sin novedad". FIN

 

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