La Vida Privada del Gral.


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@ZARKOZY

20/05/2010#N31855

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LA VIDA PRIVADA DEL GENERAL
De eso no se habla demasiado
ALBERTO GONZALEZ TOR

Hombre parco y reservado, el gral José Francisco San Martín nunca se jactó de sus amoríos No fueron muchos, es cierto.en cambio y para tener una idea de personalidades por ejemplo el Gral Simón Bolívar, proclamó a los cuatro vientos que tuvo 35 mujeres en sus 47 años de vida.
El vencedor de Chacabuco y Maipú, que en su vida de cuartel en España conoció los placeres del sexo a los 16 años, prefirió el amor furtivo, la gran discreción y  el mayor sigilo.

Sólo perdió la cabeza por Rosa Campusano, una belleza nacida en Guayaquil, que fue espía de los patriotas en Perú. El escritor José García Hamilton y la historiadora Patricia Pasquali dicen que Campusano era mujer sensual, de ojos celestes, que arrebató de pasión al general, y por largos meses lo convirtió en un militar que adoró la pompa y desechó la austeridad.
Afincado en su quinta de La Magdalena, a 12 kilómetros de Lima, San Martín no ocultó su relación con Rosa, llamada "la Protectora" en irónica alusión al Protector del Perú cargo ilustre con que habia designado San Martin al proclamar la libertad de esa nueva nacion.

Las crónicas de la época —que Pasquali transcribe— evocan a un San Martín vistiendo un suntuoso uniforme recamado con palmas de oro, que transitaba las calles de la aristocrática Lima en una carroza de gala tirada por seis caballos. Lo acompañaba, claro, esa guayaquileña de ojos de ensueño, que le prodigaba cariños delante de todo el mundo.

Pero en su periplo por Chile y Perú, el general se prendó de otras bellezas, como la peruana Fermina González Lobatón y la jovencísima viuda Carmen Mirón y Alayón, de Guayaquil, o como la propia
Rosita.
El oficial del ejército sanmartiniano Manuel de Olazábal cuenta en su libro Episodios de la guerra de la Independencia, que un hermano de él compartió con el general los favores de una espléndida chilena.

El primer amor de San Martín fue durante su existosa carrera militar en ejercito de España,   se llamó Lola. Fue una hermosa andaluza alta, delgada, de ojos grandes y piel morena. Con ella compartió el lecho en Badajoz, Extremadura, en la frontera con Portugal.

Más tarde frecuentó a una chica de vida alegre: Pepa. Visitaba con ella las tabernas donde bebían vino de Oporto o de Madeira en abundancia. Algunas veces, él tomaba la guitarra y entonaban juntos unas canciones de tono picante.

El primer biógrafo del general, Bartolomé Mitre, omite con pudor cualquier detalle sobre sus amoríos. Menos habla, claro, de una supuesta relación que el general habría tenido con Jesusa, una mulata que servía como criada de Remedios.

El escritor peruano Ricardo Palma, autor de Tradiciones peruanas, fue el primero en divulgar el amor de San Martín por la Campusano, hija natural de un funcionario rico e importante, productor de cacao. Amante de un general realista, la joven fue una excelente espía para las fuerzas libertadoras. Audaz, inteligente, había leído al filósofo ginebrino Juan Jacobo Rousseau, y le gustaban el teatro y la literatura.
Debemos considerar que nuestros proceres muy dignos por sus valores, ideales honestos e ilustres creadores de una nueva y gloriosa nacion, tambien como muchos de nosotros tenian sus humanas tentaciones y a veces han estado expuestos a emosiones muy propias de nuestra especie.

 

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