CARTA A TATIANA

Decidí escribirte porque me resulta imperioso contarte que nos ha pasado a tu hermana y mí. Sé que estás pasando momentos difíciles y que posiblemente esta historia no te sensibilice demasiado. Sé que ningún dolor ajeno supera el propio. Sobretodo cuando ni siquiera pueden compararse. Además entiendo que no hay razones para ser tan dramáticos con una simple historia de amor. Pero te aseguro que necesitaba contarte esto. Por mí, por ella y porque quizás tu generosidad y compresión pueda ayudarnos. Y en esa ayuda quizás encuentres un granito que auxilie y posibilite abrir aún más el camino que permita superar, en algo, tu padecimiento.

 

Cuando vi sus ojos por primera vez, el aire de febrero desapareció y sin dudarlo me zambullí dentro su mirada. No hay historias tan breves como la nuestra. Ella y yo apenas pudimos comenzar a disfrutar lo que sentíamos y se volvía necesario separarnos. Construí mil veces los lazos que permitieran ganarme su confianza, aparté cada una de las cosas que se obstinaban en medio de los dos. Sentía su belleza en sus besos, cuando mis ojos cerrados, se abrían solo para poder aceptar que estar con ella era real. Su desconfianza, inseguridad y pésimo carácter se estrellaba con el mío. Pero no puedo soportar estar lejos de ella.

 

Todo era muy confuso, a veces, cuando me rechazaba sin razón aparente. Lo único claro en ese momento es el amor que siento por ella. No es fácil aceptar que la persona q amas te rechaza pero insiste en que sigue amándote. Pero nada en este mundo puede compararse a su amor, cuando puede expresarlo. Y como si fuera un conjuro, se vuelve imposible estar juntos demasiado tiempo. Ella tiene un amigo de la infancia al que no soporto. Y cada vez que se aparece, no puedo mantener la paciencia necesaria. Esa paciencia que si mantengo toda vez que ella esta en su fase eufórica. Reconozco que tengo una estúpida inseguridad con él. Toda esa desconfianza y maltrato que ella tiende a demostrarme toda vez que está mal, cuando él aparece, se convierte en la explicación. Olvido que ella es así. Que va de un estado al otro sin razón. Que son sus neurotransmisores los que fallan. Y me pongo ridícula y estúpidamente celoso. Yo me reconozco enamorado perdidamente de ella. No hay nada que haga sin que ella este presente en mi alma. Es la mujer que más pasión ha despertado en mí. Es la mujer de mi vida, indudablemente. Pero soy incapaz de aceptar todos y cada uno de sus desprecios. Es muy difícil, pero muy difícil, estar con alguien así. Tanta desconfianza genera, inevitablemente, desconfianza. Uno se pregunta ¿Porque desconfía tanto? ¿No serán sus propias faltas las que potencian sus dudas?

 

También me reconozco egoísta. Porque la prefiero en su fase depresiva, porque es allí cuando ella manifiesta toda su magia. Se vuelve la persona más sensible y dulce del universo. Manifiesta su arte, escribe, pinta. Toda ella es una gran obra de arte. La mejor y más perfecta mujer que Dios haya podido crear. Y yo estoy ahí para contenerla y disfrutarla, mi ego sube hasta las estrellas. Pero cuando viene la tormenta, ella se vuelve lejana. Sin color. Desconfía de todo. Una expresión, una frase, una historia o una sonrisa basta para que imagine que estoy con ella, no por ella. Sino por cualquier otra razón sin sentido. O que estoy con otras. O que no quiero estar. Inventa justificaciones absurdas a cada una de mis demostraciones de amor o bien me mira con sorpresa, no entendiendo como la soporto. Dicho esto por ella misma. Yo la amo, es tan simple. Pero ella parece no aceptarlo.

Estuvimos sin vernos ni hablarnos seis meses. Yo trataba de reestablecer el contacto de todos los modos posibles, sin éxito. Cuando ya casi había perdido las esperanzas, luego de un mensaje que le envié a su celular, ella contestó. Y tras varios días de charlas, volvimos a vernos. Mi amor por ella estaba intacto. Ella, los primeros días, demostraba mucho miedo pero podía advertir que sus sentimientos estaban también ahí. Sin embargo y a pesar de intentar poner toda mi paciencia para entenderla y ayudarla. Volvió a aparecer su amigo y se me vino mi autoestima encima. Cayó como un yunque sobre mi cabeza.  Ella es una gran celosa pero no soporta la más mínima manifestación similar de mi parte. Y no quiso verme más.

 

Este el punto más difícil de este tipo de trastorno. Son capaces de anular sus sentimientos y son terriblemente crueles. No pueden aceptar que la persona que esta con ellas les demuestren celos. No hablo de algo enfermizo, fue simplemente un reclamo. Porque luego de hablar con él con total naturalidad y alegría, volvió a su estado de euforia negativa. Y me hecho de su casa. Yo no fui capaz de soportarlo. Pero al día siguiente en lugar de dejar pasar ese hecho como yo deje pasar cientos similares de parte de ella. No. Para ella esa sola actitud fue suficiente para terminar con la relación una vez más.

 

¿Porque le resulta tan sencillo hacerlo? ¿Como puede tener un amigo mucho menor y compartir con él absolutamente todo si asegura que no soporta los pendejos? ¿Como una persona que dice no confiar en nadie, tiene como confidente a un “pendejo”? Calificación esta, dicha por ella misma, claro. ¿Es posible que una relación que persiste durante tanto tiempo se asolo una amistad? Si es así ¿Porque se llaman a escondidas de su novia? ¿Será un capricho? Por lo menos esta actitud merece un poco de paciencia, de su parte. Pero no. La persona más desconfiada que existe sobre la tierra, exige confianza ciega a la hora de calificar su relación con su mejor amigo. ¿Será todo una gran mentira? Al parece todo lo indica. Porque no hay explicaciones. Hay corte. Y cuando no se puede explicar, se insulta y se degrada con tanto énfasis, es porque hay culpa.

 

En fin. Aquí estoy. Solo. Sin otro pensamiento en mi cabeza. La amo con toda mi alma. Pero no alcanza.

 

Ojala puedas ayudarnos de algún modo. Francamente me gustaría poder hacer lo mismo con vos. Pero como verás, no sirvo para asumir las pérdidas. Mal podría yo entonces aconsejarte. Quizás sea ese mi error, quizás debiera simplemente asumir que todo terminó y nada más. Pero cuando pienso en lo que te pasó, en esa alma tan pequeña que no pudo respirar la vida por sí sola. Siento que esas son las únicas situaciones en las que uno ya no puede luchar. Es un hecho irreparable y nada puede cambiarlo. Lo único que queda es aceptarlo y seguir adelante.

 

Frente a esto, sabiendo que el amor existe y continúa intacto. Sé que queda esta historia profundamente empequeñecida pero ¿No debieramos luchar por ella?

 

Sé cuanto afectó la perdida a tu hermana, y a su hijita, pero no creo poder imaginarme la magnitud con la que te afectó a vos. Seguramente la realidad debe ser mucho más cruda que cualquier intento por imaginarla. Por eso me siento casi como un mundo paralelo. No fui capaz de contenerla lo suficiente. Ni  fui capaz de apartar mis emociones. Ni siquiera fui capaz de hacerte un comentario al verte después de lo que pasó. Pero te aseguro que a pesar del tiempo y la distancia. Quisiera poder ayudar. Estar cerca de ella. Y de todos ustedes.

 

Si por alguna razón mis palabras entristecieron aún más tu corazón, te pido perdón. Y si hubiera algo en que yo pueda ayudarte. Aquí estoy.

 

Un beso,