Crónica traumatológica

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@VENECIA396

02/09/2010#N33109

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Crónica Traumatológica

A veces la vida se hace difícil. Lo que más joroba son los problemas cotidianos. Y si sos mujer y madre de hijas adolescentes, las cosas se pueden complicar un poco más.

Los lunes a la mañana, cuando me levanto para el trabajo, me ducho y me lavo el pelo rápido. Cuando me voy a hacer el brushing y busco el cepillo y el secador, mágicamente han desaparecido Opto, con resignación, por recogerme el pelo. Me miro al espejo y descubro a último momento un pelo indiscreto en el bozo. Quiero sacármelo rápidamente, busco la pincita de depilar en el bolso del maquillaje, que guardo prolijamente en la puerta derecha del armario del baño, pero ha desaparecido. Mientras inicio la búsqueda del tesoro, suena el teléfono, lo busco frenéticamente para atender pero tampoco lo encuentro. Sigo el sonido y mágicamente aparece dentro de la bañera. Cuando lo localizo, para de sonar. Rutina de todas las mañanas.

Voy a la cocina a desayunar un té con leche y tomar el consabido vaso de agua en ayunas que recomiendan en todas las dietas para quemar grasas, reducir el colesterol, prolongar la vida, etc, etc. Pero ¡oh sorpresa! Las mesadas son un campo de batalla donde se amontonan cubiertos, platos sucios, vasos, tazas. Lavo rápidamente una taza y un vaso, desayuno y huyo del triángulo de las bermudas de mi casa, antes de que yo también me pierda. Siete de la mañana. He superado otro inicio matinal. Pero todavía me falta ir a mi trabajo, pagar los impuestos, pasar por el supermercado a comprar algunas cosas para la cena…

Te cuento todo esto porque sos mi analista y tenés que entender por qué me tensiono a veces y me duele tanto el cuello. Yo creí que estaba durmiendo en una mala posición, que a lo mejor había hecho un mal movimiento en el gimnasio, pero no, el médico me dijo que lo que me duele es el atlas.

Yo no sabía de qué me hablaba el traumatólogo. A veces, como toda mujer, me sentí una heroína y que me compararan con el gigante que sostenía en sus hombros la bóveda celeste, no me pareció nada mal. Sostener una casa medianamente ordenada, con los impuestos al día, trabajar, ser mamá y sobrevivir en el intento, te hace sentir una mezcla de Mac Giver y mujer maravilla. Si puedo ser un superhéroe: ¿ por qué no puedo ser Atlas?

Volviendo al tema médico y especialmente a la terminología traumatológica, uno aprende todos los días algo nuevo. No me duelen las cervicales, me duele específicamente el atlas.

Cuando salí del consultorio, inmediatamente busqué esa extraña palabra en google y también en el diccionario. ¿Sabés cuál es la definición de atlas? Primera vértebra cervical, así llamada porque sostiene la cabeza, con la cual se articula por medio de los dos cóndilos del occipital. Su agujero vertebral es grande y su cuerpo pequeño.

Ahora me queda más claro. Me duele ese hueso porque sostengo el mundo, mi mundo, que se convierte en un territorio legendario donde lucho contra titanes y logro vencerlos, refundando diariamente mi vida.

Por lo menos mi dolor se transformó en algo mítico y cada mañana me disfrazo de gigante para sostener sobre mis hombros la bóveda celeste de mi hogar.

Comentarios

@MARIO

04/09/2010

ser madre-padre contener y proveer por algún lugar se paga el sacrificio!

he escuchado esto en otras mujeres, pero no sabía lo del atlas.

Claro el mensaje, Gracias, uno entiende mejor

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