El señor gallina


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Publicado por
@VALTERINA

16/11/2008#N24404

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Un muchacho, tomo coraje y tocó a la puerta de la casa de su novia.
Era la primera vez que iba y estaba decidido a hablar con el padre de la muchacha.
Casualmente abre la puerta el padre de la novia.
¿Que desea joven?.
- Pués, verá, vengo a hablar con usted.
- Bueno, pase joven, vayamos a la sala y ahí me cuenta de qué quiere hablar conmigo.
- ¿Y bien?.
El joven, toma coraje, respira hondo, traga saliva y dice:
- Mire usted, vengo a comunicarle que a su hija y a mí, nos gustaría compartir nuestras vidas, nos queremos casar.
El futuro suegro sonrió.
- Pués está muy bien eso de que en un futuro se casen, pero cuénteme, muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno como para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?.
El audaz joven, con todo el aplomo de mundo, contestó:
- Mire, aunque soy ingeniero titulado, no gano mucho. Sin embargo, su hija me ha comunicado
lo que ganan, su distinguida esposa y usted. Confío en tener una pequeña ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.
Un poco sorprendido por la respuesta, el padre de la novia, hizo otra pregunta:
Bueno, ¿piensan comprar un departamento o una casa?. ¿O prefieren alquilar?.
El joven, con mirada inocente, contestó:
- Si antes le pedí una pequeña ayuda, para poder ir viviendo, hemos pensado que, como ésta casa es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar o alquilar departamento o casa.
Deseamos vivir en esta casa con ustedes.
El señor, desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:
- Dígame algo, ¿tiene automóvil?.
El joven, sonriendo, respondió:
- Mire, no tengo coche porque he estado pensando que si usted tiene tres, para qué vamos comprar uno más. Usted nos deja el que les sobra y así no es necesario adquirir otro.
En ese instante, entró en la sala la madre de la novia, quién, mirando primero al joven y luego a su esposo, preguntó cordialmente:
- ¿Se puede saber de qué hablan?.
Sonriente el esposo respondió:
 

- Querida mía, qué bueno que llegas, quiero presentarte al Señor Gallina, quién preténde ser el futuro marido de nuestra hija.
El joven, desconcertado y molesto, inquirió:
- Oiga, ¿por qué me llama Señor Gallina?
A lo que el presunto suegro le aclaró:
Y bueno, grandísimo caradura,

¿cómo demonios quieres que te llame, si hasta ahora lo único que vas a poner son los huevos?

 

 

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