Oye niña-

 

-Oye niña, que haces tú a estas horas por el campo?

 -Es que al caer el sol disfruto de la libertad; el viento mece mis cabellos, el sol no me lastima y hay silencio.

-Y para que quieres el silencio?

-Para pensar, recordar y sonreír con mis sueños despiertos.

-Y por qué no de día? El sol todo embellece y el cielo tiene un bello color celeste.

-Es que trinan los pájaros y me distraen, habla la gente y me aturden, corren los niños y me marean.

-No sabes acaso que el día está hecho para trabajar y la noche para descansar?

-Me gusta la noche, nadie interrumpe mis pensamientos, puedo viajar, amar, y ser feliz en mis ensoñaciones.

-Es que no eres feliz, tan joven, ¿con tanta vida?

-La juventud no es sinónimo de felicidad, es dolor por la infancia que dejamos atrás, se comienza a conocer la realidad, aparecen los prejuicios y conocemos que en el mundo hay maldad.

Pero no ponga esa cara, no significa que no sea feliz, sino que me gusta vivir en mi mundo inventado, donde no se cortan las flores.

-Eres rara niña, no te comprendo, soy hombre simple, de a caballo, campesino de ley.

-Es lindo el campo, la llanura, ver el horizonte cuando se acuesta el sol y sale la luna, los pájaros en sus nidos con todo el cielo para volar.

-Te gustaría volar?

-Sí, muy lejos, sin rumbo ni apuro, pero para ello elegiría el día, para ver los paisajes y el mar, el mar…

-Nunca lo he visto, dicen que es agua salada y muy grande, que tiene olas, no se… estoy acostumbrado al agua mansa.

-Yo sólo lo vi en mis sueños y me enamoré, van y vienen las olas con su espuma blanca y emite un sonido continuo, a veces, y otras veces casi silencio.

-Suena lindo, quizá algún día… quizá galope hasta el mar.

-Queda muy lejos, por eso quiero volar para poder llegar y hundir mis pies en el agua, dicen que en el fondo hay Sirenas.

-Sirenas, como eso de los cuentos, mitad mujer, ¿mitad pez? No, no lo creo, ha de ser fantasía de gringo nomás.

-En cambio yo pienso que debe ser verdad, el mar me atrae, creo que podría vivir en él, en sus profundidades ha de haber mucho silencio.

-Y no teme ahogarse?  que haya animales monstruosos y que nunca pueda volver?

-No tengo a nadie señor, por eso vivo dentro de mis ensoñaciones y pienso que en el mar nunca más sentiría la soledad.

-No sos amiga de los animales, ¿los pájaros y las flores? Creo que te encierras en sí misma y no sabes disfrutar del campo, perdona si me meto donde no me preguntan.

-Voy tras un sueño que ignoro cuál es, pero lo busco en el silencio.

-Lo tuyo parece una quimera, pero ojalá lo logres niña, eres extraña.

-Nunca podemos ser comprendidos los diferentes, tenemos nuestro propio camino. Adiós señor y gracias por escucharme, adiós.

-Adiós niña, no sé si hable contigo o todo fue una fantasía de mis largos años de silencios.

 

 

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